La Venganza de Hisher

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Luego de separarnos de Lili y Aradia, Iris y yo emprendimos camino velozmente hacia las tropas de Digin, a lo lejos podemos observar como se acercan poco a poco.

-Oye! Iris!, ¿te parece bien si nos escondemos en esos arbustos?- señalo unos pequeños arbustos que hay en la pradera, los árboles al rededor dan un buen escondite.

-Me parece bien Aragon, ¡vamos!- aunque Iris se ve decidida noto un cierto quiebre en su voz.

Al llegar a los arbustos, nos sentamos a esperar que las tropas llegaran para atacarlos por sorpresa, el plan era simple, distraerlos y hacerlos entrar al bosque oscuro, eso nos dará ventaja, una vez ahí podemos atacarlos a nuestro antojo.

-¿Estas bien?- pregunto a Iris mientras veo que tiene una mirada perdida.

-No es nada niño mimado, solo estoy preocupada por Aradia- ¿Niño mimado?, ¡Woah! ni siquiera por estar en esta situación deja de ser tan irritante.

-Todo estará bien Iris, ella es fuerte, además anda con Lili nada malo le va a suceder- trato de sonreír amablemente, pero creo que no se me da porque una risa burlona sale de Iris, es difícil ser amable con esta chica, pero sigue teniendo una hermosa sonrisa.

-A ver niño mimado no te.....- pongo mi mano sobre la boca de Iris.

-Shhhh... ya están cerca, prepárate-

Iris toma su espada, yo tengo mi arco y mi espada, estamos arrodillados esperando a que pasen, todo esta en completo silencio, se pueden escuchar como las pisadas se unden en la tierra, cada vez es más y más fuerte, cuando de pronto están ahí justo en frente de nosotros, le hago una señal a Iris y ambos salimos de los arbustos, ella por la izquierda y yo por la derecha. Al salir, desenfundo mi espada y comienza la batalla, orcos y salamandras comienzan a atacarnos, Iris es increíble, la forma en que despedaza a estos tipos es fenomenal.

-Iris ya es momento!- grito a todo pulmón mientras ella se da la vuelta y termina de clavar su espada en el cuerpo sin vida de un orco.

-Vamos!- dice Iris mientras se pone en marcha hacia el bosque oscuro, yo también hago lo mismo y como era de esperarse una gran horda de enemigos nos sigue. Llegamos al bosque oscuro, velozmente trepamos unos árboles y esperamos a que llegarán los enemigos. Desde las alturas, podíamos ver como miraban para todos lados nerviosos, sabían que estaban en el bosque oscuro y que este era mi territorio.

Le hice señas a Iris para que estuviera alerta para atacar, tome mi arco y una flecha.

-Dirige mi puntería para que sea certera, tú, dios astado dame la fuerza para atravesar a mi enemigo-, recitó el hechizo que Lili me enseñó una luz azul brillante baña la punta de mi flecha y veloz como el rayo sale disparada de mi arco atravesando todo a su paso.

-¡Ahora Iris!- ambos bajamos de los árboles con nuestras espadas empuñadas, mi espada vibra, se sacude, danza entre los cuerpo desmenbrados, uy! Me estoy volviendo algo sanguinario... luego de un largo rato de intensa pelea dónde todo eran gritos y sangre, me sentía como en las fiestas que hacía Lili en el bosque siempre terminaban en gritos y sangre, que nostalgia... Era difícil tratar con esas criaturas sin que quisiera matarse unas a otras.

Luego de haber casi acabado con todos los enemigos escucho unos pasos entre los árboles lo que hace que capte mi atencion, una sombra se desplaza de árbol en árbol, en eso, veo como sale poco a poco de entre las sombras, su armadura negra reluce entre las demas, aunque es algo extraño ya que es negra, whoa! Misterios de la vida.

Al ver su armadura supe quien era, había vuelto, después de un largo tiempo.

-Con que volviste para otra paliza ¿no?- digo mientras apunto mi espada hacia el sujeto.

La Princesa De Ojos LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora