¿Quién dijo que sin amor no se puede vivir?

957 73 28
                                    

Mis pensamientos van y vienen. Dejo mi imaginación al aire y exploro todo lo que quiero. Imagino que estamos solos en un desierto que no hay siquiera agua, pero lo mas importante es su compañía.

¿Qué pasaría si tienes miedo a perder lo que quieres? ¿Qué pasaría si no tuviésemos que depender de la distancia para vernos? ¿Qué pasaría si dejo todo por verte? ¿Qué pasaría si...sólo fuésemos uno?

En diez minutos ya he llegado a casa. Tomar decisiones nunca ha sido mi punto fuerte pero pensar, tampoco. Nunca se debe pensar demasiado y menos cuando estás rayada porque no ves a alguien. Aunque si me pongo a pensar nunca entenderé por qué no me aplico los consejos que doy.

Llamo a mi jefa mientras me lleno el vaso de agua, necesito que me pase por correo las fechas consiguientes de las sesiones que tengo y un par de fotos que no tengo en mi ordenador. Es la mejor jefa que he podido tener nunca, ya es parte de mi, mi amiga. Esta al tanto de todo lo que me pasa y fue ella quien me sugirió irme a Barcelona a despejarme incluso sin trabajar, pero obviamente me negué. Necesitaba estar entretenidas con algo y nada mejor que hacer lo que más me gusta después de estar con Mel. Cuelgo y quedamos en vernos dentro de dos día cuando vuelva a la oficina. Realmente me tomo mi trabajo como un hobbie porque me gusta tanto que no me cuesta nada ir y hacer todo lo que hago.

Me siento en el sofá y subo la mesa que está en el centro a mi altura para poder estar mas cómoda y no dejarme la espalda ahí. Mi móvil se ilumina y vibra. Yo doy saltitos y palmadas al ver que es Mel quien llama.

>Hola mi amor

<Tontaaaaa, ¿Cómo estás?

>Trabajando en casa, he salido con Dani.

<¿Y que tal? ¿Dónde habéis ido?

>He conocido a Marta, es una chica encantadora. Pero eh, no digas nada que Dani me mata —río.

<Tu secreto queda guardado preciosa. Te echo mucho de menos...

>Y yo...esto empieza a ser odioso.

<No imaginas cuanto, voy a tener que volver a llevarte a todos lados conmigo o traerte aquí... —noto como sonríe pero con un sabor agridulce.

Me quedo callada, esa frase me trae muchos recuerdos. Me sigo martirizando por haberme ido ese día en la estación y no haberle parado antes de irse a Nueva York. Los dos estaríamos juntos y podríamos hacer mil cosas que tengo pensadas.

<¿Lucía? ¿Sigues ahí...?

>Si no te hubiese dejado irte, ahora mismo...

<No peque, no. No te martirices con eso, si hubiese hecho las cosas bien...

Me quedo en silencio de nuevo. Si él no hubiese echo las cosas tan mal no estaría así. Me podría dedicar todo el día a besarle...

<Tengo que colgar, hablamos después ¿vale? Eres todo para mi.

Cuelga. Y sin yo decir más nada.

Si que es cierto que no estamos juntos y que me muero de ganas por hacerlo. Nos besamos, nos tocamos pero no hacemos vida juntos, no puedo correr a verle porque ya no vive aquí. Aún ronda su infidelidad por mi cabeza pero mi corazón deja transparente como el agua que no puedo vivir sin él y lo tenemos todos casi solucionado.

Dejo mis pensamientos a un lado y termino con el trabajo.

—Por fin —levanto los brazos para estirarme.

Por fin he terminado de editar y mandarle el último correo a mi jefa. Mi timbre suena. ¿Ya está aquí Dani? ¿Ya son las 9? Abrí y efectivamente es el.

En los brazos de Mel #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora