Epílogo: Harvard

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Un año después

Las gemelas recordaron su graduación mientras empacaban sus cosas.

—Una nueva aventura, Kei —le dijo Kiara doblando sus jeans favoritos—. Harvard no sabe lo que le espera.

Keira se rio al ver a su hermana gemela bailar por la habitación. —No vamos a destrozarla —rodó los ojos—. Solo a hacer historia.

Su mente se fue al día de su graduación, la cual fue semanas atrás, la alegría que sintieron al verse la una a la otra con toga y birretes blancos por ser los mejores promedios de su promoción, les tomó un año poder recuperar sus estudios para poder graduarse con sus amigos, habían mirado la multitud de padres y familiares que llenaban el teatro, vieron a sus padres Rick y Paige con el pequeño Kirk de 11 meses, que con sus rechonchas mejillas y ojos azules, era idéntico a su padre. Lo vieron agitando sus bracitos y lanzarle besos a ellas, era el sol de la familia con sus travesuras y dulzura.

Unas filas más allá estaban sus padres biológicos, los cuales llevaban disfraces, vieron a Tatiana usando lentes y una peluca castaña corta y a Andrey con una barba y bigotes falsos, además de lentes de contacto oscuros. Las miraban con orgullo y amor, aunque estaba corriendo peligro al estar allí, no les importó porque querían apoyarlas y compartir ese momento con ellas, uno muy importante. En los últimos meses se habían unido más y viajaban muy a menudo a Europa, aunque a distintos lugares para no causar sospechas sobre porque iban a Rusia constantemente. Igual que la relación entre sus padres adoptivos y biológicos se había estrechado, ya no había recelos u odio, tan solo amistad y compresión.

Las elecciones se celebrarían en un mes, y ya su padre quería entregar la presidencia para así poder disfrutar de su familia un poco más, además de tener tranquilidad, a ellas no les molestaba, querían dejar de estar en la mira de la prensa que constantemente las acechaban cuando salían para verlas con sus novios o cometiendo algún error. La vida parecía sonreírles, por fin podían tener un poco de tranquilidad, aunque tampoco es que les gustara estar relajadas, ellas amaban las aventuras como para ser "tranquilas". Buscarían nuevas aventuras y juegos, aunque esta vez sin hacer daño a nadie, claro, a menos que se lo merezcan.

Keira solo miraba a su hermana terminando de empacar, ya ella tenía sus maletas en el pasillo, miró la habitación, que ahora parecía más vacía. —Extrañaré estar aquí —se refería a la casa, se habían acostumbrado a ese estilo de vida, pronto su padre debía entregar la presidencia.

Y con ello la casa blanca. Esta se había vuelto un hogar para ellas, ojalá la familia del próximo presidente la disfrutara tanto como ellas. —Niñas, ¿Están listas? —Ambas miraron a su padre y le sonrieron.

Keira señaló a Kiara. —Falta Kiara.

—Dame unos minutos, papi —le suplicó Kiara—. Ya estoy casi lista.

—Okay, princesa, vuelvo en unos minutos —lo vieron marcharse.

Kiara metió su peluche favorito y cerró la última maleta. —Kei —musitó mirándola a los ojos—. Pase lo que pase, mantengámonos juntas ¿Si? Que nada nos separe, eres mi mejor amiga, nadie me conoce mejor que tú.

—Nadie podría separarme de ti —se acercó a Kiara y la abrazó fuerte—. Somos las hermanas Douglas, juntas somos más fuerte que separadas.

—Te amo, K, no sé qué sería de mí sin ti —besó la mejilla de Keira.

—Yo también te amo, K —le sonrió con amor.

Los últimos años las habían cambiado, ahora eran más fuertes, más humanas, mas unidas y sin duda, mejores con sus amigos.

—Chicas —vieron a Riley apoyada en el marco de la puerta, sonriendo—. ¿Hay espacio para una más?

Ellas sonrieron y abrieron los brazos, Riley corrió y las tres se abrazaron con fuerza. —Me alegra que vengan a Harvard, así no será nada aburrido —se rio y las abrazó con fuerza.

—Por una nueva aventura, esta vez somos tres contra el mundo —Kiara se alejó un poco—. Gracias por ser nuestra amiga, Riley.

—Gracias a ustedes por ser mis mejores amigas, mis compañeras de aventura, antes lo éramos, pero en el último año lo somos de verdad. Ahora me siento parte de vuestro grupo o mejor dicho trio —se rio a carcajadas y abrazó de lado a Keira.

Escuchan un carraspeo, ven a Noah sonriendo y al lado está el padre de ellas con los de servicio.

— ¿Listas? —ambas asienten. Señalan las maletas, las cuales los de servicio empiezan a tomar y bajar al carro que las espera afuera.

Antes de salir de la habitación, Kiara apaga las luces y cierra la puerta, terminando una aventura y abriendo otra.

— ¿Noah irá con ustedes? —pregunta Riley sonriendo con picardía.

—Sí, será uno de nuestros guardaespaldas —Kiara se mordió el labio, intentando no sonreír como una tonta.

Cuando llegaron al auto vieron a Ian esperándolas, estaba recostado del auto y sonriendo a Keira que se puso roja, ya que aún no habían vuelto, pero estaban saliendo a citas para volver a conocerse o mejor dicho, esta vez de verdad.

—Uhh ¿también? —miró a Keira con los ojos abiertos, no esperaba que sus mejores amigas llevaran a sus novios.

—Sí, lo mandaron —no necesitó explicar, ellas le habían contado sobre sus padres biológicos y lo que les pasó, al menos un poco.

—Suertudas —dijo divertida y se subió al auto.

Keira y Kiara miraron a sus padres, y los abrazaron con fuerza. —Los amamos —Kiara besó la mejilla de su madre. Keira besó la de su padre y luego se inclinó sobre el coche para besar a Kirk que balbuceaba palabras y le sonreía.

—Hasta pronto, solecito —le alborotó el cabello a su hermanito.

Kiara se acercó, lo sacó del coche y lo abrazó. —Te quiero, Kirk —le besó la frente y lo dejó en brazos de su padre. Miraron al personal y le sonrieron, se despidieron con la mano antes de subirse a la camioneta, las tres iban en el asiento trasero, mientras Noah e Ian iban de piloto y copiloto.

Las gemelas se agarraron de las manos.

— ¿Juntas? —le susurró Kiara a Keira al oído.

—Juntas —susurró de vuelta con una sonrisa.

—Prepárate Harvard, porque vamos en camino —dijo Riley y las miró con complicidad—. Aunque más por las gemelas, sin duda ustedes van a hacer desastres. 

Todos se rieron y asintieron, porque sin duda, eran las gemelas las que iban a cambiar muchas cosas en Harvard. 


Hola queridos lectores, este es el final definitivo de El juego de las gemelas, me despido de esta historia que aunque no fue tan larga, en mi corazón si lo fue, tal vez sea un cliché

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Hola queridos lectores, este es el final definitivo de El juego de las gemelas, me despido de esta historia que aunque no fue tan larga, en mi corazón si lo fue, tal vez sea un cliché... y no sea la mejor, pero creo que es una buena historia, es mi primera novela de misterio/suspenso, iré mejorando con el tiempo. Gracias por leerla, esperar, votar y comentar, espero que les haya gustado la novela. 

Ciao




El juego de las gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora