XI

1.6K 106 0
                                    

Sabrina p.o.v

Hola. Aquí Sabri de nuevo. Perdón, no sé quien narra desde el punto de vista de Mafalda, pero dejen de joder con que tengo cara de morsa asustada.
En fin, ¿en qué estábamos?
Ah, sí, la pelea.
Ahora recuerdo.

Leo me llevo mientras gritaba, pataleaba y por alguna razón lloraba hasta el Búnker 9. Había estado ahí un par de veces, porque ya saben, aveces el quería mostrarme sus últimos proyectos o cosas así. Siempre me impresionaba el talento de Leo, y me encantaba que confiara en mi sus trabajos. Era tan lindo... Pero no viene al caso.
La cosa es que entramos, y estaba solitario como siempre, a excepción de un viejo amigo, el arreglado Festo, aunque estaba muy alterada para saludarlo.
Mientras tenía ganas de matar a alguien, Leo me llevo hasta un sofá que los dioses sabrán porque estaba allí, y se sentó a mi lado.
- Okey, primero, ¿qué pasó?
Le expliqué (con un par de insultos de por medio que saltaremos por respeto a ustedes, los lectores) que Mafalda quería hacerse cazadora de Artemisa.
- Bueno, es lógico, después de todo Artemisa es su madre, ¿verdad?
Mire a Leo con cara de "¿really nigga?"
- Nah, ¿enserio?
- ¡hey! No uses el sarcasmo conmigo, sabes que no pienso mucho las cosas.
- Pues no me estás ayudando, así que por favor concéntrate.
- ¿No sería mejor no pensar? Es más divertido y...
- ¡Hablo enserio Leo! ¡Deja de ser tan inmaduro!
Y aquí damas y caballeros experimente por primera vez los sentimientos de Mafalda. Primero dije algo sin pensar, y al minuto me arrepentí. O más bien a los segundos. Bueno, ustedes entienden.
- Leo...
- No, está bien. - obviamente, por su cara de tristeza absoluta, que lo hacía parecer un gatito mojado (¿qué? Ustedes me llaman morsa asustada...) no estaba bien- ¿quieres que te lleve con Annabeth? Ella es muy madura.
Me levante del sofá y me acerqué a él para acariciarle el hombro, pero se negaba a mirarme.
- Hey... ¿Leo?
Levantó la vista.
- ¿Qué?
- Lo siento, ¿sí? Es solo que... Jamás pelee con Mafalda, y es mi única amiga, y no sé cómo sentirme.
- Pues no pienses. Solo... Déjalo. Pasará con el tiempo. Son mejores amigas, no pueden odiarse por siempre ¿verdad?
- Supongo que no.
Y aunque nos quedamos en silencio, seguíamos pegados. Y muy, muy cerca... [cállate Mafalda, no me veía como una morsa enamorada. ¿Puedes dejarme seguir con la historia? ¡Tú ni siquiera estabas ahí!] 
Leo me miraba directamente con sus preciosos ojos café, contra los míos, negros.
Vi como su vista bajaba a mis labios [tienes razón, Mafalda. Debería escribir libros románticos. Ahora, ¿pudo seguir? Estás arruinando el momento]
Hice lo mismo.
Nos fuimos acercando de a poco, despacio, y cuando mi cara ya estaba roja como un lindo tomate, a punto de besar a Leo Valdez, un chirrido nos interrumpió.
- Creo que Festo quiere saludarte. - dijo Leo con una sonrisa, aunque parecía decepcionado.
- Quizás está celoso.
El río y se dio vuelta a Festo.
- Tranquilo amigo, es toda mía.
Me sonroje mucho al escuchar eso, pero me acerqué al dragón.
- ¡Hola Festo! ¿Cómo estás? ¡Te extrañe mucho!
El dragón chirrió mientras lo acariciaba.
- Dice que él también te extraño. Y que Leo esta bueno.
Lo mire con una ceja alzada.
- ¿Qué? Eso es exactamente lo que dijo.
- Lo que tú digas, Valdez.
Río con esa risa tan maravillosa [ni una palabra, López. Ni una]
Seguí acariciando a Festo.
- Es extraño- dijo Leo.- no le cae bien ni siquiera a mis hermanos.
- Supongo que distingue a la gente bonita como nosotros.
Sonrió aún más.
- Bueno, eso es obvio pensando que soy el chico más bonito del mundo, pero, si solo estuviera con nosotros por ser lindos, le caería bien toda la cabaña de Afrodita. Y créeme, no es así.
- Porque mis hermanas son insoportables.
- Eso, y porque tú eres especialmente hermosa.
Más rubor. Dios mío, ¿alguien puede recordarme como es que Calipso dejo a este chico? [estaba hablando en sentido figurado, Mafalda, gracias]
Pero en ese momento, un miedo creció en mi.
¿Sería que a Leo solo le gustaba porque era una de las más bonitas de la cabaña de Afrodita?
Porque no sería el primero.
Claro que me quería por eso, ¿porque más?
Intentaba parecer horrible pero mi madre siempre lo arruinaba todo.
Tenía que ser la diosa del amor ¿no?
Y ahora Leo pensaba solo en que era linda.
No seas idiota dijo una voz chillona en mi cabeza.
No te metas le respondí a mi madre.
Puta vida (Oops se me escapo)
- Me tengo que ir.
- ¿Qué? Pero si acabas de llegar...
- En serio, Leo, tengo que... Que ver qué pasó con Annabeth. Gracias por todo, nos vemos después.
Antes de que pudiera protestar, salí del Búnker 9 y corrí hasta la cabaña de Atenea.
Toque unas cuatro veces, hasta que Annabeth abrió la puerta un poco enojada.
- Estaba en la mejor parte de Cazadores de Sombras. ¿Qué quieres?
- ¿Donde está Mafalda? ¿Está adentro?
- oh no... Ella se a ido. Nico la llevo con las cazadoras.

-----------------------
Leina forever!!
Ok no, espero que les haya gustado el capítulo chicos!
Recuerden votar y comentar!
Y por fis pásense por mi historia de Pjo/HoO best moments and headcanons. Tendrá chistes, imágenes, mejores momentos, one-shots y pregunta a los semidioses.

Y para los que me dieron sus datos, aparecerán en la historia a medida que Mafalda conozca a las cazadoras de Artemisa. Les avisare.

Y si quieres aparecer en la historia y todavía no me diste tus datos, solo déjame en los comentarios tu nombre, tu padre/madre divino y tu aspecto físico (color de cabello, color de ojos, altura)


Gracias!
- Carrie

La hija de Artemisa. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora