Me llamo Lucía y soy licenciada en fotografía, y trabajo de ello en una revista famosa y tengo 23 años. Soy nueva en esta ciudad tan bonita y encantadora como es Madrid. A veces no nos dejamos llevar por miedo o simplemente por experiencias de la vi...
—¿Queréis dejar de reíros de mi? —les pregunto mirándole.
—Es muy gracioso ver la cara que se te ha puesto cuando el chico te ha dado su número —ríe Dani.
De forma cariñosa me acerco a él y le doy un pequeño puñetazo en el hombro izquierdo.
Vamos andando por Gran Vía y me siento completamente feliz. Es uno de los momentos que más adoro estar en Madrid. El concierto ha ido genial, la actitud de los chicos ha sido espectacular y las fotos han salido increíblemente bien. Ahora no echo de menos a Mel y por un momento presiento que las cosas en mi corazón van mejor de lo que pensaba.
—Lo más gracioso ha sido cuando casi se cae por darte su teléfono —ríe Álvaro.
—Hola guapa, te dejo mi número de teléfono —Dani pone voz de aquel chico.
No soporto tan buen humor a estas horas de la mañana, pero adoro sentirme así.
—Pues el chico es bastante guapo -objeto.
Dejan de reírse y me miran extrañados como si nunca de mi boca hubiesen escuchado que un chico es guapo.
—¿Qué? —pregunto riéndome—, ¿Tan raro parece lo que he dicho?
—Hermano, vamos por buen camino o eso parece —choca la mano Dani a Álvaro.
Hago como la que no me entero de nada pero en el fondo se que aunque no lo nombren, se refieren a Mel. Hablan del chico tan guapo que me ha partido la entrada al entrar al recinto, ha dado la casualidad que al salir del concierto, me ha visto y me había apuntado su número de teléfono en una servilleta, muy original por cierto. Llevan dándome todo el camino con eso, pobre chico con las bullas de no querer perderme de vista casi se cae delante de todo el mundo, cuando ha venido a darme la servilleta estaba más rojo que un tomate.
Se llama Alex, es alto, con poca barba pero dejando ver un semblante de serio y a la vez divertido. Ojos color miel, que enamoraría a cualquiera. Su foto de WhatsApp es esta y casi me desmayo de solo verla.
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Vamos a mi casa que es la que está más cerca de las tres y nos tomamos un par de copas allí. Nos vendrá bien ponernos al día hasta mañana.
—Mañana por la tarde me vuelvo a Barcelona —sonrío triste.
—Pero en un mes te tenemos de vuelta, princesita —me abraza Dani.
—¿Cómo que princesita? —pregunto riéndome—, la copa de champan te ha afectado -nos reímos Álvaro y yo.
—Brindemos.
Volvemos a rellenar las copas y nos ponemos de pie en mi salón.
—Por vosotros, porque nunca se pierda la complicidad tan bonita que se crea cuando estamos juntos. Porque seáis felices siempre. —alzo mi copa hablándoles cara a cara.
—Por ti princesita, porque luches siempre por todo lo que quieres y logres quitarte esa espinita que tanto te duele —me mira—, por ti hermano, por una vida haciendo lo que nos gusta —mira a Álvaro.
—Por ti mi niña pequeña —me mira con esa sonrisa que hace que pienses que nada malo te va a pasar—, porque por fin puedas solucionar todo lo que tu corazón no puede solo, ya sea con Mel o no —me acaricia la cara—, hermano, por más momentos que nos hagan tocar el cielo y que siempre estés conmigo.
Chocamos las copas y las lágrimas aparecen por si solas. Estoy demasiado sensible para ser verdad. Es hora de apreciar lo que verdaderamente me importa y dejar de llorar por lo que se me ha escapado entre las manos. Dejemos que el tiempo pase y que el sea quién ponga las cosas en su sitio, nadie sabe como nos va a ir la vida dentro de unos meses, ni siquiera sabemos como vamos a amanecer mañana, solo se que no pienso dejar de luchar por lo que quiero, y sobretodo y más importante no voy a dejar de quererles a ellos.
Paula me envía un mensaje diciendo que mañana desayunamos juntas porque no puede dejar que me vaya sin verme. Y tengo afortunadamente la contestación de Alex que hablamos como si nos conociéramos de toda la vida.
—¿Hablando con tu amor? —pregunta Dani intentando mirar mi pantalla.
—Mira que eres tonto, quita cotillaaaaa —le echo para un lado.
Me ha impresionado para bien que Alex quiera saber más sobre mi, pero me parece también que va demasiado rápido. Nada mas hablar me ha dicho de quedar y creo que no me conviene ser tan precipitada ¿o si? ¿A quién no le viene bien un poco de locura?
Podemos vernos antes de irte, si te apetece... Si te apetece podemos quedar para comer...
¿Quieres o es solo por compromiso? ¿De verdad te diría de ir a comer si fuese por compromiso?
No quería decir eso, lo siento. Culpa mía, que estoy sensible y mañana me vuelvo a ir.
Una verdadera pena que no te vea en un mes... Hay personas que no dicen eso...
¿Te han echo mucho daño, no? Mucho, pero no creo que sea el momento para hablarlo.
Quizás mañana en la comida nos venga bien desahogarnos Seguro que nos irá muy bien. que les he abandonado por hablar contigo.
Un beso preciosa.
—¿Ya has terminado de hablar con tu romeo? —ríen los dos.
—De verdad que tontos que sois. Hemos quedado para comer —me quito los zapatos y salto en el sofá.
—¡¡Que ha quedado con un chico!! Álvaro, cógela que nos la llevamos al médico por si tiene fiebre —viene Álvaro hacia mi y me coge a caballito.
Creo que no puedo tener amigos que les guste más hacer el tonto y a mi me encanta verles reír, hacia mucho que no nos divertíamos tanto. Después de ver la tele, poner música, beber champán y reírnos hasta que nos duelan los mofletes, caemos rendidos en el sofá.
Hasta aquí el capítulo. No sé que me pasa estos días que estoy como muy escritora y tengo ganas de subir capítulos todo el rato, esto es una compensación por todas las veces que he tardado más de la cuenta en subir y porque es verano y porque hay que estar felices, y ¡qué coño! porque me encanta ver como comentáis y os involucráis en mi historia.
¿Qué os parece el nuevo chico? La verdad que a mi, me encanta.
