La Sin Kwami

11

- Tranquila, señora Cheng- Tikki evitaba que llamaran al médico. Los padres desconfiaron ante la insistencia del kwami experimental- No deben llamar al médico

- Pero Tikki, ¿Qué le pasa a mi hija?- preguntó ansioso el señor Dupain

- Que todo este tiempo he estado equivocada y su hija tiene que hablar con el Maestro Fu, mi creado, para que le explique todo. Yo no puedo hablar mucho, señores. ¡Miren!

Ambos vieron del brazo rojo de su hija afloraban pequeñas marcas negras que tornaban una preciosa frase:

"Una sonrisa por lágrima"

- Marinette tiene que descansar. Ahora si que esta completamente bien y necesita de todo nuestro apoyó ahora que si soy su kwami.

Pero ella no despertó hasta el día siguiente, bien entrada la mañana. La señora Sabine noto una alegría enorme pero no tan alta hasta que la misma niña vio su frase. Se froto para ver si no era falso. Su alegría duró poco, pues Tikki le dijo que tenía que hablar con el maestro antes de ir a contarselo a Adrien, pues el Maestro Fu podría responderte todas las preguntas y darle la ayuda que necesitaba para que saliera su kwami. La siguió por las largas calles de Paris, hasta llegar a un simple centro masajista. Las atendió un simpatico kwami verde que los llevó hasta el maestro. Ella estaba muy confusa, pues todo el lugar no tenía pinta de complejo laboratorio como ella creía.

- Sentaros- más que un ofrecimiento, sonaba a una orden que Marinette obedeció enseguida. Hubo un incómodo silencio, pues el maestro salió de la sala sin dar explicación alguna y volvió con té. Solo despues de servir a su invitada y beber un poco del suyo, se digno a hablar- Veo que por fin tienes afianzada la relación de tu kwami y solo te ha costado 3 puntos....

- Señor, no...

- Chiquilla, ¿Tu  entiendes realmente que es ser un sin kwami?- negó con la cabeza- No haber luchado por ese algo especial que tienes desde el inicio. Algunos tienen suerte y se sabe nada más nacer, otros no. No se que tiene París con tratar mal a los que no son como ellos, aun sabiendo que con el tiempo pueden cambiar. No se si sea el miedo que hace ser cruel.

- Señor...

- Pero hay dos verdades inamovibles: los sin kwami y con dos dones mueren antes- seguía el sin tener en cuenta a la pobre chica, cuya mente se estaba llenando de dudas, más con esa revelación- Algo que los médicos y la gente ignora es que no tener kwami, quienes son algo más que hermanos, nos debilita hasta el punto de morir. Porque ellos nos dan vida, motivación... todas esas cosas que sus máquinas no pueden registrar.

- Pero no tiene sentido- intervino con fuerza para hacerse oir- con dos...

- Sigues teniendo igualmente un solo kwami, pero lo sobre cargas, castigas con mucho peso ese lazo y te rompe. Fue lo que le paso a la madre de tu amigo, la señora Agreste. Ella tenía un don inicial, muy personal como el tuyo, capaz de ayudar a las personas aliviarse, con o sin kwami, pero desarrollo el segundo a costa del primero y eso estaba castigando la casa, sin que tu amigo lo supiera realmente. Ella sabía que por contentar a quien no debía, iba a matarla, pero lo hizo.

- ¿Cómo puede saber todo eso?

- Ella me buscó para probar en su hijo la última oportunidad que tiene para seguir viviendo. Le queda poco, Marinette, realmente poco. Tu si que has adivinado que lo suyo es la música, pero él tiene que superar una última barrera para sacar su pianista interior. Mi investigación, todo mi esfuerzo en el Tibet solo dará resultado si alguien con un don tan...humano como el tuyo anima de verdad a las personas

Le dio un anillo negro en cuyo centro había la huella de un gato. Ella entendió en seguida y después de darle las gracias, salió corriendo al encuentro de Adrien.