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—Despierta maldita sea—Breana me sacudió fuertemente haciendo que abriera los ojos alarmada.

—No grites tanto—susurré.

—Te recuerdo tu itinerario de hoy, Arianne; número uno—hizo una pausa y tomó aire. Logré abrir mis ojos y la enfoqué, estaba sentada en el borde de la cama, a mi lado. —A las 13 en punto; babyshower de Breana—remarcó cada palabra y abrí los ojos, Breana me miró sin expresión alguna y me enderecé en la cama. —Son las 12:30, así que si no quieres que te grite, levántate ahora ya.

No esperé más y me levanté corriendo al baño y encendí la ducha, volví a la habitación y Breana ya no estaba. Saqué ropa casual y la llevé al baño, me di una ducha rápida y me vestí rápidamente y me maquillé ligeramente. Salí de la habitación en silencio y recordé la noche anterior. Recordé lo que pasó, recordé a Chris y comencé a llorar. Me había dejado, porque creyó que me había metido con Alex, que le había dado un beso, aunque en realidad fue así. Conozco a Chris, y se que no me escuchará si le explico las cosas ahora.
Debería darle un tiempo. Mejor no. Sequé mis lágrimas y caminé hacia el comedor intentando no llorar más, me encontré con Caleb, una taza humeante reposaba frente a él, y conectamos miradas. Frunció el ceño y se levantó para abrazarme, recosté mi cabeza en su pecho y comencé a llorar de nuevo. Sentí los brazos de Breana rodeándome por detrás y frotando mi espalda. Me separé de ambos y sequé mis lagrimas, mirándolos a ambos que me sonreían apenados.

—No pasa nada—susurré y caminé hacia la taza de café, tomándola entre mis manos y dándole un buen sorbo, sintiendo el líquido caliente bajar por mi garganta. Dejé la taza en la mesa  y miré hacia el frente, pensando en Chris.  Terminé mi taza de café y la dejé en la cocina. Caleb y Breana pasaron al lado mío y caminaron hacia la puerta de calle.

—Arianne, vamos—exclamó Caleb. Yo caminé hacia la puerta con mis cosas en la mano y les sonreí. Salimos del departamento y emprendimos camino a la casa de Katie y Jamie.

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—Hola chicas—saludé a todas las mujeres presentes, hermanas, amigas, etcétera con un abrazo y un beso en la mejilla. Los chicos no estaban, esto era sólo para mujeres. El patio estaba completamente decorado con globos de color rosado pastel, ya que el bebé sería una niña. Estaba lleno de postres rosados y decoraciones del mismo color. Todo estaba en orden. Pasamos una bonita tarde, muchas risas y cariños, los regalos la mayoría fueron prendas de ropa y juguetes. El babyshower terminó a las ocho de la noche, y volvimos a casa casi a medianoche después de ordenar todo en casa de Katie. Bueno, la embarazada no hizo más que comerse los pasteles restantes, y Katie, Kelly, Caleb y yo ordenamos todo. Estuve perdida toda la celebración, mis pensamientos turnándose entre Alex y Chris. Necesitaba una bebida. Me enderecé en el sillón y me levanté bostezando, caminé hacia la puerta y tomé mis llaves, cerrando la puerta con un golpe seco. Salgo del edificio con mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y me coloco mis lentes de sol, ya que estaba comenzando el atardecer, y el sol me llegaba en la cara. Caminé por la acera, rumbo al bar que estaba cerca de mi departamento, las calles estaban llenas, todos salían de fiesta o celebraban algo. Me detuve frente al bar, el letrero centelleaba en la oscuridad. Bajé las escaleras del bar y crucé las puertas de este, siendo golpeada por una ola de calor hecha de respiraciones y sudor. Subí mis lentes de sol a mi cabello, retirando algunos mechones de mi cara. Caminé hasta una esquina de la barra y me senté, pedí una bebida y saqué los cigarrillos de mi bolsillo. Le pedí un cenicero al chico de la barra y este me lo dió junto con mi vaso de bebida. Encendí el cigarro y le di una profunda calada, exhalando el humo por la nariz y dándole un sorbo a mi bebida. El líquido caliente bajó por mi esófago, haciéndome arquear la espalda. Cada vez que pensaba en Chris, bebía del vaso, iba por el segundo vaso cuando la música en el bar baja su volumen hasta que se escucha puro silencio, y las quejas de la gente para que vuelva la música. Giro ligeramente mi cuerpo, para encontrar un pequeño escenario iluminado con dos micrófonos en el centro de esta. Una mujer se sube al escenario y se acerca al micrófono, sosteniéndolo entre sus manos.

Señorita [DMAF#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora