Las ganas de Keira de contarle todo a Ian eran grandes, pero recordó que no sabía del todo si era de confianza, aunque lo amara, debía ser sincera y aceptar que el enemigo puede estar entre ellas y no se darían cuenta hasta que fuera demasiado tarde.
—Nena. ¿Te pasa algo? —le preguntó Ian abrazándola por la espalda, ella cerró los ojos al escucharlo.
Le era difícil mentirle. —No, solo pienso en que mañana volveré a clases y no estoy muy entusiasmada —se encogió de hombros.
— ¿Por qué? Eres la abeja reina junto a tu hermana —preguntó Ian confundido.
—He estado mucho tiempo fuera, no sé si poder mantener a la población estudiantil en calma —explicó mordiéndose el labio.
—Amor, ahora más que nunca eres igual de dominante que Kiara. Lo que te sucedió te hizo más fuerte y más dura —pausó unos segundos—, pero para los que amas, eres suave y dulce.
—Qué lindo —se volteó y lo besó en la comisura—. Muy zalamero pero dulce.
Ian se rio. —Solo contigo, nena —la abrazó más fuerte.
Escucharon un carraspeo y se voltearon apenados. Era el padre de Keira. —Hola Ian —le tendió la mano.
—Hola señor presidente —saludó con una sonrisa amable en los labios.
—Keira, tu madre te está buscando —le avisó al tiempo que le guiñaba un ojo, ella se separó, le dio una mirada a su padre, advirtiéndole que no le hiciera nada a su novio.
Miró con preocupación a Ian, él asintió para que ella se fuera. En el momento que Keira se alejó. Rick Douglas lo evaluó.
—Sé que te preocupas por mi hija, y es muy dulce que no te hayas alejado cuando ocurrió el accidente —se paró frente a él—. Pero si la lastimas, te castraré.
Ian tragó saliva. —Jamás haría eso, señor. Yo amo y respeto a su hija —explicó algo asustado.
—Eso espero, Ian Dankworth —le advirtió Rick al tiempo que se daba la vuelta y se alejaba.
Estaba asustada de que su padre alejara a Ian de ella. Keira entró al salón donde su madre pasaba la mitad de su tiempo y la encontró al teléfono, mientras señalaba a Kiara que miraba desde la ventana. Se acercó a su gemela y se colocó a su lado.
— ¿Estás bien, Kia? —preguntó Keira preocupada, al tiempo que seguía la mirada de su hermana. Y se encontró a Noah a lo lejos, practicando combate cuerpo a cuerpo con otros chicos del servicio secreto.
— ¿Quieres la verdad? O ¿La mentira? —le preguntó Kiara sin mirar a su gemela.
—La verdad, por supuesto —respondió Keira frunciendo el ceño.
—No, lo amo, Kei. Realmente lo amo y no quiero perderlo, me duele estar lejos de él —volteó a mirarla y en su mirada había una enorme tristeza.
—Oh, lo siento, me gustaría poder hacer más por ti y por él, pero aún no llego a saber que es, por más que lo observo e investigo —Keira negó con la cabeza—. Algo pasó mientras estuvimos en la isla.
Kiara estaba de acuerdo con eso, fue durante la ausencia de ellas que pareció cambiar. Ambas voltearon a mirar hacia donde practicaban el combate cuerpo a cuerpo y se encontraron con que Ian se había unido a ellos.
— ¿Qué hace? —cuando lo vió quitarse la camisa y los zapatos.
En el momento que Noah e Ian comenzaron a combatir, ambas se quedaron mirando la escena y las piezas parecieron encajar.
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El juego de las gemelas
Misteri / ThrillerUn misterio rodea a las gemelas Douglas, quienes son acechadas. Desean saber quienes fueron sus padres biológicos, pero esta no está su alcance, al menos no sin luchar.