d i e s c i o c h o

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Alex's POV

Una punzada fuerte golpeó mi corazón, haciendo que detuviera el auto a un costado de la carretera. Me agaché  hacia adelante y presioné una mano en mi pecho. Una fuerte sensación recorrió mi cuerpo, y el sonido de una voz familiar llegó a mis oídos.

—Alex—era la voz de Arianne.

—¿Estás bien?—preguntó Caleb y colocó una mano en mi espalda. Me enderecé e instintivamente miré hacia atrás, y me quedé viendo la carretera. Alex. El mismo murmullo resonó en mi cabeza, distante. Puse el auto en reversa y retrocedí unos metros. Alex. El murmullo esta vez, sonaba más cercano. Seguí retrocediendo y me detuve frente a un camino que subía una pequeña montaña, esperé un minuto.

—¿Alex, estas bien?—preguntó Caleb.

Alex. Esta vez era audible, y mi corazón se aceleró. Subí el camino de tierra con el auto y al final de este había un granero y una pequeña cabaña rodeada de árboles. Escondí el auto detrás del granero y me bajé, pero antes de cerrar la puerta, le hablé a Caleb.

—Quédate en el auto, y llama a la policía.

—¡¿Alex, qué dem...?!—le cerré la puerta, interrumpiendo su pregunta. Por un momento, pensé que Caleb se bajaría del auto, pero me obedeció y se quedó dentro de este. Rodeé el granero por el lado de los árboles y caminé hacia la cabaña sigilosamente. Me detuve en una pared, esperando algo de ruido, pero nada.

—Alex—el gemido angustiado por fin era audible. Me giré hacia el lado izquierdo y busqué desesperadamente de donde provenía la voz. La escuché sollozar, y supe que estaba cerca. Caminé por la muralla y me detuve frente a una ventana abarrotada que estaba cerca del techo. Definitivamente no era lo suficientemente alto para ver a través de esta, por lo que tuve que colgarme de los barrotes de esta. Cuando rodeé los barrotes, el anillo que tenía en el dedo meñique de mi mano derecha golpeó el acero, haciendo un ruido. Logré mirar por la ventana y reconocí la rubia cabellera de Arianne. Mis ojos comenzaron a lagrimear mientras luchaba por no caerme.

—Arianne—dije en voz baja, intentando no romper a llorar. Arianne se levantó de donde estaba y me miró; estaba destrozada y magullada, tenía la cara llena de moretones, y su pelo estaba enredado, pero luego no aguanté más mi peso y me solté, cayendo sobre mis pies en la tierra de la casa.

—Alex—el gemido desesperado de Arianne rompió mi corazón en mil pedazos.

—Estoy aquí, tranquila—pasé el dorso de mis manos por mis ojos y respiré fuertemente. Sentí un movimiento en la habitación y luego Arianne se asomó por la ventanilla llorando.

—Oh cariño—intenté no romper a llorar y miré a mi alrededor y cerca del bosque encontré una silla algo destrozada, junto a un montón de muebles antiguos. Corrí hacia la silla y volví hacia la ventanilla con la silla en mis manos. La coloqué en el suelo y me subí para quedar a la misma altura que Arianne. Toqué su cara con mis manos y rompí a llorar en silencio.

—Sácame de aquí, Alex—gimió en voz baja. Yo asentí desesperadamente y miré hacia todos lados.

—Llamaré a la policía, llamaré a la policía—dije y me bajé de la silla, pero Arianne gritó. Volví a subirme a la silla.

—Quédate conmigo—dijo pasando su mano entre los barrotes.

—Necesito que te quedes aquí, ya vengo— me bajé de la silla y caminé hacia el auto lentamente, pero alguien me hizo tropezar y caí al suelo con un ruido seco. Me giré y el cañón de un arma se posó en mi frente.

—Mira a quién tenemos aquí—era Tom, y me sonreía de manera sádica. Temí por mi vida, pero por un momento recordé las clases de defensa personal que tomé junto a Matt. Había una técnica para desarmar a alguien, pero era demasiado peligrosa, y no quería arriesgarme. Sabía que Tom no dispararía, por lo que no sentía temor alguno. Me levanté del suelo lentamente y levanté las manos en señal de rendición.

Señorita [DMAF#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora