Llegue del trabajo alrededor de las diez de la mañana, se oía el ruido del televisor en la sala, al acercarme Fiorella y Jake se encontraban viendo televisión, fruncí el ceño al ver que ninguno de los dos estaban correctamente vestidos.
—Hola—dije mirándolos, me acerqué a Fiorella , le di un corto beso y Jake le revolví el cabello—¿Cómo están?
—Bien bien corazón ¿y tú? —asentí pero no entendía porque estaban así, Fiorella solo con una camisa mía puesta y Jake solo en pañales.
—¿Qué sucedió hoy que ninguno está vestido? —pregunté sin entender—, no me gusta que andes por la casa así Fiorella— me queje, ya que Fredo y Pasquale entraban a la casa una que otra vez.
—Jake y yo nos pasamos la mañana durmiendo además de que la casa está sola, solo la seguridad externa y más nada—dijo tranquila—, les di el día libre, vuelve mañana, no estoy vestida porque ya no entran los pantalones ni las faldas y me fastidia tener que usar vestidos.
Reí suavemente de eso:—¿En serio ningún pantalón te entra?
—Ninguno y no te rías, es un problema para vestirme y desvestirme—gruño—, tengo los pies hinchados y me duele la espalda—me quite el saco y le quite a Jake.
Jugué con él un rato sobre la alfombra y Red estaba al lado de Fiorella con la cabeza en su pierna.
Jake reía y reía de las muecas y gestos que le hacía, envolvió sus cortos brazos en mi cuello abrazándome, la apreté suavemente contra mi sintiendo el aroma a bebé que su cuerpo desprendía.
—¡¿Quién es el bebé hermoso de esta casa?!—pregunté sacándole la lengua y él sonrió—¡Tú!—dije y le hice cosquillas con la nariz en su cuello.
Después un rato de reírnos mucho miré a Fiorella que se limpiaba una lágrima del ojo con una sonrisa. El bebé se recostó en mi hombro y a los minutos se durmió, pero en él era normal, tenía cinco meses solamente.
Subí y lo recosté en su cuna, me cambie por unas bermudas y una camisa y baje a ver a Fiorella.
Volteo a mirarme y sonrió cariñosa.
—Es lindo verte con Jacob—dijo cuando estuve sentado a su lado—, es bastante hermoso y conmovedor a decir verdad—le sonreí.
—Me encanta ese niño y a decir verdad nunca me gustaron los niños—le comente riendo—, pero por él hago la excepción—le dí un beso—, ¿cómo se porta la bebé?—le pregunte colocando mis manos en su vientre y sentí que se movió y Fiorella suspiro.
—Es tranquila, cuando quiere—me comentó y yo reí.
Me agaché y comencé a hablarle sintiendo cómo se movía, era emocionante a decir verdad, con cada frase que le decía se movía inquieta.
—Esta bastante inquieta—Fiorella negó.
—Cuando tú le hablas se pone así—se movió bruscamente y Fiorella suspiró—, quítate Alesandro, esta niña se cree Bruce Lee y no es agradable.
—Princesa—le hable a la bebé—, sigue creyéndote Bruce Lee pero después de que salgas ¿está bien?—Fiorella soltó un gruñido—. Te quiero mucho—susurré y me senté al lado de Fiorella.
Fiorella se levantó a buscar un vaso de agua y su trasero solamente vestido por una tanga quedó al descubierto, me excitó al verla menearse a la cocina.
Entre a la cocina y subí la camisa dejando su trasero nuevamente al descubierto para seguido dar un azote en la nalga del tatuaje.
—¿Qué quieres?—me miró con él ceño fruncido.
ESTÁS LEYENDO
Amor Eterno ©
حركة (أكشن)¿Eres capaz de todo por amor? Saga "Amore Tossico": Segundo libro #2 En edición...