Capítulo Once.

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Me levanté y como todas las mañanas fui a preparar a leche para Judith, saludé a Hershell y Maggie que estaban sentados en la mesa desayunando. Minutos después llegó Rick con Judith en sus brazos y Carl.

- Buenos días.

Saludó Rick a todos y me entregó a Judith para que pudiera darle su leche. Al rato después fueron llegando todos a desayunar. Estábamos teniendo días buenos, muy buenos en realidad.
Una vez que terminé de alimentar a Judith, se la pasé a Beth ya que ella se encargaba de cuidarla durante el día, y salí a la reja dispuesta a despejarla un poco de tantos caminantes. Se habían acumulado un montón en la noche. Tyreese y Michonne también ayudaban, mientras que Sasha hacía guardia, aprovechando de matar uno que otro cuando se daba la oportunidad.

— ¡Hey!

Todos volteamos hacia la torre, que era donde estaba Glenn haciendo guardia en las alturas.

— ¡Alguien viene hacia acá!

Apuntó hacia afuera y rápidamente me moví hacia dónde estaba el lugar de ingreso para tener mejor visibilidad. Puse mi mano en mi frente para bloquear el sol y achiné los ojos. Venía matando a los caminantes que se le cruzaban con un cuchillo, su paso era lento, al parecer venía débil, quizás estaba herido, o solamente deshidratado. Vi una correa en su pecho, lo que me llevó a mirar hacia su espalda de la cual colgaba algo. Una ballesta.
Sin pensarlo más, corrí al portón y lo abrí para salir y ayudar a Daryl. Me deshice de tres caminantes antes de llegar a él, tomarlo de la mano y prácticamente arrastrarlo hacia dentro de la reja. Tyreese cerró el portón, por lo que me enfoqué solamente en Daryl.

— ¿Estás herido?

— No.

Respondió apenas y sentí un gran alivio.

— ¿Has comido algo? ¿Bebido agua?

— Nada desde hace dos días.

— Estás deshidratado obviamente, necesitas comer, vamos adentro.

Todos se sorprendieron gratamente al ver a Daryl de vuelta, Rick le dio un abrazo y lo ayudó a acomodarse nuevamente en la prisión para que pudiera descansar y recuperarse. Le llevé dos botellas de agua, las cuales se bebió de inmediato y le preparé algo para comer. Todos trataban de mirarlo discretamente, estaba segura que querían hacerle mil preguntas, yo también quería hacerlo, pero tenía miedo de cagarla. ¿Dónde estaba su hermano? ¿Estaba vivo? ¿Por qué decidió volver? ¿Qué había pasado mientras estuvo en la ciudad?, todas esas preguntas rondaban mi cabeza, pero ninguna saldría por mi boca. Daryl no es de hablar mucho, y menos de sus cosas personales.
La mayoría siguió con lo que estaba haciendo, pero yo no podía salir de aquí, necesitaba tener a Daryl en mi vista, quería asegurarme que en serio había vuelto, que no lo estaba soñando, también quería cerciorarme de que estuviera bien físicamente, por si necesitaba alguna medicina o algo así.
Terminó de comer, apoyó sus codos sobre la mesa y me observó fijamente.

— Has estado todo este tiempo ahí mirándome, ¿Tengo algo en la cara acaso?

— Solo quiero asegurarme de que estés bien.

— Lo estoy.

— Lo sé, deberías ir a acostarte y dormir un poco, necesitas descansar.

— No necesito nada.

— Por lo menos sigues siendo el mismo de siempre.

Sonreí y él frunció el ceño. Soltó un suspiro de resignación y se puso de pie caminando en dirección a su antigua celda en el segundo piso. Cuando iba por el cuarto escalón, lo llamé.

— ¡Hey Ángel!

Lentamente se dio vuelta. Su comisura derecha tiraba hacia arriba, como si quisiera sonreír.

— Me alegra mucho que hayas vuelto.

Y sin decir más, me di media vuelta y volví a salir de la prisión para ir a la reja a matar caminantes. A diferencia de otros días, ahora me sentía contenta, y sé que es por el regreso de Daryl. Recordé mi sueño, donde él me besaba y por un segundo deseé que fuera verdad. Moví mi cabeza, reaccionando y quitando esos pensamientos de mi cabeza, ¿en serio quería que Daryl me besara? Mierda, sí. Me reí mentalmente, avergonzándome como si alguien más pudiera escucharme, obviamente nadie lo hacía así que sin miedo, confirmé lo que venía sospechando. Me gusta Daryl Dixon, y mucho.

*

Me levanté en la madrugada debido a que no podía conciliar el sueño, quizás si caminaba un poco gastaría un poco de energía y así podría dormir más fácilmente. Bajé y salí a caminar fuera de la prisión, habían pocos caminantes en la reja, ojalá no lleguen más, pensé. Luego de unos veinte minutos dando vueltas, decidí volver adentro porque hacía mucho frío.
Subí las escaleras en completo silencio, de pronto escuché un sollozo. Me detuve y traté de agudizar mi audición, escuché otro sollozo y me acerqué hacia dónde provenían, era la celda de Daryl.
¿Daryl está llorando? Sentí una pequeña opresión en el pecho, tenía que ir con él.

— ¿Daryl?

Susurré entrando lentamente a su celda. Sentí como inmediatamente dejaba de llorar, con la poca luz que había gracias a la luna, vi cómo se pasaba las manos bruscamente por los ojos secándose las lágrimas. Se sentó en su cama y me miró con el ceño fruncido.

— ¿Qué quieres? Déjame solo.

Su voz salió más débil de lo que probablemente quiso, estaba rota, lo cual hizo que mi corazón se estrujara un poco más.

— No te dejaré solo, sé que no vas a querer hablar, nunca lo haces, pero me quedaré aquí para ti así como tú te quedaste conmigo en el bosque.

Pareció pensarlo un momento, me miró y asintió.

— Ven aquí, te necesito.

Se volvió a recostar y se hizo a un lado para que me acostara con él. No podía creerlo. Cautelosamente me metí bajo las sábanas y en un segundo Daryl se aferró a mi cuerpo con tal magnitud que llegué a sentir dolor, pero no me importaba, él en serio necesitaba a alguien, y ese alguien era yo. Lo abracé de vuelta y acaricié su cabello, el cual estaba creciendo bastante, y lo consolé.

— No tienes que aguantarte el llanto, deja la pena salir, no tengas vergüenza de mi.

Dicho esto, sentí el cuerpo de Daryl relajarse y comenzó a llorar casi desconsoladamente. Lo apreté más a mí para hacerle sentir mi compañía, que no estaba solo, que yo estaba aquí apoyándolo.
Nadie dijo nada, solo escuchaba sus sollozos y su respiración ahogada de vez en cuando.

— Merle está muerto.

Soltó de repente y comprendí todo. Lo abracé más fuerte aún, si es que en realidad era posible, y deposité un beso en su sien. Luego de unos minutos, los sollozos fueron reemplazados por silencio total. Daryl se había dormido.

[...]

Primero que todo, ¡perdón por haber desaparecido tanto tiempo! 🙁 La verdad es que la universidad me ha tenido bastante ocupada, pero igual me daba el tiempito de escribir cuando tenía libre.
¡Espero que les guste! Gracias por leer, voten y comenten ❤️

More Than Words [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora