Marinette se encerró en su habitación y fingió estar enferma. Por un día, no quería escuchar a nadie. No quería que nadie le recordase una y otra vez que era una sin kwami.
Durante toda la mañana se enterró entre sus mantas, intentando no tener pesadillas. Pero le era imposible. Su mente no dejaba de llenarse con todas aquellas presiones indirectas, charlas absurdas con la psicóloga o las burlas. Esas burlas gratuitas. No entendía porque la gente se empeñaba de, en vez de seguir con sus vidas, en meterse y destrozar las ajenas. ¿Por qué no se contentaban con simplemente ignorarla? La soledad rodeada de gente dolía mucho, pero no tanto como toda una mezcla de ello.
- Marinette, ¿vas a bajar a comer?
Fingió estar durmiendo para que le dejara la comida en su habitación y se marchara sin decir nada más. Ella amaba la comida de su madre, el té que hacía con Sia, pero no sabía como decirselo sin caer en una típica conversación que realmente no podía aguantar.
Tu también puedes hacerlo, Marinette.
¡Mentira! ¡Una absoluta mentira! Ella era una torpe manazas que solo sabía fastidiarla. La vergüenza de la familia. Una estúpida desechable. Aun se preguntaba como era que Sabine y Tom no la habían dejado sola cuando vieron que no iba a tener ningún don o habilidad especial. Quizás si que lo tenía, era la de ser un estorbo en su vida y para eso no necesitaba tener una kwami.
Si todo trataba de tener una estúpida frase grabada con letras perfectas para que apareciera su kwami, ella podía hacerselas.
Cogió uno de sus bolígrafos negros del estuche y empezó a escribir en el antebrazo "inútil". Al apretar y hacerlo con rabia consigo misma, se hacía daño, la piel enrojecía y no pudo evitar alguna lágrima. No era lágrimas solo por el dolor, era por esa propia cárcel que se había hecho en su cabeza. Encerraba esas ganas de intentar progresar, de sacar un lado positivo, al ver que no era capaz de terminar algo bien y que aquella recompensa que tanto esperaba, su lazo con un kwami, apareciera. La engañaban con un "no es lo tuyo", nada era lo suyo realmente. Había probado con tantas cosas que no era capaz de nada.
Nadie apostaría por ella en algo, ahí tenía la prueba.
- ¡Marinette!- gritó su madre horrorizada al ver lo que estaba haciendo su hija. Tiró de ella hacia el baño que tenía en el piso bajo para ayudarla a quitar aquello. Tendría que llevar algo para que la gente no viera ese rojo que había adquirido por la fricción de la esponja. Su madre, por pura inercia, frotó demasiado fuerte para que la tinta se fuera- Hija mia, ese no es el camino
- ¡¿Entonces cual es?!- gritó ella a Sia y a Sabine. Ellas no supieron responder y solo intentaron consolar a la pequeña de la casa. Le prepararon un té que la ayudara a dormir
Algo que ella ignoró completamente fueron los lloros de su madre y la tristeza de su kwami al sentirse impotentes por no poder ayudar a su hija. Ni las palabras positivas de Tom y Pan fueron suficientes para poder aliviar la situación.

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La Sin Kwami
Fanfiction[Alternative Universe. Adrinette] Los kwami eran esos seres que aparecían desde que la persona tiene escrito en su brazo su don o habilidad especial. Eran como su ángel de la guarda, consejero, amigo y hermano. No, algo mucho más profundo que no se...