Deberíamos hablar...

1.1K 90 9
                                    

Me quedo tan perpleja con lo que veo que después de pronunciar su nombre no soy capaz de decir nada más.

Con los nervios muevo mi pelo de derecha a izquierda y viceversa. Saca su ticket del tren y resulta que es mi compañero de sitio, se había equivocado de asiento pero por haberse sentado en el mío.

—Parece ser que somos compañeros de asiento —sonríe triste.

La putada esque todo los demás asientos están ocupados y ya no hay más paradas por lo cual me toca dentarme si o si en mi sitio y con él al lado.

—Eso parece —contesto seca.

Paso por delante suyo y me siento a su lado con la mochila en mis brazos, saco los cascos y pongo el móvil en la mesa que tengo delante mia. Estoy temblando y no quiero que lo note. Solo con su presencia aquí a mi lado me tiene con ganas de más. Creo que voy a vomitar la palmera que me he comido hace minutos, con el dolor de estomago que me producen los nervios...

Mi imaginación va más allá y me imagino vomitando encima suyo, madre mia que fatiga. ¿Por qué me imagino este tipo de cosas? De hecho si me pasara, jamás podría volver a mirarle a la cara. Me río por dentro aunque me sale la sonrisa por fuera.

Él sigue ensemismado en su móvil leyendo a todas mas personas que le escriben a diario.

Mi móvil suena y veo que me mira de reojo. Lo miro y es una notificación de Dani, que ha retwitteado y faveado mi anterior tweet dirigido a él. Entro en whatsaAp y le escribo.

Yo
Adivina a quien tengo de compañero de sitio en el tren...

A los pocos segundos me responde.

Dani
Sorprendeme...

Yo
Mel.....

Dani
Cosa del destino....

Le dejo en leído y sigo mirando mis notificaciones de twitter.

Si me pongo a pensar en todo el tiempo que conozco a Mel, que por cierto, es muy poco tiempo. Nos ha pasado de todo, tanto bueno como malo. Mel una de las veces que nos vimos me dijo "a ver si vas a ser la mujer de mi vida", obviamente de que era broma, pero lo dijo mirándome a los ojos y con esa carita que nadie se puede resistir que casi me lo creo. Si el día que me dijo "has sido el mejor polvo" me lo hubiese dicho después de echarlo, me lo hubiera tomado mejor de cuando me lo dijo con desprecio a la cara. Guardar mis sentimientos no sé si fue buena o mala, pero ambas opciones hubiesen acabado igual o peor. Cuando me toca estoy en el cielo y siento que nada malo me va a pasar, si me roza me dan escalofríos y un nudo en el estomago. La diferencia es que él puede tener a la tía que quiera a sus pies, y yo simplemente soy una más.

—Lucía —me llama aunque su mirada sigue clavada en la pantalla de su móvil bloqueado.

—Dime —bloqueo mi móvil y le miro.

Mis palabras ya no suenan borde, simplemente lo malo se ha esfumado.

—Deberíamos hablar...

—No sé si quiero Mel, de verdad —respondo apartando mi mirada.

—¿A que tienes miedo?

—No es miedo —intento relajarme—, sólo que...no hay nada de que hablar. Lo dejaste muy claro el día que nos vimos, hasta te doy la razón. Soy una cría Mel ¿y qué? A todas las personas que adoro con todo mi ser las acabo alejando de mí y ya no hablo de ti, si no en general, quizás sea lo mejor y me lo merezca. —sonrío triste mirándole fijamente a esos preciosos ojos marrones.

—Lo dije en un arrebato de niño pequeño. Lo siento...no quería decir eso pero cuando me di cuenta lo había dicho sin pensar. Tú no te mereces nada malo ¿me oyes?, yo siempre voy a estar aquí, siempre que tú me dejes —coge mi barbilla y me susurra cerca—, Serás capaz de perdonarme algún día? Espero que pronto porque Dani me da la tabarra día si y día también...

—¿Y que se supone que te dic? —pregunto con cara de ser la más cotilla del mundo.

—Quería que hablase contigo día si y día tambien. La verdad es que entendía que tu no quisieras, si la situación hubiese sido al revés me hubiese sentido igual de mal que tú. Por eso cada vez que me decía que fuese a hablar contigo siempre le repetía que a veces es mejor que pase unos días porque todo estaba demasiado reciente y las cosas duelen y si siente por alguien...

—Dani siempre se preocupa por mi... —sonrío—, ¿quién te ha dicho que yo sienta por tí? —le saco la lengua—, bueno, al menos no te tengo rencor...

—Eso significa que podemos intentar volver a tener esa amistad que teníamos? —pregunta sonriendo.

—Anda ven, si has sido el mejor polvo de mi vida tendré que seguir teniéndote como amigo —me burlo.

Me abraza tan fuerte que quiero quedarme aquí todo el mayor tiempo posible. Al final hemos acabado en un tren de casualidad y reconciliandonos. En realidad no se a quien le hace mas ilusión y felicidad si a mi o Dani, veremos a ver cuando se lo cuente.

En los brazos de Mel #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora