More Than Words [Daryl Dixon]

Capítulo Trece.

Vi a Daryl irse y en seguida me di vuelta para ir donde estaban el gobernador y Rick. Ese infeliz estaba a punto de matar a Rick, tenía que ir a ayudarlo. Me acerqué por su espalda y vi cómo rápidamente Michonne también se acercaba. Me lanzó su katana, la cual tomé y sin dudarlo un segundo, se la enterré al gobernador a través de la espalda. Inmediatamente soltó a Rick y al sacar la katana cayó hacia atrás, Michonne ayudó a Rick a recuperarse y yo me ubiqué al lado del cuerpo del gobernador que estaba agonizando. Era la primera persona que mataba, a excepción de mis padres, pero sentía tanto odio por él que no me dolía. Lo miré a los ojos.

— Sabes que esto es lo que te merecías.
— Lo sé. Perdóname ______, por lo que te hice a ti y a tus amigos...

Casi me quedé sin aliento ante sus palabras, pero en cierta forma lo entendía, estaba a punto de morir y quería irse en paz. El hecho de perdonarlo también me traería paz a mi, de nada servía quedarme con la rabia, por lo que suspiré y lo volví a mirar.

— Te perdono.
— Gra-cias.

Dijo apenas.

— No dejes... Que me...
— ¿Que te conviertas?

Terminé por él y asintió con dificultad.

— Tengo que hacerlo ahora, este lugar ya no es seguro, tengo que irme.
— Hazlo.

Y con la cabeza totalmente fría, agarré mi cuchillo y en un movimiento rápido se lo enterré en la cabeza, dando fin a su vida y a una pseudo vida como caminante.

Corrí de vuelta a la prisión buscando por alguien de mi grupo pero no veía a nadie, Rick y Michonne habían desaparecido de mi vista en el momento en que le enterré la katana al gobernador, ¿Daryl habrá ayudado a Carl, Judith y Beth? ¿Habrán podido escapar Glenn, Maggie, Sasha, Tyreese y Bob?

Gran parte de la prisión estaba en llamas y en un par de horas ardería por completo, rápidamente fui a mi celda a buscar la mochila con mis pocas pertenencias, fue difícil pero logré salir, sin embargo estaba muy mareada por haber aspirado el monóxido de carbono, no logré alejarme mucho cuando todo se fue a negro.

*

— ______, despierta por favor.

Escuchaba una voz a lo lejos, yo la conocía pero no recordaba de quién era, la oía muy lejos, ¿Dónde estaba? ¿Por qué me decía que despertara?
La voz siguió repitiendo esas palabras una y otra vez, hasta que comencé a sentir dolor en todo mi cuerpo, especialmente en la cabeza y pude finalmente abrir los ojos, parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz.

— Gracias a Dios estás bien, ya me estaba desesperando.

Glenn me sorprendió con un abrazo, era él la voz que escuchaba.

— ¿Dónde están los demás?

Pregunté con miedo.

— No lo sé, tenemos que ir a buscarlos, tengo que encontrar a Maggie, no hay nadie más en la prisión más que tú y yo y tenemos que salir de aquí ahora si no queremos morir.

Asentí y nos pusimos de pie, me había desmayado, por suerte tras la reja, y así no me habían alcanzado los caminantes. Glenn había quedado inconsciente también en algún lugar y cuando despertó, me encontró. Por lo menos no estaba sola, pero no podía evitar querer estar con todos en este momento, solo espero que estén todos bien.

Caminamos por el bosque por largas horas, teníamos hambre, sed y estábamos cansados, además ya nos quedaban pocas horas de luz. Recordaba cómo Daryl me había enseñado a seguir rastros y cazar ardillas por lo que empleé esos conocimientos y pudimos cenar algo más o menos decente. Habíamos prendido una pequeña fogata, así que nos ubicamos alrededor de esta para dormir, nos dividimos en turnos para hacer guardia, solo así estaríamos a salvo.

Glenn durmió primero, así que me quedé pensando nuevamente en todos. Trataba de recordar alguna imagen que haya dejado pasar en el momento en que maté al gobernador, no puedo creer que no haya visto a Rick y Michonne irse, ni siquiera una dirección que me indicara si volvieron a la prisión o si se fueron directamente al bosque.

Recordaba que Daryl había vuelto a buscar a Carl, Judith y Beth pero no sabía si lo había logrado, confiaba en que sí.

Pasaron las horas, y ya era tiempo para que yo durmiera. Desperté cuidadosamente a Glenn y una vez que había despabilado por completo, me metí en mi saco de dormir para poder descansar. Necesitaba olvidar todo lo que estaba sucediendo.

Escuchamos un ruido que nos alertó a ambos, no se oía como un caminante, eran pasos firmes, de un humano. Preparamos nuestras armas por precaución y miramos en todas las direcciones tratando de encontrar a la persona que venía, pero por mucho que buscamos no logramos dar con nadie. O estábamos alucinando o esta persona sabía esconderse muy bien. Guardamos nuestras armas pero en ningún momento bajamos la guardia, yo seguía muy atenta a todo lo que sucedía a mi alrededor. El ruido de una rama rompiéndose me alertó y miré hacia mi derecha... ¿Daryl?

— ______... Es hora de seguir.

Abrí los ojos y parpadeé un par de veces, estaba saliendo el sol. Glenn recogía sus cosas. Había soñado con Daryl, una vez más. Suspiré y me levanté para guardar mis cosas también, teníamos que seguir moviéndonos para encontrar al resto del grupo.

— ¿Dormiste bien?

Me preguntó Glenn.

— Dentro de lo que se puede llamar bien en estos momentos, pues sí. Estaba agotada, pero... Es más emocional que físico.
— Sí, te entiendo.

Soltó con un suspiro. Lo observé bien, se veía triste.

— Hey...

Lo detuve y puse mi mano en su mejilla, mirándolo directamente a sus tiernos ojos rasgados.

— Encontraremos a Maggie y a todo el grupo, ¿Bueno?
— Sí, gracias ______.

Continuamos el camino en silencio, ninguno de los dos tenía mucho ánimo para hablar de algún tema, el que sea, y mucho menos hablar sobre el grupo, eso solo nos llenaría de más nostalgia.

Paramos a descansar un momento, ya llevábamos tres horas de caminar sin parar y para lo poco que habíamos comido, era mucho esfuerzo.

— ¿Oíste eso?

Escuché pasos débiles, era un caminante. Nos pusimos de pie y logramos verlo, estaba solo.

— Yo me encargo.

Glenn sacó su cuchillo y con un movimiento eficaz se lo clavó en el cráneo, eliminándolo por completo. De pronto, escuchamos un disparo. Inmediatamente miré en la dirección de la que había venido el sonido.

— Tienen que ser ellos.

Dije alegre mirando a Glenn, sus ojos se iluminaron con esperanza.

— ¿Y qué estamos esperando?

Respondió y ambos nos pusimos a correr, esperando encontrar a nuestro grupo con vida.

[...]

¡Gracias por leer! ❤️ Espero que les guste ☺️