Duele

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Mis pensamientos siempre acaban yendo mas allá de la realidad y sobre paso los limites de a donde quiero llegar con cada cosa que me pasa. Es como si supiera lo que va a pasar o pensase con antelación lo que quiero decir en cada situación si me pasase. Es algo tan raro que solo comprendo yo.

Mi vida no ha cambiado desde que me fui de casa de Dani. Me he refugiado en la fotografía y llevo una semana que no paro. Mi jefa quiere darme vacaciones porque esta al tanto de todo lo que me ha pasado en esta semana y Paula viene a mi despacho a escucharme llorar mientras me abraza, a pesar de estar con Guille y ver obviamente casi todos los días a Mel no dice ni una sola frase donde vaya su nombre, más que nada porque se lo tengo prohibido. Me respeta a mi y a la situación que estoy pasando por ello no dice nada más que lo necesario para calmar mis nervios diarios.

Cada día me pregunto por que tuvo que romper esta confianza y todo lo bonito que teníamos, pero también pienso que soy yo la que no quiere saberlo y que por mucho que me venga a la cabeza preguntarme tantos "por qué" de las cosas no voy a sacar nada en claro, pero tampoco quiero que él me lo cuente.

De Dani si que se. Y bastante. Me manda un mensaje cada día a cada hora pidiéndome perdon, tengo la conversación suya de whatsaAp con "perdón" solos. Yo no le contesto, al tercer perdón dejé de abrir la conversación, no quiero tener la tentación de contestarle. Se que le pregunta a través de Guille a Paula como estoy, y como estoy pasando la situación fuera y dentro de casa.

La verdad es que no estoy nada bien, aunque si que es cierto que pensé que lo pasaría peor, pero tener a Paula conmigo me ayuda y bastante. Y las chicas, que Andrea esta al tanto de todo lo que me ha pasado tanto que quería venir desde Barcelona aquí para consolarme cosa que yo no he dejado. Ahora que viene el verano tendremos tiempo pero con los exámenes finales no es plan de que lo deje todo por venir a consolarme a mi.

Salgo a comer al bar de siempre. Necesito que me de el aire porque me estoy agobiando bastante en mi despacho. Me siento al final de la mesas del bar y vuelvo a darle vueltas al asunto sin encontrar respuestas y con un dolor en el pecho que me supera.

Me duele tanto no poder contarle a Dani lo que se me viene a la cabeza en cada instante. Se que es amigo de Mel pero de ahí a mentirme durante un mes y hacer como si nada me ha dolido mucho mas que Mel hiciese lo que hizo. Otra vez llorando y no encuentro el punto medio de lo que quiero hacer con mi vida y calmar mis sentimientos hacia los dos. Dani le ha contado a Mel que no quiero saber nada de el, que prefiero a que me olvide a que me cuente que ha pasado entre esa chica y él. Paula me lo ha contado todo, pero el no ha dado señales de vida...ha dejado dejar el tiempo correr y no hacer una simple llamada pidiendo explicaciones, no me querría tanto como yo pensaba.

No tengo mas ganas de estar en el trabajo y me tomo la tarde libre, recojo mis cosas y me lleva Adrian a casa amablemente porque se ha enterado lo que ha pasado, no exactamente pero si que sabe que algo muy gordo ha pasado.

—Gracias Adri —sonrío.

—Sabes que cualquier cosa que necesites estoy aquí ¿vale? —me acaricia la espalda.

Le doy las gracias por su amabilidad y mee bajo del coche poniendo rumbo al portón mientras el arranca y se va. Son solo las 4 de la tarde y no se que voy a hacer hoy. Subo con desgana las escaleras y no me puedo creer lo que ven mis propios ojos.

—¿Me puedes explicar que haces aqui? —pregunto borde a Mel que esta sentado en la puerta de mi casa.

—Vengo a hablar contigo.

—No tengo nada que hablar contigo.

Se levanta y se pega a mi. Cuando le miro tiene los ojos rojos la cara hinchada de tanto llorar. Se muerde el labio nervioso sin sabe no que hacer ni que decir. Esta nerviosa h me esta poniendo mas nerviosa a mi.

—¿Te quitas? —pregunto tan borde como puedo intento que vea que estoy dolida—, quiero entrar a casa ha sido una semana dura.

Se aparta y se pone detrás mío mientras intento meterla llave en la cerradura.

—¿De verdad que quieres que te olvide? —pregunta susurandome.

—Sí —digo en un suspiro.

Quien este en las casas de enfrente mío se tiene que estar enterando de todo lo que pasa, así que por no dar el espectáculo en el rellano le digo que pasa para dejarle las cosas claras.

—Pasa.

Pasa con timidez y se queda en una parte del salón mientras yo voy soltando mi maletín y la chaqueta. Hago que se siente enfrente de mi en el sofa.

—No puedo perdonarte. Si quizás. Lo hubieses dicho cuando paso alomejor te hubiese creído que haya sido tres besos tontos y que ni tu tienes la culpa pero después de un mes no puedo perdonaros a ninguno. No se que va a pasar no lo quiero pensar Mel.

—No quiero que sea una despedida...

—Necesito que me olvides, por avor. Me haces daño —me acerco a el y le acaricio la cara.

Sus lágrimas caen una tras otra y acaban ahogadas en su boca.

—Enfádate conmigo, Dani no tiene culpa, lo esta pasand...

Pongo un dedo en sus labios y le interrumpo.

—No quiero saberlo, por favor. —agacho la cabeza aguantando lagrimas imposibles.

—Lo vas a escuchar quieras o no, está destrozado tanto como tu. Como yo. Lo siento, prometo que no fui yo, fue un beso robado, una tonteria, quise contártelo pero estábamos tan bien que me dio pena estropear uno de los mejores momentos que estábamos pasando. Lo siento mi niña, tanto que no quiero hacerte sufrir mas... —dice llorando—, fui muy feliz Lucia, si alguien día eres capaz de perdonarme estaré aquí, y si necesitas algo solo tienes que pedirmelo.

—Solo espero que algún día no te hagan lo mismo que tu a mi...

Somos dos idiotas que se quieren, llorando en el salón de mi casa mirándonos fijamente mientras vemos que todo lo que hemos construidos se ha ido a la mierda. Que todos los sueños y planes que teníamos se han esfumado y solo tenemos los  recuerdos en nuestras mentes que se irán poco a poco...

—Esto es para ti —rebusca en el bolsillo derecho de su pantalón y saca un pen—, son las fotos de la sesion, las recogí el día que me entere que tu te habías enterado de lo que pasó y que querías que te olvidara. No he salido de casa, llevo toda la semana mirando una a una las fotos, martirizando me y llamándome idiota por haberte perdido.

—Gracias —susurro guardándome el pen.

Se acerca a mi y roza su nariz con la mia, juntando frente con frente y suspirando fuertemente mientras mantiene los ojos cerrados.

—Voy a echar de menos el olor de tu pelo, acariciarte la cara, verte dormir...

—No lo pongas mas dificil, vete por favor —susurro—, ha sido un placer Mel.

—No me tengas rencor...y solucionalo con Dani, ese es mi último deseo.

—Lo intentaré.

Nunca me han gustado las despedidas, siempre he acabado llorando más de la cuenta y no soporto que me abracen mientras lloro porque siempre acabo llorando mas. Me duele despedirme de Mel pero no puedo soportar estar con el y pensar en el con la otra chica, eso me duele más.

—Te quiero.

Escuchar esas dos palabras me duelen tanto que no soy capaz de que antes de que se vaya por la puerta darme la vuelta y echarme a llorar. A pesar de que se haya ido con otra o que solo hayan sido tres besos tengo ganas de echarme a sus brazos y perdonarle pero se que si lo hago a la mínima le echaría en cara que se ha ido con otra persona y han besado esos labios que me pertenecían.

—No puedes pretender que me vaya y dejarte aquí llorando a lagrima tendida Lucia.

—Es lo mejor, ahora tengo que acostumbrarme a vivir sin ti.

—Si encuentras la manera avisame, yo llevo intentando lo desde la semana pasada y no la he encontrado aun.

Se va de mi lado y se que se ha ido por el portazo que acaba de dar.

Mi manta, película, palomitas, chucherías varias y helado serán el motivo para refugiarme y ahogar mis penas en casa. Echaré de menos todo lo que tenga que ver con Mel.

En los brazos de Mel #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora