9.¿Que él qué?

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Cierro la puerta y un suspiro sale de mis labios. Hoy ha sido tan perfecto. Podría acostumbrarme a ésto. Ahora que me invade la soledad, pienso en los chicos. ¿Dónde se habrán metido? ¿les habrá ocurrido algo?

Pero mi soledad desaparece cuando oigo el repiqueteo de las llaves resonar por mis orejas. Es mi madre.

—Hola, Amanda. —Saluda.

—Hola mamá. ¿Qué tal el día? —Pregunto, dándole dos besos a la mejilla.

—Genial, ¿y a ti?

—Muy bien, muy bien.

Nos separamos y subo a mi habitación. Cojo el móvil y abro el whatsApp. Entro al grupo ¡Los mejores frikis! que tengo con los chicos.

Yo: ¡Hola! ¿dónde estáis?

Jay salió.

Tobias: Hola, ¡Am! Hoy no hemos ido porque, bueno, será mejor decírtelo en persona.

Yo: Genial, ¿dónde nos vemos?

Tobias: Te veo a las cinco en la cafetería constanza.

Yo: Okay...¿Por qué se ha ido Jay?

Tobias: Lo sabrás todo esta tarde.

Yo: Está bien... 😩

De mala gana, cierro la aplicación y dejo caer mi cabeza sobre la almhoada. Mi cabeza palpita. Mi corazón, late acelerado con tan sólo imaginar el beso que he tenido con Eidan. Bueno, imaginándomelo a él. Un ligero cosquilleo invade mi barriga. Pero un sabor amargo invade mi boca cuando recuerdo que Jay sigue enfadado conmigo. ¿Por qué lo estará tanto? Bueno, sinceramente,
yo ya le he pedido perdón. ¡Dios! No entiendo por qué está tan enfadado. Y me da rabia. Él tiene derecho a estar enfadado y a tratarme como le dé la gana y yo no, ¿no? Já, pues se acabó.

Llega la hora de la quedada. Giro a la derecha, sigo recto, giro a mi izquierda y ahí está; el bar constanza. Observo a Tobias mirando a ambos lados de la calle. A su lado está Dereck, pero no hay nadie más.

—¡Hola! —Los saludo, dándoles un abrazo a cada uno.

Tomamos mesa y Dereck és quién decide tomar la primera palabra.

—A ver, Amanda. Hoy Jay estaba fatal. Por eso no hemos ido.

—¿Qué le ha pasado? —Pregunto preocupada.

—Su abuelo murió anoche.

Mis ojos se abren como platos.

—¡Pobrecito! ¿porqué no me avisó?

—Es obvio que por qué está enfadado contigo. —Dice Dereck.

—Ah, ya...

—¿Y tú qué has hecho hoy en el instituto? —Interroga Tobias, sonriente.

—¿Yo? Bueno, bueno, eso, pues eso lo normal, ¿no? ir y estudiar, sí eso. Lo normal y tal...—Me callo; la estoy fastidiando más.

El pequeño parece sospechar.

—Nervios, repeticiones, mejillas rojas...¡hoy te ha pasado algo con algún chico!

Hago una mueca de fastidio.

—¿Qué? ¡no!

Dereck parece contenerse la risa, y le doy un leve puñetazo en el hombro.

Tobias me desafía con la mirada. —Dímelo.

—¡Está bien, está bien! —Digo al final, rendida. —Eidan y yo somos novios...nos hemos besado.

Dereck estalla a carcajadas.

—¿Qué? ¿te parece gracioso? —Miro al chico, desafiante.

—No, nada, és sólo que...nada, nada...—Continúa él partiéndose de risa.

Lo miro con enfado.

—¡Eso es horrible! —Grita Tobias parece estresado.

—¿Porqué?

—Bueno, ¿te acuerdas de lo que te dije de Jay? ¿de que está mal?

Asiento.

—Una de las otras razones por la que está mal és por ti...porque...—Respira hondo. —Porque te quiere.

Mi corazón se para ahí mismo. No sé por que él me mentiría sobre algo así. Bueno, en el tiempo que llevamos siendo amigos no me ha mentido nadie...

—¿Que él qué?

—No debería de habértelo dicho. —Dice, tapándose la boca, asustado. —Porfavor, que ésto quede entre nosotros. Si Jay se llega a enterar de que te lo he dicho, me matará.

—Jajajajaja. La conversación no puede ir peor. —Recrimina Dereck, burlándose de nosotros.

Lo miramos, acusándolo con la mirada. Él deja de reír y agacha la cabeza.

—¿És una broma?

—De verdad que no, Am. Él te quiere. Te lo juro por snoopy. —Jura Tobi.

Sí, definitivamente dice la verdad. Entonces...¿Jay está por mí? Llevo mis manos a mi cabeza.





Equipo de...¿frikis? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora