Capítulo 16

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Varios meses habían pasado, exactamente ocho , y con ellos sucesos importantes en nuestras vidas, Fiorella, ya había graduado, ese día me sentí un hombre muy feliz, tanto estudiar y llorar de estrés dio un fruto muy bueno, era una profesional completa.

Ella estaba sentada junto a sus compañeros, de vez en cuando me lanzaba una mirada nerviosa, cuando la nombraron pude verla respirar varias veces, se levantó el subió escenario donde se encontraban los directivos, le entregaron su título y su medalla, en sus ojos contenían lágrimas, al bajar la estábamos esperando al otro lado, al bajar dio un grito al cielo con lágrimas en los ojos.

—Papi, ya soy doctora—su papá asintió con una sonrisa dulce—, te debo mi vida, te debo todo y creo que nunca me alcanzara la vida para devolvértelo, perdóname por aquel rencor que te guardaba, te amo, he aprendido muchísimas cosas de ti, gracias por criarme, gracias por ser mi papá— se paró frente a su hermano y le tomó las manos—, Hey Bro, ¿recuerdas todas las veces que nos dormíamos tarde? ¿Recuerdas cuando jugábamos? Chris, Dios hermano, eres el que me dio amor cuando nadie más me lo dio, hiciste y haces por mí cosas inimaginables. Me complaciste mis caprichos, mis antojos, entendiste mis tonteras, aceptaste mis idioteces y rebeldías al igual que papá, no sé qué haría sin tú no hubieras estado para mí, te amo hermano. Él la estrechó fuerte y repartió besos por toda su frente.

Se movió hasta donde estaba yo y me miró con una sonrisa tan pura y sincera que parecía digna de un retrato.

»Contigo, no sé que decirte Alesandro Di Franco, eres mi amigo, mi amante, mi confidente. Me hiciste creer, creer en que podía cambiar, en que si podía amar. Mis sueños y ilusiones pasan a ser mi realidad cada día que estoy a tu lado. Eres lo más puro y hermoso que he conocido—le sonreí besando su mano—, me motivaste a vivir en el momento más oscuro de mi vida, y y joder—tartamudeo sollozando—, te amo tanto—la abrace levantándola a mi altura. La bajé porque sus compañeros empezaron el conteo para lanzar los birretes.

Lanzó su birrete y me besó :—Felicidades, doctora Ducati
—le dije mordiendo el lóbulo de su oreja con disimulo...

Con el recuerdo de su graduación una sonrisa apareció en mis labios, salió del cuarto ya vestida con un vestido sin un hombro de color azul marino y unos tacones del mismo color.

—Cariño, me falta maquillarme ¿por qué no vas calentando el auto y nos vemos abajo? — bajé y abrí la cochera, encendí el auto, el motor rugió

Salí del auto para fumar un cigarrillo pero en ese momento se oyó un disparo, corrí a donde se oyó el disparo y ví a Fredo con una pistola apuntando a quien hace unos mese había atentado contra nosotros varias veces, Emiliano Guida, el hombre tenía una herida de bala en el estómago, me agaché a su altura y sonreí cínico.

—Pagarás por todo lo que le hizo tu padre al amor de mi vida, espero qué repudras en el infierno con el—espeté, le quité la pistola de la mano a Fredo y sin pensarlo le dispare dos veces.

Oí un grito que parecía ser de Marie, estaba parada en el último escalón de escalera con Fiorella en el regazo.

—Debes llevarla al hospital rápido—la tomé en mis brazos y Fredo esperaba afuera con la camioneta, subí a la parte trasera con ella y ví la sangre que corría de su pierna.

Fredo estaciono y bajé corriendo con ella en brazos.

—Ayudenme por favor—le pedí a una enfermera, la coloqué sobre una camilla, me comenzaron a preguntar—, se cayó de unas escaleras, no sé exactamente qué le sucedió.

No quería despegarme de ella pero me sacaron de allí, llame a Christoffer y a su padre. Merecían saber que ella estaba aquí.

Unos momentos después llegaron y se sentaron a mi lado en silencio. No sabía que pensar, ni qué hacer, el amor de mi vida estaba allí adentro y yo no tenía ni la menor idea de que pasó.

Amor Eterno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora