—¿Quieres quedar hoy? —Pregunta Eidan, sonriente.
—Naturalmente. —Sonrío.
—¿Cinco y media en el bar de la esquina?
—Sí, vale. —Respondo.
* * *
Llega la hora. Las cinco y veinticinco. Corro en dirección al bar, y cuando ya estoy cerca de él veo a un chico vestido con un chandal verde de marca. Lo saludo con la mano esperando obtener una respuesta. Pero no la recibo. Grito su nombre y voltea la cabeza.
—¡Amanda! —Corre a abrazarme, divertido.
Le devuelvo el abrazo.
Nos pasamos la tarde hablando, y riendo. Sobretodo riendo. Él me comprende tan bien. Nos encontramos bajo un olmo viejo y olvidado que aún desprende sus últimos rayos de brillo por sus ojas. Es muy bonito, y muy grande. Antiguo, y eso lo hace mágico.
—Eres tan genial, Am. —Dice Eidan, sonriendo.
No puedo evitar sonrojarme.
—Tú también, Ei. —Pellizco su mejilla, a lo que él hace una mueca de dolor pero luego ríe como un niño.
—¿Quién te gusta en estos momentos? —Pregunta, con demasiada confianza.
—Bueno, yo...es que, no puedo...decir. No puedo, lo siento. —Agacho la cabeza.
—Oh...A mí, me gusta una chica, pero no sé como decirle que me gusta, tengo miedo de que nuestra amistad se rompa. —Dice tímidamente.
Me ha dolido como si me atravesaran en el corazón, aunque es obvio que le gustaba otra. ¿Yo? ¿gustarle a alguien?
—Solo díselo. Bueno, no sé. Lo que quieras. —Decido decir.
—Me gustas, Amanda.
Entonces lo comprendo todo; nos gustamos.
—Tú también me gustas, Eidan...—Alzo la cabeza en busca de sus ojos, que brillan más que nunca.
Él se acerca a mí; Oh, no.
—¿Eidan, qué, qué haces...? —Digo nerviosa, nunca me había pasado algo similar.
—Besarte, ¿no lo ves? Chica borde. —Ríe. Su risa parece más bonita en el silencio de la noche.
Voy a abrir la boca pero ya está demasiado cerca. Siento sus labios sobre los míos. Esos cálidos labios. Es un beso suave. Al principio estaba nerviosa, yo nunca he besado a alguien. Y no sé como describir esta sensación. Solo quiero que nunca termine. El mundo se acaba de parar, el tiempo. Solo estamos él y yo bajo un manto de nubes rodeándonos. Mis movimientos son inconscientes y...es tan bonito. Tan agradable.
—Yo, yo...—Me quedo sin palabras.
—Significa esto que oficialmente...¿Estamos saliendo? —Pregunta cuidadosamente.
La verdad, no sé como responder a eso.
—Supongo. —Digo.
Y sí, estamos saliendo. Mi primer novio, ¡qué emoción!
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Equipo de...¿frikis? ©
RandomAmanda Smith, una chica espontánea e insegura de sí misma, se acaba de pelear con su grupo de amigos. Después de ésto, Amanda, intenta encontrar nuevos amigos, congeniar con el grupo popular, sin éxito. Más tarde, se dará cuenta, de que su grupo, se...