Y aquí me véis, tirada en la cama como si no hubiera un mañana.
La verdad, estoy confusa. En el fondo de mi corazón amo a Eidan, pero no sé si salir oficialmente con él aún. No podría soportar la presión que supondrá tenerlo cerca todos los días, y en clase. Bueno, mi prototipo de chico ideal, se suponía que tenía que vivir en mi ciudad pero no ir al mismo instituto. Bueno, es que...no quiero que me vea equivocarme en clase, que me vea todos los días y lo patosa que llego a ser en educación física.
Cojo el móvil, necesito hablar con él. Pero, segundos antes lo dejo. No, no puedo llamarlo ahora. Veremos que tal pasan los siguientes días, y entonces, tomaré una decisión.
* * *
Entro al instituto esperando ver a mi grupo de amigos. Alzo la vista y, por ahora no veo a Eidan, genial. Tropiezo con una chica, yo susurro una disculpa. ¿Véis? Por esto no quiero tener una relación en el instituto. Tengo miedo de que, si ve mis defectos, me deje de querer.
Alguien agarra mi hombro.
—Hola, ¡bombón! —Dice Eidan dándome un beso en los labios.
¿Bombón? Suena mal salir de cualquier boca. De él menos...pero aún así seguía sonando demasiado cliché.
—¡Hola! —Finjo estar animada. —Aquí guardaremos las distancias, ¿vale? O almenos los besos.
Él me mira con un rostro triste. —¿Por qué? ¿Te avergüenzas de mí?
Niego con la cabeza. —No, pero no me gusta que todo el mundo nos vea besándonos. Déjalo.
Suspiro, él me toma de la mano y la acaricia. Mi mano siempre está fría, y áspera. ¿Véis? No soy nada de película.
—Dime, ¿qué ocurre? Tal vez seamos novios ahora...pero seguimos contándonos las cosas, ¿cierto? —Dice entre dientes, esperando obtener una respuesta de afirmación.
—Sí, es cierto. —Respondo, aliviada. Parece que él me lea la mente, y es algo que adoro de él. Que es cariñoso y siempre está aquí para mí. —Es que...no estoy tan segura...me da vergüenza que al cometer un error ya no me veas de la misma manera.
—¿Qué? —Ríe. —Eres rara, Amanda. ¿Como voy a pensar mal de ti? ¡Nunca! ¿Qué clase de novio sería? Tranquila, Am. Todos cometemos errores, incluso yo.
—¡Está bien! —Salto de alegría, me ha animado bastante. Esas palabras sinceras hacen que esté segura de nuestra relación. Le doy un corto beso en los labios.
—Creía que debíamos guardar las distancias. —Estalla a carcajadas.
—Ya no. —Sonrío dándole otro beso.
Nos encontramos en la salida de emergencia del instituto. No he visto a los chicos en todo el día. Ni en clase. En cualquier caso, me da igual. Eidan está aquí, y nuestra relación cada vez es más fuerte. Lo presiento. Él se acerca a mí. No hay nadie alrededor, y es un sitio íntimo perfecto para los dos. Juntamos nuestros labios de nuevo. Todo mi cuerpo arde, y una sensación de alivio recorre cada parte de mí. Él prosigue con el beso, algo que no habemos hecho nunca antes, y me dejo llevar, respondiendo a cada uno de sus movimientos. Movemos nuestros labios en sincronía. Esta vez, el beso es apasionado y lleno de palabras escritas en nuestros labios. Sonreímos entre el beso, y nuestros cuerpos arden como nunca. Finalizamos nuestro beso, que aseguro, que ha durado más de dos minutos.
—Ha sido...
—Genial. —Respondo.
Procedo a cojer su rostro violentemente y apegar de nuevo nuestros labios. Siento que su mano va más abajo de mi cintura y entonces es cuando lo paro. No me gusta que su mano vaya más allá de mi cintura. No hasta tener más confianza. Nuestro beso salvaje refleja las palabras que tanto tiempo escondimos en el ático del alma.
—Te quiero, Amanda. ¡Dios! Te amo. —Dice Eidan entre sonrisas, a lo que yo respondo con otro beso apasionado.
—¿Oficialmente novios? —Interrumpe.
—Oficialmente novios. —Afirmo sin duda alguna y lo vuelvo a besar.
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Equipo de...¿frikis? ©
De TodoAmanda Smith, una chica espontánea e insegura de sí misma, se acaba de pelear con su grupo de amigos. Después de ésto, Amanda, intenta encontrar nuevos amigos, congeniar con el grupo popular, sin éxito. Más tarde, se dará cuenta, de que su grupo, se...