XVII

1.1K 73 5
                                    


Comieron incómodamente en la mesa asignada a Artemisa.

Todas las cazadoras hablaban entre ellas, menos Thalía y Mafalda.

La hija de Zeus la miraba con un odio profundo, mientras que nuestra protagonista solo podía pensar en Sabrina. La chica no se le había acercado a saludarla ni desearle suerte, y tampoco es que tuviera que hacerlo, pero Mafalda era demasiado cobarde como para ir hasta la mesa de Afrodita.

Al finalizar, llegaron los pegasos: caballos con alas, dispuestos a llevarlos de nuevo a Puerto Rico.

Y allí comenzó el problema, o al menos para Mafalda.

Cuando estaban a punto de subir e irse después de todo ese alboroto de tensión y nervios, Quiron las freno.

- Los campistas del Campamento Jupiter vendrán de visita en unos minutos, pensaba que quizá les gustaría presentarles a su nueva... Estem... Jefa.

Para sorpresa de Mafalda, todas las cazadoras, incluso Thalía, la miraron expectantes esperando la decisión de su nueva líder.

- Bueno... ¿No perderemos mucho tiempo verdad? Quedémonos hasta que lleguen, nos presentamos y nos vamos.

Todas asintieron felices con su decisión y se dispersaron en el campamento, hablando con sus amigos semidioses y jugando con las ninfas.

- Sabes, sigo sin creer que estés lista para este puesto. - dijo Thalía. La chica se había quedado plantada a su lado.

- Que bien, es lo primero en lo que coincidimos.

- No estás preparada, no sabes cazar ni usar ningún arma, y todavía no sabemos si heredaste gran cosa de Artemisa. Por más está decir que te detesta.

- ¿Quieres decirme algo que no sepa?

- Solo te daba mi opinión.

- No ayuda mucho que digamos.

Se encogió de hombros.

- Tampoco es que quiera ayudar a alguien que hundirá a nuestras cazadoras a la miseria.

- Que mala, no me tienes fe.

- Nadie te tiene fe, solo que son demasiado amables para expresártelo en la cara. Demás está decir que si son órdenes de nuestra señora, ninguna se interpondrá.

- Salvo tu, supongo.

- Me encantaría hablar con ella, seguramente la haría entrar en razón.

- Has lo que quieras, yo solo quería ser cazadora, no al líder. No es mi problema. Y de hecho, ¿por qué sigues aquí si me odias tanto?

- Como ex jefa debo ser tu asistente personal, o eso me dijo Apolo. Así que estoy a tus órdenes. No puedo moverme de tu lado a menos que me lo órdenes.

- Que aburrido. Tendré que soportarte todo el rato. ¿No puedo solo ordenarte que te vayas para siempre de mi lado?

- Lamentablemente para mí, no. No hasta que sepas defenderte sola.

- Genial.

- ¿Podrías ordenarme que vaya a ver a mi hermano? Extraño a Jason.

Esa fue la primera vez que la escuchaba decir algo humanamente razonable.

- Si, ve.

Thalía asintió y se alejó para encontrarse con el rubio.

Mientras tanto, Mafalda tomó asiento en el césped del suelo mientras veía a los campistas, seguros y felices entre amigos, mientras no tenía ni idea donde estaba Sabrina ni tenía la valentía de ir a hablar con ella por su cuenta.

De más está decir, si era tan cobarde para no poder ni acercársele, ¿cómo podría liderar a las guerrerillas bandoleras feministas? Estaba perdida.

La campana sonó nuevamente, como había hecho en el momento que anunciaron su llegada, y Mafalda se dirigió como los campistas a recibir a los invitados.

- Bueno, ¡démosle una bienvenida a los semidioses romanos del Campamento Jupiter! Y a su preatora, Reyna Avila Ramírez Arellano.

🌸🌸🌸🌸

Hola chicos! Perdón que no subí ayer, es que me fui al teatro y se me hizo tarde y bla bla bla.

Como muestra de mi arrepentimiento, aquí les dejo una foto de Malec para que me perdonen:

Como muestra de mi arrepentimiento, aquí les dejo una foto de Malec para que me perdonen:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Amen😂👏

La hija de Artemisa. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora