d i e s c i s e i s

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—¡Suéltame, zorra!—grité bajo la venda mientras forcejeaba contra Taylor, ella me tiró al suelo y dirigió una patada a mi estómago, silenciandome.

—Véndale los ojos—dijo Taylor y caminó fuera del ático. Luego, alguien colocó una venda en mis ojos y me levantó del suelo de manera suave.

—¿Quién eres?—murmuré pero gracias a la venda salió un ruido inentendible. La persona bajó la venda de mi boca y se quedó quieto en el ático, deteniéndome a mi también. Yo sabía quien era, pero necesitaba confirmarlo.

—Tu mejor aliado en esta circunstancia—susurró y volvió a poner la venda en mi boca.

—¡Vamos, no tenemos tiempo que perder!—vociferó Taylor, por lo que comenzamos a caminar. Era Tom, aunque era un poco obvio, fue el que drogó a Alex. El me empujó fuera de la casa pero con delicadeza y me subió a un auto. No podía ver el lugar donde me encontraba, pero se sentía con mucha brisa, al parecer estábamos en un lugar alto, y no había contaminación acústica; autos, personas, bocinas, etc.
Tom me lanzó dentro de una camioneta y cerró las puertas. Finalmente logré desatar los nudos de mis manos, sólo faltaban los de mis pies, pero me descubrirían si lo hacía de inmediato, por lo que tuve que esperar unos minutos mientras Tom cargaba la camioneta con cosas. Luego de que cerrara las puertas una vez más, hubo silencio. Taylor y Tom se subieron a los asientos y encendieron el auto. El auto comenzó a avanzar y deshice el último nudo que había en mis muñecas, luego; saqué la venda de mis ojos, abrí la puerta del camión desde adentro y saqué la venda de mi boca. Salté del auto en movimiento y caí al suelo rodando. Golpeé mi hombro contra a tierra, por lo que gruñí mientras rodaba en el suelo. El auto frenó y Taylor se bajó del auto. Caminó hacia mi y yo intenté levantarme, pero no podía. Miré a Taylor y ella me golpeó con el mango de su pistola en la sien, dejándome inconsciente.

Narrador POV

Luego de que Arianne haya sido noqueada, los secuestradores se la llevaron lejos. La policía había llegado tarde; ya no quedaba nadie. Registraron la casa que estaba en la punta de una pequeña montaña, alejada de la ciudad, de arriba a abajo, pero nada, ninguna evidencia de Arianne Hound. Un policía salió de la casa y se colocó en la mitad del camino de entrada, y miró al suelo. Había un trozo de tela gris en el suelo, y marcas de llantas en la tierra.

—¡Eh, vengan!—habló el policía por un walkie-talkie y todos los policías se reunieron alrededor de el. Luego, marcaron el suelo con tiza blanca y llamaron a la policía que hacia las investigaciones. En unos minutos, el recinto ya estaba bloqueado con cintas policíacas y repleto de policías.

Alex's POV

Mi teléfono sonó, llamando mi atención. Lo tomé, y me derrumbé por completo al ver que el que estaba llamando era Caleb. Contesté.

¿Alex, está Arianne ahí? No me contesta el teléfono—presioné el puente de mi nariz y suspiré. Acto seguido, me levanté y caminé hacia el patio, donde estaba libre de policías.

—Se la llevaron—me senté en una banca.

¿Cómo que se la llevaron? ¿Quien? ¿Cuándo?—se le notaba preocupado, tuve que decirle la verdad.

—La secuestraron—dije.

Es una broma, ¿no?

¿Te parece que estoy bromeando, Caleb? No sabes lo mal que me siento, y desearía que esto fuera una broma, pero no lo es, no es una jodida broma—se escuchó silencio del otro lado.

Iré a tu casa, no iré a trabajar hoy—dijo.

—Vale, te enviaré un mensaje con la dirección—dije y corté. Volví a entrar a la casa y me senté en el sillón, con la mirada de los policías encima mío.

—Señor Turner, necesitamos saber el balance de su cuenta bancaria, porque en este caso si los fondos no son lo suficiente para el secuestrador, su pareja podría salir herida, y es mi tarea como negociador hacer que Arianne vuelva a esta casa con vida—dijo un hombre, no me di cuenta en qué momento había llegado a la casa, levanté mi mirada y lo observé. Llevaba un traje limpio y tenía papeles en sus manos, era alto y tenía el cabello corto. Asentí en su dirección y abrí mi cuenta bancaria en mi teléfono, luego le mostré mi teléfono al hombre y este asintió, anotando mi dinero en un papel, luego, le envié un mensaje a Caleb con la dirección. Dejé el celular y me agaché en mi lugar, mi pecho estaba apretado y mi alma no daba para más. Tenía miedo, y mucho. No sabía de lo que era capaz Taylor, y tampoco quería saberlo. Mi teléfono sonó de nuevo y lo tomé de inmediato.

—¿Taylor?—hablé y sentí su risa de fondo.

—¡Turner! tu chica aquí intentó escaparse, no llegó tan lejos porque es algo torpe y de cualquier manera la atrapé. Este es el trato, irás al parque del centro mañana a media noche y dejarás bajo el árbol donde me tocaste una serenata de amor alguna vez, el bolso con dinero. No quiero policías en un perímetro de más de cinco kilómetros, o no tendrás a Arianne de vuelta—a lo que terminó de hablar, Caleb entró por la puerta silenciosamente, intentando no hacer mucho ruido. Me sonrió y se colocó en un rincón para esperar a que terminara de hablar con Taylor.

—¿Cuál es la trampa?—pregunté, mis manos temblaban, miré al policía que rastreaba las llamadas y el ya daba una orden por teléfono.

Quizás tú seas la trampa—dijo finalmente y cortó. Me levanté del sillón y caminé hacia Caleb. Me envolvió en un abrazo y palmeó mi espalda suavemente.

—¿Cómo estás?—frotó mi espalda y me miró. Asentí a penas y me giré al policía.

—¿En dónde está ella?—le pregunté. El hombre me dio una dirección y me giré hacia Caleb. Si la policía no actuaba, debía hacerlo yo mismo. —¿Vienes?—pasé por su lado y caminé hacia el perchero donde tomé una chaqueta.

—Joder, estoy dentro—me siguió fuera de la casa. La policía intentó detenerme, pero me zafé junto a Caleb. El investigador dio una orden y los policías dejaron de forcejear contra nosotros. Troté hacia el auto y abrí la puerta.

—¡Señor Turner!—el negociador trotó hacia mi antes de que subiera al auto. —Necesito su teléfono, al menos—dicho esto, saqué mi teléfono del bolsillo y lo estampé en su mano.

—Suerte—dije y me subí al auto junto con Caleb. Encendí el auto y salí de la casa sin perder tiempo. Arianne estaba lejos, pero llegaría a tiempo.

Arianne's POV

—Suéltame joder—murmuré mientras forcejeaba contra Taylor. No sabía donde estaba, pero tan pronto como me bajaron de la camioneta, pisé lo que parecía ser paja. Ahora me llevaban a un lugar desconocido, y a la fuerza.

—Silencio, zorra—me lanzó al suelo y golpeé mi cabeza contra la pared quedando algo aturdida. Estaba atada de manos y pies, y tenía los ojos vendados.

—¿Qué haces?—preguntó Taylor mientras alguien se acercaba a mi.

—Vengo a revisar los nudos—dijo Tom y me giró bruscamente para apretar más los nudos en mis muñecas y tobillos. Los pasos se alejaron y cesaron cuando un portazo sonó por toda la habitación. Me removí en mi lugar y el pasto seco se aplastó bajo mi peso. Parecía estar en un granero. No tenía noción del tiempo, no se sí era de día o noche, pero tenía frío. Mi cuerpo temblaba, tenía hambre y no sabía que hacer, las ataduras en mis muñecas estaban tan apretadas que dolían, estaba segura que ya no me podría liberar de esta. Intenté sacar la venda de mis ojos con mi hombro, lográndolo a penas. Estaba anocheciendo, y no había señal de la policía, si es que estaban buscándome. Al parecer estaba en un granero. Necesitaba dormir, necesitaba energías para poder escaparme, de nuevo.


volví, en forma de fichas xdxd

lamento muchísimo la demora:( pero deben saberlo, básicamente me quede sin inspiración (como siempre, duh) pero esta vez fue extremo, rellené asquerosamente este capítulo, por eso es algo corto, pero algo es algo, ¿no?

chicas (y si es que hay algún chico escondido por ahí) si alguna tiene alguna duda sobre la novela, puede dejarla en los comentarios o si no, mandarme un mensaje privado. Estaría a gusto con responder sus preguntas, y también saber lo que piensan de la novela. Eso, cusbai

las quiero

Señorita [DMAF#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora