Me llamo Lucía y soy licenciada en fotografía, y trabajo de ello en una revista famosa y tengo 23 años. Soy nueva en esta ciudad tan bonita y encantadora como es Madrid. A veces no nos dejamos llevar por miedo o simplemente por experiencias de la vi...
Dani y yo volvemos a nuestro hotel después de la sorpresa a Andrea. Hemos quedado en su casa con las chicas cuando estemos vestidos. Así que, no dudamos en ducharnos relajadamente y buscamos algo de ropa que nos parezca más adecuada para la ocasión.
Paula, mi compañera y amiga del trabajo el día de mi cumpleaños me regaló un mono blanco precioso y creo que es la ocasión adecuada para ponermelo. Me lo pruebo y me encanta.
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Me maquillo, me aliso el pelo y para terminar me hago una foto para pocos segundos después para pasársela a Paula y enseñarle como me queda y seguir dandole las gracias por el regalo porque me encanta.
Cuando salgo me veo a un Dani en pantalón corto verde agua y sin camiseta, apoyado en la terraza.
—¿Pero que haces así aún? —pregunto haciéndome la enfadada.
—Los tíos tardamos menos que las tías, en cinco minutos me tienes listo —me da un beso en la mejilla y entra en la habitación.
Siempre he escuchado eso salir de boca de miles de tíos, e incluso de mi padre y mi hermano. Sobretodo cuando vamos algún sitio para comer, cenar, o una boda. Que estamos mi madre y yo vestidas y ellos siempre dicen "mira que pronto nos hemos vestido nosotros, cinco minutos". Y al final, hay que darles la razón.
Termino de cargar el móvil y hablar con las chicas para que estén preparadas mientras me tumbo en la cama apoyando mi cabeza en la cabecera de la cama mirando la puesta de sol que se ve desde nuestra gran terraza. No dudo ni un instante y saco la cámara. Salgo antes de que Dani esté preparado para irnos y fotografio uno de los atardeceres mas bonitos que he visto jamas. Y es que será que estoy muy sensible, que Barcelona me sienta bien o simplemente que desde aquí todo se ve más bonito.
Entro en la habitación y Dani por fin ya esta preparado.
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—¿Desde cuando te has vuelto tan pivón? —le saco la lengua.
—Calla, si a ti te viese Mel... —me mira y se ríe.
Cabrón. Siempre sabe como sacar el tema y hacer que me acuerde en todo momento de él.
Vamos en busca de Andrea y las chicas. Todas me abrazan tan fuerte que me dan energía infinita para sobrellevar de alguna manera lo del Mel. En cuanto ven a Dani corren hacia él avasallandole a abrazos y preguntas sobre donde están los demas.
Rio por verle en esa situación y rompo el momento bonito pregunto a donde vamos a ir a cenar porque el hambre que tengo es real. Por mayoría vamos a un chino en el centro de Barcelona. Esto es tan bonito que quiero quedar aquí. A lo largo de la noche se unen unos amigos de las chicas que nos cada genial a Dani y a mi y así da gusto poder salir de fiesta con todas esas personas que aparte de caerte bien son bonitas por fuera como por dentro.
Andrea en ocasiones me abraza y se que nota que no estoy del todo bien pero que lo intento para que nadie sepa como me siento.
—Todo se arreglará ¿vale? —dice mientras me abraza.
—No hay nada que arreglar, Andrea, todo está tan roto...
—Os queréis y eso se nota a kilometros, pero ahora no es momento de lamentaciones, vamos a disfrutar nena.
La abrazo y se que no hace que siga mucho mas porque me entiende 100%.
Vamos a una de las discotecas mas famosas de Terrassa. Pedimos un par se copas para cada una y nos acomodamos en uno de las sillones del fondo. Hoy necesito desconectar y que mejor que de fiesta y con amigos. No necesito emborracharme para ser feliz ni disfrutar pero si necesitaba esto y a mis amigas.
Reímos tantas veces que me duelen los mofletes de hacerlo. Pablo, Lucas y Ale son geniales y tienen cada ocurrencia que te tienes que reir, si o si. Que les acabe de conocer no significa que no le vaya a echar de menos cuando nos vayamos. A Dani le veo tan a gusto que parece que les conoce de toda la vida y eso me provoca una tranquilidad increíble.
—Vamos a por un par de copas más —objeta Andrea.
Asentimos y nos quedamos sentados en los sillones esperandolas.
Suena "Me duele el corazón-Enrique Iglesias", y me vengo arriba.
—Vamos a bailar —dice Dani pillando me por sorpresa.
—¿Tu sabes bailar? —pregunto señalándome mientras me río.
—Ahora lo vas a ver, hermanita. —tira de mi mano suavemente hasta llevarme a la pista.
Hay mucha gente, y hace bastante calor. Intentamos no ponernos con todo el mundo en medio de la pista pero esta todo tan abarrotado que es un poco inposible.
—Deja de pensar que te vas a agobiar y diafruta.
Como me conoce. Sabe la claustrofobia y el agobio que me da estar con tantas gente apretada en algún sitio.
Asiento y nos movemos al son de la musica. Casi nunca he visto a Dani bailar, en los conciertos pero pocas veces y no lo hace nada mal.
Si te vas,
Yo también me voy,
Si te da,
Yo también te soy,
Amor,
Bailamos hasta las diez,
Hasta que duelan los pies.
Cantamos a la vez y bailamos dando vueltas, y riendomos. Estamos tan sueltos bailando que quiero seguir bailando. Gritamos la canción que como sigamos así mañana nos dolerá la garganta y estaremos roncos.
—No puedo más eh —río hablándole al oido.
Nos empujan y acabamos tan pegados físicamente que por una vez me da vergüenza. Sin darnos cuenta nuestros labios se rozan y un escalofrío me recorre entera.
Da un paso hacia delante y sigue rozando nuestros labios mientras estamos pegados. Si lengua recorre entera mis labios y cuando me doy cuenta de lo que esta pasando, reacción y me separo bruscamente de él.
¿Dani me ha besado? ¿Qué ha pasado?
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La amistad es lo mas bonito que tenemos aunque a veces la caguemos pero todo el mundo se equivoca ¿no?
A veces confundimos los sentimientos o simplemente nos dejamos llevar.
Y es que dejarse llevar suena tan bien....pero a veces tiene sus consecuencias.
