III

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Mafalda despertó por el sonido de voces. Su cabeza daba vueltas, como si su cerebro se hubiera transformado en el globo terráqueo que tenía en su casa. No entendía lo que las voces decían, pero parecían preocupadas.

Abrió despacio sus ojos, y se encontró con una escena un tanto extraña, incluso para una persona como ella.

Estaba en una camilla, en una suerte de enfermería, y alrededor de ella se agazapaban 3 adolescentes. Una chica, de ojos grises y cabello rubio ondulado. A su lado estaba un chico, cabellos azabache y ojos verdes, que le recordaban al mar. Y por último, Mafalda se encontró con una persona que si conocía: Sabrina.

La chica parecía tan preocupada que estaba por descomponerse.

Los tres hablaban entre ellos, pero Mafalda no lograba entender absolutamente nada de lo que decían, ya que no hablaban en español.

- Do you think she is gonna be okey?- preguntó la rubia. En ese momento Mafalda identificó el idioma... Oh por dios, ¡era el idioma de Los Beatles! Claro que aún no entendía un carajo, pero al menos sabía que probablemente esa gente proviniera de Inglaterra o algo parecido.

- I don't know- contestó él azabache. Se dirigió a Sabrina.- can you tell me what happened again?

Sabrina suspiro.

- Atenea was listening to our conversation. At first both of us could hear her, but then she start talking just to me. She told me I had to take Mafalda to Camp Half Blood, because a furia was looking for her. When it came, it was too late.

Parecía estar explicando algo.

- So... Did she tell you who is her godly parent? - preguntó la chica.

- No. She just told me we were in trouble. I tried to ask her but... You see the point. - ahora Sabrina me miró a mi.- it was my fault. I was supposed to take care of her. Hope Will knows what he's doing.

Supuso que ese era el momento para hablar.

- Sabri... ¿Tienes amigos que conocen a Los Beatles y no me contaste?

Pensó que se enojaría, o que rodaría los ojos como hace cuando Mafalda suelta alguno de sus usuales comentarios, pero Sabrina parecía no poder estar más feliz de ver a su amiga con vida.

Saltó a abrazarla fuertemente, como si no la hubiera visto en cientos de años.

- Sabrina...- dijo ella- no puedo respirar...

- ¡Gracias a Hades, estas viva! Pensé que la furia te había dejado fuera de juego.

- ¡Mujer! Necesitarán un tanque y cien soldados para bajar a Mafalda López.

Esta vez, ella sí rodó los ojos, lo que hizo sentirse a Mafalda como en casa. Pero en realidad, ni idea de dónde estaba.

- ¿Dónde estamos?- le preguntó a su amiga- ¿en un cuartel yankee?

El chico de ojos verdes sonrió.

- Welcome to Camp Half Blood.

Se ve que Mafalda lo miró con cara de "que mierda me está diciendo este tipo" porque Sabrina le palmeó la espalda y contesto por ella.

- She doesn't talk in english, Percy.

- And how is she suppose to undesrstand us?

La chica rubia, que se abstenía a observar con curiosidad a Mafalda, hablo por fin.

- I can call Lou Ellen from de Hecate cabin and ask her  if she can make like a automatic translator. She would listen to us in spanish, and we would listen to her in english.

Sabrina asintió.

- Both of you, go call her.

Los chicos asintieron y salieron de la enfermería.

Mafalda no entendía ni j. ¿Cómo es que había llegado a ese lugar? ¿De dónde procedía esa cosa que las había atacado, la furia? ¿Y porque Sabrina tenía amigos extranjeros?

- O eres una agente secreta de la asociación de Hombres de Negro, o me estoy volviendo loca.

Su amiga parecía nerviosa.

- Bueno, esto va a ser un poco difícil de explicar. Te lo resumiré mientras buscan a Lou Ellen. Los mitos griegos y romanos, los que ambas estudiamos en clases, son reales. Al igual que sus dioses. Y cómo sabrás, los dioses suelen enamorarse, principalmente de mortales. Así es como dan a luz a sus hijos: mitad dioses, mitad humanos. Los semidioses. Este es el Campamento Mestizo, el lugar más seguro para los héroes, que tenemos que escondernos constantemente de los monstruos, como el que nos atacó antes.

La cabeza de Mafalda parecía una calecita.

- Okey... ¿Pero qué tiene eso que ver con nosotras?

Sabrina respiro hondo.

- Yo soy una semidiosa, Mafalda. Y tú también. Mi madre es... Afrodita, la diosa del amor.

Mafalda no sabia que debería haberla sorprendido más. El hecho de que su madre/padre era un dios griego, o que su mejor amiga, estaba emparentada con alguien que se relacionara con el amor. Sabrina siempre había odiado las citas, sudaba con cualquier chico que pasara, y si se había enamorado alguna vez, había sido de Patch Cipriano, el chico de los libros de Hush Hush.

Intentó parecer lo menos asombrada posible.

- Genial. ¿Y quién es mi padre o madre?

Sabrina se encogió de hombros.

- No lo sé. Una diosa me mando aquí, Atenea. Ella es la diosa de la sabiduría, y la madre de Annabeth, la chica que viste recién. Supongo que si te estaba vigilando, es porque es tu madre. Pero no puedo estar segura.

Mafalda asintió. Luego una gran esperanza creció en su interior.

- Espera... ¿Mi madre representa la sabiduría?

- Y la batalla- agregó su amiga.

- ¡por eso siempre he sido así! ¡Lo heredé de mi madre! ¡Soy hija de una diosa independiente, sabía y fuerte! - tomo a la otra por los hombros y la empezó a zarandear emocionada- ¡Es estupendo!

Luego se sintió mal. La madre de Sabrina era Afrodita, y ella no parecía muy feliz con eso. Es decir, el amor era genial, e importante, eso seguro. Sin el amor, no habría un mediador entre las manos y la cabeza. Pero al parecer también representaba la belleza. Y por más que Mafalda siempre había alabado la hermosura de su amiga, ella no parecía querer llamar la atención, o al menos no a causa de su físico.

Intentó cambiar de tema.

- Bueno... Si logro conocer a mi madre, quizá también logre saber quién es mi padre.

Era cierto. Ella siempre había albergado la ilusión de conocer a sus verdaderos padres. Siempre había vivido dentro de el orfanato, y de vez en cuando la adoptaban, para regresarla unos meses después. Nadie parecía soportar las extrañas preguntas de la chica, ni soportar su personalidad negativa, simplemente. Ni siquiera creía que sus padres actuales se preocuparan de que alla desaparecido de la noche a la mañana.
La única que la soportaba era Sabrina. Y seguramente, era a la única que le importaba la seguridad de Mafalda.

- Supongo que Atenea lo sabrá.- contestó Sabri- de momento tenemos que esperar a que te reconozca para confirmarlo. Luego, si te presta tanta atención como para vigilarte, quizá escuche tus plegarias.

De repente, los dos chicos que había visto antes, Percy y Annabeth, entraron en la enfermería con otra chica.

- Okey. Everything ready?- preguntó Sabri a los tres adolescentes.

- Yes ma'am- contestó divertido Percy.

Sabrina se giró hacia mí y sonrió.

- ¿Lista para hablar el idioma de Los Beatles?

La hija de Artemisa. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora