Epílogo

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Años después...

Marinette intentó mantenerse tranquila. Las tutorias en las clases de secundarias eran más duras, pues los alumnos ya tenían unos conceptos negativos muy fuertes y deshacerlos eran una tarea casi imposible. Tikki se sentó sobre su hombro. Debía seguir adelante. En aquella clase pudo distinguir a una partada por no tener kwami. Sonrió con tristeza. Algunos la pudieron reconocer pues últimamente algunas cadenas francesas pedían entrevistas para hablar de sus temas y casos particulares. Su pequeño grano de arena estaba cambiando un poco el panorama y eso la alegaraba en cantidad.

- Bueno, algunos me habéis reconocido como la antigua sin kwami Marinette Dupain Cheng y sabréis de que irá esta charla en la última hora.

Pidió un poco de colaboración antes de empezar una desenfadada charla en la que quiso hacer cómplices a toda la clase, incluso aquella chica apartada. Les pedía que apartaran el miedo y que fueran ellos mismos, con esa estrella. Algunos colaboraron en cantidad, otros no, llegando a ser totalmente irrespetuosos. Se notaba que eso había sido obra de sus padres incrédulos. Esa gente cruel, transigente y mal intencionada eran los que no dejaban que su causa siguiera adelante. Era algo que tenía muy presente e intentaba remediarlo como podía, pero esos chicos no dejaban de dudar y resentían su fe en los parisinos.

Cuando termino el coloquio, se quedó en la aula y miró por la ventana un pequeño cambio: aquella chica recibía gustosa a dos personas con kwami. Era un pequeño paso. Luego tendría que hablar con ella para ver si quería intentar el uso de kwamis experimentales como su Tikki, que veía gustosa el panorama. No podía negar que tenía un poco de celos, pues recordó como, hasta no tener a su kwami, nadie se había acercado a ella de forma desinteresada, alentados por la charla de alguien que se preocupaba de "su condición".

- Como cambian las cosas, ¿verdad, Tikki?

- Puedes sentirte orgullosa Marinette- le dijo sentada en su hombro- pero todavía te queda trabajo. ¿Quien lo hubiera dicho hace algunos años?

Rió de la ironía. Estudió bastante duro en aquellos años en esa carrera casi olvidada. Apenas tuvo compañeros en esos días de "Integración Social". Aquellas personas se volvieron muy amigos suyos, aunque no podía evitar pensar que era por tener kwami. Seguía viendo esa hipocresía en la gente aunque quisieran ayudar. Más tarde supo que no querían ayudar en su mismo caso, solo en otros ámbitos que realmente lo necesitaban también. París a veces se olvidaba que era humano y tenía sentimientos. Sus padres se sentían orgullosos de ella y era algo que necesitaba saber, pues antes de Tikki creía que era su vergüenza y la razón de que no fueran muchos clientes. Poco a poco pudo difundir sus palabras a favor de la igualdad. Necesito algunos empujes del profesorado y horas al ordenador (mucho mejor medio para llegar a la gente) tardaron en darle esos ansiados resultados en charlas con presentadores y radio.

Pero con Adrien iban las cosas muy diferente. Finalmente, con su apoyo, entró en aquel conservatorio como interno para poder sentir mejor esa sensación de libertad. Seguía sujeto económicamente a él pero notaba más como familia a los padres de Marinette (Tom y Sabine no se perdían ninguna demostración suya) y a la misma Natalie. Algo que no podía evitar era fijarse que cada vez sonreía más, aunque a veces se sintiera celosa por esas chicas que se fijaban gracias a Plagg y sus ansias de Cambembert. No podía quejarse mucho, pues él también los tenía cuando trabajaba con aquellos chicos. Su relación amorosa cada día era algo diferente entre las veces que podían verse y el skype. Más tierna y cuidada, con un miedo latente a perder al otro. Inocente y sincera. Algo vergonzoso si alguien más miraba.

- ¿Y si se lo pides tu?- aquella pregunta de Tikki sacó de sus pensamientos a Marinette, bastante sonrojada

- Todavía es demasiado pronto para hablar de eso. Él sigue interno y le falta este año para poder terminar. Te recuerdo que quería ser profesor de música, no concertista. Además, estoy muy feliz con nuestra relación actual.

Las campanas sonaron anunciando la vuelta a clase, donde reanudaría su charla con los chicos pero de otra clase. Se quedó con los nombres de aquellos sin kwami para pedir el teléfono de la casa y hablar con sus padres la oportunidad que les brindaba el kwami experimental y sus riesgos. El maestro Fu fue muy claro en ese aspecto y, por casualidades del destino, había logrado un ayudante con un kwami muy similar al suyo.

- ¡Adrien!- saltó a sus brazos cuando salió del recinto escolar, nada más verlo esperar con la mochila en el suelo y Plagg sentado en ella comiendo su tan preciado queso- ¿Cómo sabías que iba a estar aquí?

- Tom me lo dijo. Tenía un momento libre y quise vaprovecharlo con la chica más maravillosa del mundo. De camino he visto una cafetería bastante buena. ¿Vamos, mi lady?

Ella asintió y se enganchó a su brazo después de cogerle la mochila. Entre risas, dejaron el lugar.


La Sin KwamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora