Ya nada volverá a ser igual ©

CAPITULO 34: La ira de Lucy

Pov Lucy

Me he dedicado todo el viaje a contar mi historia, ahora los chicos saben todo de mi. Queda poco para llegar a casa, así que me dedico a pensar en lo que pasara a partir de ahora.

Seguramente debo buscar a mi hermano e intentar conseguir que me ayude, eso es ya un problema y ni decir de lo referente a Zeref y Acnologia. Se que este hechizo es lo único capaz de detener al mago oscuro, solo espero que nos quede el suficiente poder mágico como para  realizarlo, sobretodo teniendo en cuenta que primero debo hacer "eso".

-Lucy- llama Wendy- ya llegamos.

-Perfecto, desciende cuando quieras- contesto distraída

La gran ave baja a toda velocidad, aterrizando enfrente de Fairy Tail, en cuanto las patas de Kuki tocan el suelo los chicos, menos Wendy, salen pitando hacia el gremio. Desciendo del lomo del pájaro con una sonrisa en mis labios y me quedo esperando a Wendy. Ella aterriza suavemente y despide a Kuki, quien desaparece. Nos encaminamos al gremio, entrando por las grandes puertas. Veo a los chicos demasiado silenciosos, están quietos en medio del gremio con caras pensativas.

-¿Que ocurre?- pregunto haciendo que todos claven sus ojos en mi- ¿porque esta aura tan rara?

Esto me recuerda al día del "Incidente", solo que esta vez no creo que se atrevan a hacer tal estupidez. Entonces es cuando lo veo, allí, sentado en una mesa, bebiendo junto a Kana, en la mano derecha brilla la marca del gremio, del color de mi cabello, dorado. Me quedo con la vista clavada en la marca, sin creer lo que veo, comienzo a experimentar varios sentimientos a la vez. Siento confusión, al verlo allí, también tristeza, como siempre que lo encuentro, siento algo de alivio por no tener que ir a buscarlo, pero hay un sentimiento que supera a los otros, un sentimiento que hacía mucho tiempo que no experimentaba su máxima potencia. La ira.

Mi humor cambia drásticamente, una aura peligrosa comienza a rodearme, y se que todos la notan, mi mirada, fría como el hielo se clava en Shun quien se estremece y aparta la mirada, entrecierro los ojos ante eso, luego la desvío a su marca a la vista y finalmente se clava en el maestro. La frialdad en ellos no disminuye al observarlo, mantiene la compostura, pero se nota que mi mirada le duele e incomoda a la vez.

- Maestro- digo, y la frialdad que transportan esas palabras pueden rivalizar con la de mi mirada, el se estremece imperceptiblemente- ¿puede darme una explicación?

Tengo que poner todo mi control en no saltar hacía el que se denominaba a si mismo mi hermano y arrancarle la cabeza, ahora mismo no quiero pensar en dioses controladores, el podría haberlo evitado. Obviamente se que necesito su ayuda para mis fines, así que no puedo matarlo, pero eso no hace que mi odio por el se desvanezca.

-Lucy- contesta el maestro intentando mantenerse firme- como has podido ver, Shun se ha convertido en parte de Fairy Tail.

Es como si alguien me diera un puñetazo, el dolor es increíble, mi familia, la que creía que era mi familia, me ha traicionado por segunda vez. Mi corazón se cierra sin dejar ver otro sentimiento que no sea la furia que siento, mi mente aleja cualquier pensamiento razonable, me vuelvo hacia ese ser.

- Una vez- comienzo, acercándome lentamente a la mesa en la que se encuentra Shun, todos parecen tensarse a la vez, miro a Shun, que no parece querer decirme con su expresión lo que siente, vendrá de familia. A pesar de mirarlo a él en realidad hablo con el gremio- os dije que nunca dañaría con mis poderes a alguien del gremio, ¿lo recordáis? fue el día después de que saliera del hospital.

Llego delante de la mesa sin apartar la mirada de Shun, noto la tensión en el cuerpo de Kana a su lado. Apoyo las manos en la mesa y me inclino un poco clavando mi mirada en la suya, en el fondo de sus ojos puedo ver dolor y pena, pero lo ignoro, estoy demasiado enfadada para pensar en nada más.