Capítulo 36

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Llegue del trabajo alrededor de las diez de la mañana, se oía el ruido del televisor en la sala, al acercarme Fiorella y Jake se encontraban viendo televisión, fruncí el ceño al ver que ninguno de los dos estaban correctamente vestidos.

—Hola—dije mirándolos, me acerqué a Fiorella , le di un corto beso y Jake le revolví el cabello—¿Cómo están?

—Bien bien corazón ¿y tú? —asentí pero no entendía porque estaban así, Fiorella solo con una camisa mía puesta y Jake solo en pañales.

—¿Qué sucedió hoy que ninguno está vestido? —pregunté sin entender—, no me gusta que andes por la casa así Fiorella— me queje, ya que Fredo y Pasquale entraban a la casa una que otra vez.

—Jake y yo nos pasamos la mañana durmiendo además de que la casa está sola, solo la seguridad externa y más nada—dijo tranquila—, les di el día libre, vuelve mañana, no estoy vestida porque ya no entran los pantalones ni las faldas y me fastidia tener que usar vestidos.

Reí suavemente de eso:—¿En serio ningún pantalón te entra?

—Ninguno y no te rías, es un problema para vestirme y desvestirme—gruño—, tengo los pies hinchados y me duele la espalda—me quite el saco y le quite a Jake.

Jugué con él un rato sobre la alfombra y Red estaba al lado de Fiorella con la cabeza en su pierna.

Jake reía y reía de las muecas y gestos que le hacía, envolvió sus cortos brazos en mi cuello abrazándome, la apreté suavemente contra mi sintiendo el aroma a bebé que su cuerpo desprendía.

—¡¿Quién es el bebé hermoso de esta casa?!—pregunté sacándole la lengua y él sonrió—¡Tú!—dije y le hice cosquillas con la nariz en su cuello.

Después un rato de reírnos mucho miré a Fiorella que se limpiaba una lágrima del ojo con una sonrisa. El bebé se recostó en mi hombro y a los minutos se durmió, pero en él era normal, tenía cinco meses solamente.

Subí y lo recosté en su cuna, me cambie por unas bermudas y una camisa y baje a ver a Fiorella.

Volteo a mirarme y sonrió cariñosa.

—Es lindo verte con Jacob—dijo cuando estuve sentado a su lado—, es bastante hermoso y conmovedor a decir verdad—le sonreí.

—Me encanta ese niño y a decir verdad nunca me gustaron los niños—le comente riendo—, pero por él hago la excepción—le dí un beso—, ¿cómo se porta la bebé?—le pregunte colocando mis manos en su vientre y sentí que se movió y Fiorella suspiro.

—Es tranquila, cuando quiere—me comentó y yo reí.

Me agaché y comencé a hablarle sintiendo cómo se movía, era emocionante a decir verdad, con cada frase que le decía se movía inquieta.

—Esta bastante inquieta—Fiorella negó.

—Cuando tú le hablas se pone así—se movió bruscamente y Fiorella suspiró—, quítate Alesandro, esta niña se cree Bruce Lee y no es agradable.

—Princesa—le hable a la bebé—, sigue creyéndote Bruce Lee pero después de que salgas ¿está bien?—Fiorella soltó un gruñido—. Te quiero mucho—susurré y me senté al lado de Fiorella.

Fiorella se levantó a buscar un vaso de agua y su trasero solamente vestido por una tanga quedó al descubierto, me excitó al verla menearse a la cocina.

Entre a la cocina y subí la camisa dejando su trasero nuevamente al descubierto para seguido dar un azote en la nalga del tatuaje.

—¿Qué quieres?—me miró con él ceño fruncido.

Amor Eterno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora