La Fuente de la Vida

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Estoy en frente del laberinto, el mismo Laberinto que una vez me quito algo muy preciado, es inevitable recordar su rostro, sus lágrimas y su mano resbalándose de la mía.

-¡Entonces!, hay que entrar ¿no?-, escucho decir a Aradia, es algo imprudente, así que me volteo y la miro con una mirada de cierra la boca por favor, no es un lugar al que quisiera entrar de nuevo. Luego de ver la expresión de Aradia me siento un poco mal, ella no sabe lo que ha pasado, ella no tiene la culpa de lo que pasó.

-Este es el Laberinto de los Mil Lamentos pequeña Aradia , este Laberinto es muy peligroso, anula cualquier tipo de magia, así sea la mas poderosa, muchas personas han intentado cruzarlo, pero pocas han salido con vida.

-Bueno, pero ustedes lograron salir con vida, así que si lo hicieron una vez, podemos hacerlo de nuevo-, pues si, pero pagando un precio muy caro, uno que no lograre superar.

-Esa vez perdimos algo muy preciado-, logro decir con un nudo en la garganta, mi mente se nubla de pensamientos y recuerdos.

-Bue... Bueno pero estamos juntos y se que juntos lo lograremos-, el entusiasmo de Aradia es un poco contagioso, sus palabras hacen que de una u otra forma me sienta seguro, así que decido regalarle una sonrisa cálida, esta vez no perderemos a nadie y yo me encargare de eso, -Tienes razón pequeña Acadia, esta vez lo lograremos y no dejaremos que nadie se quede atrás-. Lili acaricia el cabello de Aradia, ella siempre tan tierna aun en momentos de peligro.

Vamos caminando por el laberinto, el silencio es inquietante, tengo preparada mi espada por si alguna criatura sale, aunque la ultima vez no vimos nada, pero no se que podamos ver esta vez.

Llegamos hasta un callejón sin salida, un ruido nos alerta, todos nos volteamos, yo saco mi espada apuntando al lugar donde creímos escuchar el ruido, ilumino el pasadizo del laberinto para ver mejor, después de observar por un momento, no logro ver nada, -Parece que no es nada-, digo aliviado, la verdad es que me asuste un montón, espero que no lo hayan notado, un ruido ensordecedor se escucha, lo que me hace estremecer, este laberinto me pone de nervios. Las paredes comienzan a cerrase, esto... ya lo había vivido, -No de nuevo, ¡CORRAN!-, grito con todas mis fuerzas para alertar a todos.

Salimos corriendo, las paredes del laberinto se van cerrando a toda prisa, piedras pequeñas y grandes van cayendo por todo el lugar, hacemos todo lo posible para esquivarlas, Lili va a delante con Pegasus, Aradia va delante mio, yo voy detrás para cuidarla, esta vez no dejare que nada le pase a nadie, no me lo perdonaría.

-No se separen-, escucho decir a Lili mas a delante, muy bien Guardiana, no nos habíamos dado cuenta que separarse era una mal idea, despejo mi sarcasmo y me concentro en correr lo mas rápido que puedo y vigilar a Aradia. Una roca de tamaño descomunal cae en frente de mi, haciendo que me detenga y perdiendo de vista a Aradia, -¡Demonios!, ARADIA-, grito con todas mis fuerzas, pero no escucho respuesta, veo que de mi lado derecho hay otro pasadizo así que me apresuro a correr por ahí, tengo que encontrarla.

Después de un rato corriendo, no logro encontrarla, sigo gritando su nombre y el de Lili sin  escuchar respuesta alguna, espero que nada malo les haya pasado. Llego a una encrucijada y tengo que decidir cual camino escoger, hay uno a la derecha y otro a la izquierda, el camino de la izquierda es oscuro como cualquier otro del laberinto, pero el de la derecha esta algo iluminado y una brisa fresca golpea mi rostro, puedo escuchar como un pequeño arrollo o agua cayendo a lo lejos, pero.. ¿Agua aquí?, tengo que ir a averiguar, puede que Aradia o Lili hayan llegado a ese lugar.

Decido ir por el camino de la derecha, mientras voy caminando el panorama va cambiando, voy dejando atrás aquel laberinto tétrico y oscuro y me voy sumergiendo en un pequeño claro, plantas verdes van apareciendo esporádicamente, mientras mas a dentro voy, mas verde se va colocando el panorama, flores de todo tipo y colores van apareciendo, la luz del sol va tocando mi piel, se siente un calor reconfortante, escucho silbidos de pájaros,  es como si toda la vida de este Laberinto estuviera concentrada en este lugar, nunca hubiera podido imaginar que un paisaje tan hermoso estaría escondido en un lugar tan sombrío. El ruido de una caída de agua se presenta, entre mas me acerco al origen de ese sonido, mas hermoso y lleno de vida es el paisaje.

Cuando llego me quedo asombrado, un riachuelo con una cascada ya hacen frente a mi, el verdor del césped, el color y olor de las flores, el canto de las avecillas hacen a este lugar un lugar mágico, asombroso, estoy sediento así que decido acercarme al riachuelo y beber de su agua.

-Wow, deliciosa, ¿Podre bañarme aquí?-, esta agua es realmente exquisita, nunca antes había probado algo similar, -No joven, estas aguas no son para bañarse, además no debería de estar tomándolas-, estoy a punto de quitarme la ropa, en cuanto escucho uno voz, me doy vuelta rápidamente, una silueta familiar aparece ante mis ojos, saliendo de dentro de la cascada con sus ojos verdes como esmeralda, cabello amarillo como rayos de sol, rostro blanco y delicado como porcelana y claro su hermosa armadura reluciente, ¡SI! es ella, La Caballero de Armadura reluciente, sigo creyendo que deberían de cambiarle ese seudónimo, es Iris y esta justo ante mis ojos.

Mi cuerpo se estremece, no pensaba poder verla de nuevo, es tan real, quiero tocarla, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

-¿Eres tu, Iris?-, apenas logro pronunciar.

-Pues... claro que soy yo Aragon, ¿Quien mas podría ser?.

-No lo se, ¿un monstruo que me quiere devorar y toma la forma de alguien muy preciado para mi, para que vaya directo a sus fauces?-, después de terminar mi frase, escucho a Iris reír, sin duda una risa mágica, tiene que ser ella, nadie mas se podría reír así.

-Eres un niño fantasioso Aragon, soy yo Iris y no, no te quiero comer-, la sonrisa de Iris me transporta a aquellos tiempos donde la tenia a mi lado, quiero ir a abrazarla pero al bajar la mirada, noto que esta flotando sobre el agua.

-No tengo mucho tiempo Aragon, si estas aquí es porque lograste rescatar a Aradia y te lo agradezco.

-Tenia que cumplir lo que te había prometido.

-Y se que lo estas haciendo, a mi ya se me acabo el tiempo, te la encargo mucho Aragon, ella es muy preciada para mi, al igual que tu lo eres, te agradezco todo lo que hiciste por mi, y no me arrepiento de haberme cruzado en tu camino, llenaste mi vida de sonrisas y mi corazón de ese calor tan maravilloso que es tu ser, recuerdame por siempre niño malcriado, pues siempre te llevare conmigo-, escuchar las palabras de Iris son un alivio que lastima, saber que fui importante para ella me llena de alegría, pero darme cuenta de que ya no volverá, de que no tengo esperanzas de volverla a ver, de abrazarla, hace que se rompa mi alma.

-Tu has sido una mujer encantadora, algo refunfuñona y un poco arrogante pero de igual manera lograste tocar mi corazón y llenar mi vida de ilusión, antes de ti no había nada, ahora sin ti tampoco habrá, solo el recuerdo de una hermosa mujer que ilumino mi alma. Te prometo que la protegeré, y que siempre te tendré presente-, no logro controlar mis lágrimas y caen por mi rostro, ¿es esto, una despedida?.

-Ya no tengo mas tiempo, tengo que irme.

-¡NO!, por favor, no te vayas, quedate conmigo.

-Siempre estaré contigo Aragon, recuerdalo. Adiós...

La silueta de Iris se va alejando y adentrando en la corriente de agua, voy perdiendo la imagen de su rostro poco a poco. Antes de que se desvanezca por completo, puedo ver que sus labios pronuncia unas ultimas palabras, -Cuidala... Te A....-, no logro diferenciar las ultimas letras y desvanece, caigo en la tierra, arrodillado, gritando su nombre y sumiéndome en dolor.

Mientras que estoy en esa posición, una visión de Aradia en peligro llega a mi mente, logro ver a dos personas en un lugar del Laberinto, esta ella y otra persona que no logro identificar, ¡Esta en peligro!, escucho una voz decir en mi cabeza, tengo que despejar mi mente, Aradia esta en peligro.

Me levanto rápidamente, recojo mis cosas y salgo de ese lugar. Me adentro de nuevo en el oscuro laberinto, corriendo a toda prisa tomo ahora el camino de la izquierda, el que antes había ignorado. Estoy siendo guiado por una fuerza que no logro explicar, no se a donde voy pero lo siento, siento como la presencia de Aradia me esta llamando, corro a toda prisa hasta llegar a una especie de claro del laberinto. En el medio, una roca en forma de la pida y dos siluetas están siendo iluminadas por una tenue luz azul, ¡Es Aradia!,

-¡ARADIA!, Detente...

Continuara...

Gracias por leer este nuevo capitulo, :D agradecería que me apoyen con un voto

La Princesa De Ojos LunaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora