Llegó la hora

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5 meses después

En la habitación de Kiara sonaba música, en específico pop y se escuchaban las voces de las gemelas corear las canciones. Ambas chicas estaban frente al closet, sacando ropa y buscando que ponerse para su salida con Matt, Austin, Riley y Finn.

— ¿Por qué es tan difícil encontrar algo para ponernos? —Keira se dejó caer en la cama con cansancio.

Kiara se rió a carcajadas. —Hermanita, eso es porque quieres lucir bien para los queridos Blake —se mofó su gemela.

—Estúpida —le sacó la lengua y miró el techo, se perdió en sus pensamientos.

Su mente vagó hacía su madre, verla sonreír cada vez que sentía al bebé patear y la emoción de su padre al colocar su mano en el momento que su hermanito volvía a patear o moverse.

Con 7 meses de embarazo, el vientre de su madre era enorme, como si hubiera tragado una pelota de playa, apenas podía caminar o dormir. Ya la habitación del bebé estaba decorada, les tomó varios meses encontrar los muebles que iban con la decoración que su madre deseaba.

Las chicas se encargaron de pintarla y de dibujar en las paredes, animales bebés.

—Pronto seremos hermanas mayores —musitó pensativa, y volvió la mirada hacía Kiara, que le sonrió con ternura.

—Mamá nos hará cambiar pañales —le dijo aguantando la risa, viendo la mirada de horror de Keira.

—No creo que me guste limpiar el trasero de un bebé —hizo una mueca y se sentó.

—Entonces, ayudarás a bañarlo, cambiarlo o darle el biberón —se encogió de hombros—. Esperemos que no sea un bebé muy llorón.

—Robbie será un bebé muy mimado —Keira negó y miró a su hermana con diversión.

—No lo dudo, papá siempre quiso un varón y ahora que lo tendrá, seguro lo mimará mucho, igual que mamá —pausó pensativa—. Y nosotras tal vez también lo malcriemos.

—Si se parece a mamá en físico, será muy guapo, si se parece a papá en personalidad, conquistará a las mujeres —la risa melodiosa de Keira, hizo que Kiara se riera también—. Caerán a sus pies.

—Y nosotras también, seremos unas hermanas alcahuetas —Kiara se volteó y siguió buscando ropa, hasta que sacó dos vestidos idénticos—. ¿Cuál prefieres: rojo sangre o vinotinto?

Keira estudió ambos vestidos, se levantó de la cama y agarró el vinotinto. —El rojo es demasiado llamativo para mi gusto —murmuró encogiéndose de hombros, mientras miraba el vestido con una sonrisa.

—Cierto —le dio su hermana la razón, movió las chaquetas y sacó una beige para Keira y una blanca para ella—. Con esto, el conjunto está casi completo.

Decidiendo ayudarla, Keira se metió al closet y sacó unas sandalias de plataforma blancas con negro para su hermana y unas beige con negro para ella. Buscó unos bolsos parecidos, cuando los encontró, le sonrió a Keira.

—Listo —la miró triunfante, a lo que Kiara le guiñó un ojo.

—Tenemos dos horas para estar listas —se apresuró al baño y desde la puerta le dijo—: Más vale que te apures.

Keira agarró lo que se iba a poner y se fue a su habitación, solo para encontrarse a Ian sentado en su cama.

—Hola hermosa —le sonrió de forma seductora, pensando que ella caería, pero Keira lo ignoró y dejó las cosas en un mueble, antes de abrir la puerta del baño, pero Ian la agarró, atrayéndola hacía él.

El juego de las gemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora