4 semanas después
Esperar era demasiado para ellas, lo único que les decían era "pronto". Esa palabra no era suficiente para estar tranquilas, más bien las hacía sentir en la cuerda floja. Les traían películas, cds, libros, aunque nadie les contestaba sus preguntas. Noah y Ian/Aiden intentaban hablar con ellas cada día, pero ellas no se lo permitían.
No iban a darle una oportunidad a esos traidores de envolverlas con palabras dulces, no se merecían ni una mirada de parte de ellas. Kiara miró a Keira, que intentaba ver una película, pero fallaba en vano. Ninguna de las dos podía concentrarse en nada, sabiendo que en cualquier momento podían venir a buscarlas para venderlas, esclavizarlas, asesinarlas... Eso las mantenía alerta y mortificadas.
— ¿Qué haremos, Kia? —preguntó Keira mordiéndose el labio con nerviosismo.
—No sé —se acercó a la cama donde estaba Keira y se dejó caer a su lado—, pero esta espera me está consumiendo lentamente.
Keira dejó salir un grito desesperado. —Me estoy volviendo loca, necesito respuestas —agarró la almohada y gritó en ella con fuerza, dejando salir su estrés y preocupación.
—Deberíamos huir —Kiara miró la puerta—. Debe haber alguna forma de irnos de este lugar.
—En todas partes las hay —hizo una pausa—, lo que me da miedo, es que hagan daño a mamá y a papá.
El dolor que vio en los ojos de su gemela, confirmó que ella no había pensado en eso, la escuchó dejar salir su aliento como si algo la fuera golpeado con fuerza.
—Soy mala —la escuchó decir.
—No, no digas eso —Keira agarró su mano—. Sé que estás pensando en nosotras y está bien, pero temo por ellos.
—Quiero saber que quieren de nosotras —tiró de su cabello rubio hacia atrás con desesperación.
—Tengo tantas teorías y todas me vuelven loca —suspiró al tiempo que se levantaba y acercaba a la ventana.
Miró por millonésima vez, y solo siguió viendo hectáreas de terreno, sin ninguna otra casa visible a la vista. Estaban lejos de todo, seguramente a miles de kilómetros de la ciudad más próxima. Escucharon un golpecito en la puerta, el cual las puso alerta.
Vieron el pomo girarse, al tiempo que la puerta se abría. —Chicas —vieron a Christopher asomarse y sonreírles al tiempo que entraba en la habitación—. Siento no haber estado, estaba ocupado y sé que he sido un mal anfitrión.
Keira apretó la mandíbula para no insultarlo y Kiara lo miró con desdén, hasta con odio.
— ¿Me darán el tratamiento de silencio? —preguntó mientras rompía a reír a carcajadas.
Ambas se voltearon, negándose a ver a su secuestrador. Continuaron admirando la televisión, con la película que estaba rodando, intentando no mirar de reojo al hombre que las miraba con evidente diversión.
—Son igualitas —murmuró Christopher en voz muy baja.
Tenían la pregunta en el borde de la lengua, pero sabían que él esperaba que hicieran la pregunta, así que se negaron a darle esa satisfacción, aunque se estuvieran muriendo por dentro con las ganas de saber que quería decir con eso.
—Chicas —lo escucharon respirar hondo—. Las dejaré volver a DC —les dijo. Eso las hizo voltear a mirarlo—, pero en el momento que quiera verlas, deberán asistir a charlar conmigo, tengo muchas cosas que contarles y jamás le haría daño.
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El juego de las gemelas
Misterio / SuspensoUn misterio rodea a las gemelas Douglas, quienes son acechadas. Desean saber quienes fueron sus padres biológicos, pero esta no está su alcance, al menos no sin luchar.