Capítulo Diecisiete.

264 22 14
                                    

— No podremos con todos ellos, tendremos que dejar que pasen.

— ¡¿Qué?! ¿Cómo se supone que haremos eso?

— Quedándonos completamente en silencio, no nos verán así que pasarán de largo.

— No creo que...

— No hay tiempo, ven aquí.

Glenn me tomó del brazo apegándonos a la pared del túnel y me abrazó de forma protectora.

— Ni un solo ruido ______. Estaremos bien.

Susurró y asentí. Tenía miedo, realmente tenía mucho miedo. Me apegué lo más que pude al cuerpo de Glenn buscando seguridad, pero sabía que él estaba tan asustado como yo.

El primer caminante pasó por nuestro lado y sentí que comenzaba a temblar. Glenn me tranquilizó acariciando mi cabeza.

El plan estaba funcionando, los caminantes pasaban sin notar nuestra presencia gracias a la oscuridad del lugar.

De pronto, el silencio se hizo presente. Los caminantes ya habían pasado, estábamos a salvo. Mi cuerpo se relajó completamente al igual que el de Glenn. Nos separamos y volvimos a prender nuestras linternas.

— Ya podemos continuar nuestro camino.

— Eso ha sido lo más aterrador que he hecho en mi vida.

— Una vez con Rick hicimos algo peor, si ahora estaba asustado, esa vez estuve a punto de cagarme en mis pantalones.

— ¡Glenn!

Solté una carcajada ante su comentario y él rió conmigo.

Ya no quiero saber qué fue lo que hicieron.

Glenn volvió a reír y caminamos unos metros más. Este túnel era interminable.

— Espera.

Me detuve al oír una especie de gruñido, apunté hacia adelante con la linterna y tres caminantes aparecieron en nuestra vista. Glenn sacó una pistola y con tres disparos perfectos, eliminó a los caminantes.

Impresionante.

— Gracias.

Pero no se había acabado todavía, más caminantes venían, muchos más y por el ruido que veníamos haciendo, no nos percatamos que los caminantes que habíamos dejado pasar, venían de vuelta. Estábamos con la mierda hasta el cuello.

______, hagamos lo que podamos... si algo me llegara a pasar, tú solo corre, ¿Escuchaste?

— No te voy a dejar solo idiota, o vivimos los dos o morimos los dos.

Comenzamos a matar a cuanto caminante se nos cruzara, pero se hacía cada vez más complicado. Unos seis caminantes me acechaban y con cada paso hacia atrás que daba, más me arrinconaba. Esto era todo, aquí iba a morir.

— ¡¡¡______!!!

Escuché una voz masculina, que no era la de Glenn, gritar mi nombre y enseguida todos los caminantes de mi alrededor cayeron muertos. Yo conocía esta voz.

¿Ángel?

Hacía tiempo que no lo llamaba así y se sentía bien volver a hacerlo. Daryl se acercaba a mi lentamente, pero no aguanté y acorté la distancia corriendo para abrazarlo.

— ¿Estás bien?

— Ahora sí, gracias a ti.

De pronto, noté que ya no habían caminantes y en su lugar estaba Rick, Carl, Abraham, Rosita, Tara, Eugene, Sasha, Bob y Maggie. Un momento, ¡Sasha, Bob y Maggie! Glenn corrió a los brazos de su esposa y realmente me emocionó su encuentro, el amor de ellos dos era tan puro y sincero, que a veces hasta me daba un poquito de envidia. Yo también quería algo así.

Saludé con gusto a Sasha y Bob, los cuales me contaron que ya eran pareja. Me alegré mucho y Bob me agradeció por darle ánimos para declararse. Aunque eso había sido hace bastante tiempo atrás ya. Supe también que Abraham y su grupo se habían devuelto para acompañarnos por un tiempo más y se toparon con Rick, cómo iban en el auto, llegaron hasta el final del túnel más rápido, donde se encontraron con Maggie y todos juntos vinieron a buscarnos.

Sinceramente, creo que son el mejor grupo que podría haber encontrado.

Ya se había hecho de noche, por lo que decidimos pasarla ahí en el túnel. Me acomodé en el suelo y cerré los ojos esperando a quedarme dormida lo más pronto posible.

Glenn dormía junto a Maggie, Bob con Sasha, Abraham con Rosita, Tara con Eugene y Rick con Carl. Daryl se había ofrecido a hacer guardia, por lo tanto ahí me encontraba yo, sola y tiritando de frío.

Abrí los ojos sorprendida al sentir a alguien, claramente Daryl, acostarse a mi lado y rodearme con sus brazos.

— ¿Qué estás haciendo?

Le pregunté en un susurro, girándome para poder verlo mejor.

— Bueno, tienes frío y yo estoy caliente.

Quise reír ante lo mal que había sonado su comentario, pero disimulé al notar que él no se había dado cuenta.

Al estar en contacto nuestros cuerpos generarán equilibrio térmico, así dejarás de temblar. Física básica.

Repitió mis palabras de cuando estábamos en la prisión y él tenía fiebre. Sonreí al saber que recordaba todo.

Tienes razón.

Reí bajito y él sonrió. Era tan hermoso verlo sonreír, si tan solo lo hiciera más seguido...

— Ahora duérmete, yo estaré despierto pero no te dejaré sola.

Asentí y volví a cerrar los ojos.

Ojalá esta noche no se acabara nunca.

[...]

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 12, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

More Than Words [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora