AGUSTÍN..

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  ||Capitulo 25||

Y ahí estaba yo como una tonta cenando con toda la familia de Agustin y sus amigos. Estaba tan nerviosa que apenas podía comer lo que había en mi plato, Agustin me miraba confundido como si algo pasaba, pero si le decía que estaba nerviosa por la noche se burlaría de mí. Mamá conversaba animadamente con Lulu y mi hermano jugaba con Jaxon y Jazzy como siempre.

—Mañana en la mañana podríamos ir de pesca. –Su padre hablo.

—Sí, podría ser... Lo vemos mañana. –respondió Agustin. — ¿No tienes hambre?

Agustin se acercó a mi oído y me preguntó en un susurro.

—No quiero más. –respondí.

— ¿Te sientes bien?

—Sip, solamente no tengo apetito. –sonreí.

—Hm... -Agustin entrecerró sus ojos.

—No me mires así. –reí.

—Te estoy mirando normal, loca.

—Si como no. Permiso.

Me pare de la mesa para dirigirme a la habitación, Agustin se levantó tras mío pues ya sabía el objetivo de todo esto.

Cuando entramos en ella, me lance a la cama mientras me sacaba mis zapatos.

—_____.

— ¿Qué?

—No te duermas.

—No voy a dormir, no tengo sueño. –dije.

—Sé que te vas a quedar dormida.

—No Agustin, estoy descansando.

—Mentirosilla.

Agustin se lanzó a mi lado y comenzó a hacerme cosquillas de la nada.

— ¡Agustin! –grité. — ¡Paraaaa!

—No quiero, cariño.

— ¡Agustiiiiiiiiiiiiiiiiin!

—No, no, no.

—Por favor, no seas así. ¡Aaaaaaaaay!

—Di, te amo Agustin.

—Te... te Agustin ya para y lo digo.

—Dilo. –exigió.

—Te a... amo Agustin. –dije lo más rápido posible.

—Nena, yo también te amo y más de lo que debería.

Dios, por favor, me derrito que no diga más esas cosas. Agarre su cara con mis manos y me impulse para besarlo con ganas y pasión. Al segundo Agustin ya respondía al beso, enganchando sus dientes en mi labio solté un pequeño gemido que resonó por toda la habitación, deslizó su lengua por mi boca a la vez que teníamos una pequeña guerra mundial.

Agustin agarro la base de mi cuello mientras continuábamos besándonos, el amor, la pasión y la desesperación me mantenían en otro mundo, el cual no era el mío.

Apartándome de Agustin para mirarlo a los ojos, él presiono su frente contra la mía, nuestras respiraciones iban a un ritmo desigual.

—Feliz cumpleaños cariño. –susurre sobre sus labios.

—Oh, -Agustin gimió. –gracias por todo, te quiero... ten eso claro ¿si?

—Lo tengo.

Nuevamente me incline para presionar mis labios contra los suyos generando un nuevo beso. Sus labios bajaban por mi mandíbula hasta llegar a mi cuello donde chupo con cariño y luego mordió, eso de seguro dejaba un gran chupón.

—Te amo. –susurró en mi oído.

—Yo también te amo.

Sus grandes manos quedaron en mis caderas, acariciándolas. Tomando el borde de mi diminuta polera, me miro. Sonreí para que supiera que sí podía hacerlo. Tiro de ella y la saco con rapidez a la vez que la tiraba por alguna parte de la habitación.

—Tienes que estar segura de todo, porque no creo que pueda parar _____.

—Lo estoy Agustin, tranquilo.

Chupando nuevamente mi cuello, comenzó a acariciar mis pequeños pechos por encima del sostén que llevaba, mis dedos se encontraban es su pelo tirando violentamente de él mientras que gemía en su oído. Sus ojos se encontraron con los míos cuando quiso sacar mi short, sonreí. Estaba solamente en ropa interior y Agustin estaba completamente vestido, saqué rápidamente su camiseta y sus pantalones haciendo que quedará en unos boxers "Calvin Klein" blancos.

Era el turno de sacar mi sostén y así lo hizo, empezó a jugar con mis pechos y yo lo único que podía hacer era retorcerme de la excitación que estaba teniendo en ese momento. Agustin agarro mis manos besando cada uno de mis nudillos para luego bajar mis braguitas y quedar desnuda. Mordiendo mi labio gemí mientras Agustin se movía sobre mí. Bajando sus boxers, Agustin se colocó entre mis piernas, -no antes de ponerse su protección. –beso repetidamente mis labios y me miro con admiración.

— ¿Lista? Si te duele, me avisas y salgo.

Asentí rápidamente ya que quería esto luego. —Hazlo.

Su gran longitud quedo dentro de mí, un dolor empezó a viajar por mi cuerpo, sabía que no estaba acostumbrada a esto.

— ¿Duele mucho? –preguntó. –Tranquila, pasara.

Beso mis labios para que el dolor pasara más rápido. Clave mis uñas en sus espalda queriendo que todo el dolor que sentía se volviera a convertir en excitación.

—Discúlpame. –Agustin susurro. –Pasará mi amor, lo prometo.

Solté un gruñido a la vez que Agustin entraba y salía de mí.

—Oh, te sientes realmente increíble. –Agustin gimió.

Poniendo su cabeza sobre mi hombro, Agustin jadeaba en mi oído. Moví mis caderas para que él fuera con más fuerza.

—Agustin...

—Tranquilita, mi amor.

— ¡Agustin! –gemí, no, en realidad grité.

—Shhh, te van a escuchar. Oh ____, te sientes increíble.

—Voy a llegar Agustin, estoy a punto, ve más rápido.

—Joder, ____. –Agustin volvió a gemir.

— ¡Agustin! –gemí.

—Te amo, te amo mucho. –Agustin beso mis labios con amor y cariño.

—Yo... yo también te amo.

—Eres solo mía.

—Solo, solo tuya.

Besando mis labios, Agustin se movió más rápido para poder hacerme llegar a donde yo quería.

— ¡Oh Agustin! –grité.

Él se impulsó por última vez hasta que ambos quedamos liberados, nuestros cuerpos sudorosos se juntaron. Nuestras piernas entrelazadas, la cabeza de Agustin en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello y el besaba mi pecho repetidamente. Bese su frente a la vez que el acariciaba mi estómago con la punta de su dedo.

—Te amo, y mucho. –Agustin susurro.

—Yo también te amo. 


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Yo SOY Casanovista TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora