XIV

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- ¿Cómo están mis chicas?

- No somos sus chicas, Apolo.

- Por lo que veo, igual de amargadas que siempre.

Apolo entró en la sala de reunión de las cazadoras, mientras todas lo miraban con irritación y odio, a excepción de Valentina, que parecía encantada con su presencia.

Era alto, rubio, bronceado y de ojos celestes, y estaba vestido como un típico ciudadano de Puerto Rico: una camiseta, unas bermudas y unas ojotas (o chancletas, como les digan). Llevaba puesto unos anteojos de sol y sonreía con autosuficiencia.

- ¿Y dónde está mi sobrina favorita?

- Es tu única sobrina- aclaró Alexandra.

- Si, y sería mejor que no nos recordaras los problemas por los que pasamos, gracias- dijo Thalía.

Mafalda lo miraba asombrada.

- Oh por dios, mi tío es el sol!

Apolo le sonrió.

- Impresionante, ¿verdad? También puedo hacer geniales haikus.

Mafalda frunció el entrecejo.

- ¿Qué es un haiku?

Thalía se tapaba los oídos con terror.

- Créeme, no quieres saberlo. Es peor que escuchar tu historia.

- En fin, grupo de amargadas - dijo Apolo. - Tengo un mensaje para la jefa de las cazadoras y para mi sobrina. Dioses, jamás pensé decir eso. En fin, ¿me acompañan afuera?

Mafalda y Thalía subieron hasta la sala principal de la casa: desvencijada como todo lo demás, sucia y llena de polvo, con unas cillas de madera y una chimenea apagada.

- Bueno, estábamos en tomando una decisión muy importante, así que si te gustaría ir al punto, te lo agradecería- lo apuro Thalía.

- Tranquila, hija de Zeus. Iré rápido. En fin, mi hermanita no quiere hablar contigo porque te odia y dice que no deberías existir- dijo mirando a Mafalda.

- Que novedad.

- Pero sin embargo, admite que siendo su hija, debes ser la mejor de las cazadoras jamás antes vista.

Mafalda sentía que el mundo se venía abajo. ¿Su mamá pensaba eso? Pero que decepcionada debía de estar. Lo único en lo que era buena era en la escuela (cuando no interrumpía a los profesores en clase), criticando al mundo y haciendo comentarios y preguntas sin pensar. Por lo demás, un desastre mundial. Ni siquiera le gustaba la caza. Matar animales indefensos... No estaba en su lista de mejorar el mundo. Ahora que lo pensaba, nada tenía que ver con la caza, pero solo había venido para intentar llamarle la atención a su madre, y en parte para demostrarle su poder a Sabrina.

- ¡Claro que no es la mejor cazadora!- rugió Thalía. - ¡no es posible!

- Su madre es Artemisa, Grace.

- ¡Eso no importa! Mi padre es Zeus, y yo le temo a las alturas. ¿Y si le dan miedo las... Flechas?

- No me dan miedo las flechas, te lo aseguro- defendió ella.

Si, le aterraba la idea de cargar con ser una buena cazadora, pero molestar a Thalía Grace era muy divertido.

- En fin, mi mensaje no es solo ese. Como mejor cazadora, o al menos futura mejorcazadora, mi hermanita desea que te conviertas en la líder de las cazadoras de Artemisa. Lo que significa que Thalía deberá cederte el lugar y darte la diadema.

La cara de Thalía, no tenía precio. Parecía aún más aterrada y desorientada que cuando Sabri estaba preocupada.

- Pero... ¿Estás de broma? ¡Ni siquiera sabe usar un arma! No conoce ni la mitad de las reglas de las cazadoras. Ni sabe cazar. ¿Y quieres que sea al líder?

- Es la hija de Artemisa, ¿tengo que repetírtelo? Es su heredera, y también hereda su poder. Como mi yerno Di Angelo es embajador de Plutón, ella será embajadora de Artemisa. O algo así, ustedes entienden.

- ¿Estás diciendo que por ser hija de Artemisa debo darle MI lugar como líder, sin hacer una junta ni una votación previa con la señora y con las demás cazadoras? Ni loca.

Apolo parecía estar perdiendo la paciencia, y lo entendía. Si, a Mafalda no la ponía muy feliz la idea de ser líder de las cazadoras, pero tampoco estaba como para ponerse en modo nena caprichosa. Si era su heredera, y los dioses lo decían, allí vamos.

- Mira linda, no son mis órdenes, por las que este de acuerdo. Son las de Artemisa. Tú señora, quien juraste lealtad, al igual que todas. Así que si ella quiere que esta niña sea la líder de las cazadoras, la líder será. ¿Entendido?

Thalía parecía estar a punto de morir de furia, pero tomó su estupida diadema y se la dio a Apolo a regañadientes. De repente, no parecía tan especial al lado de las otras cazadoras: solo una chica normal amante de metálica, obviamente.

- Bien, listo, ¿ahora qué más quiere Artemisa?- preguntó Thalía molesta.

Apolo sonrió.

- Ve a la habitación principal, Mafalda. Hoy tendremos una ceremonia en el Campamento Mestizo. Que todo el mundo sepa de la heredera de Artemisa.

🌼🌼🌼🌼

Holaaaaa! ¿Les gustó? Espero que si. Puede que algunos estén esperándolo, pero pronto vamos a tener problemas más del tipo amoroso en la vida de Mafalda😏 ya van a ver.
Si les interesa leer el libro de "Donde termina el arco iris" (Love, Rosie) lo pueden encontrar en mi cuenta.
Los quiero chicos, nos vemos mañana!
- Carrie

La hija de Artemisa. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora