Sentí una sensación de felicidad enorme, James me hacia sentir cosas que nunca habia sentido, y apenas nos conocíamos.
- Vamos - dijo el.
Caminamos hacia su auto, me abrió la puerta del copiloto y espero a que subiera al auto, era extraño esto. Luego subió el, yo me puse el cinturón de seguridad, comenzó a conducir ya en el camino vi que James no tenía puesto el cinturón, asi que me acerque y se lo puse, el me miró, y luego miró mis labios, yo me Sonroje y me alejé.
Estaba sentada mirando el camino, tuve que indicarle a James por donde ir, ya en mi casa se detuvo.
- Es bastante grande y bonita - dijo mirando mi casa - con quien vives? Con tus padres no? -
- No... Ellos están trabajando en su empresa, están en otra ciudad... - dije apenada.
Me analizo con los ojos, y me abrazó, yo correspondí su abrazo.
- No te preocupes, si necesitas compañía me llamas - tomó un lápiz y un papel y Garabateo algo, que supuse que era su número.
- Gracias - dije cuando recibí el papel - Si gustas puedes pasar a mi casa, podemos comer algo... - me sentí un poco arrepentida por decir eso, pero cuando lo mire todo ese arrepentimiento se fue.
- Claro - se veía emocionado.
Bajamos del auto, y caminamos a casa, saque las llaves de mi cartera y abrí.
- que te gustaria comer? - pregunte.
- No lo se, lo que sea que tu decidas estará bien - dijo sonriendo.
Me decidí por hacer lasaña, yo sabia cocinar y mamá se preocupaba de que todos los meses una mujer de mayor edad fuera a hacer las compras de la casa.
Camine hasta la cocina, James me siguió, saqué los ingredientes y comenze con la preparación.
- Donde aprendiste a cocinar? - su voz me hizo estremecer.
- Cuando mamá supo que tenía que dejarme más tiempo sola envió a una mujer de mayor edad para que me enseñara, ya que sabía que yo me negaría a tener una cocinera - me di vuelta para mirarlo y estaba mirándome atentamente, sentí que me analizaba con la mirada, mis mejillas sin previo aviso comenzaron a tornarse rosa.
- Cuantos años tienes? - esa pregunta se me hizo incomoda, quizá se iría al saber mi edad, pero tampoco le mentiría.
- 17 años - dije sin más, termine la preparación y cuando lo miré no tenía ni una gota de sorpresa en su rostro - Entiendo si quieres irte - dije un poco decepcionada.
- No, claro que no - dijo sonriendo - La edad es sólo un número, no tiene sentido que me ahuyente por eso -.
Metí la lasaña al horno y espere a que se horneara.
El me miraba, atentamente, yo me sentía como si estuviese caminando sobre nubes, me sentía en las nubes, sus ojos... Sus ojos eran la entrada a su corazón.
- Voy a poner las cosas para que comamos - dije tratando de que dejara de mirarme, no es que no me gustara, si no que me desconcentraba.
Tome unos vasos, tenedores y camine hacia la mesa para dejarlo ahí, a la lasaña aun le faltaba media hora de cocción.
- Si quieres podemos ir al patio trasero - le dije, el estaba de pie.
- Claro - dijo sonriendo.
Camine hacia la puerta trasera, el me siguió, afuera habia una banca negra , nos sentamos y yo comenze a contemplar el césped y las flores que habían.