Omega

Gracias

Seco las lagrimas de mis ojos, las lágrimas de agradecimiento hacia Adonai por sus reconfortantes palabras. Más decidida, dejo el libro de medicina en el borde de la cama, abriéndole por la página marcada.

- Este es, esta escrito en arcano, será difícil leerlo pero puedo intentarlo .- Murmuro mientras ambos observan la página con curiosidad.
- ¿Crees que funcione?
- Sí, es lo más parecido a lo que busco .- Murmuro mientras preparo las hiervas medicinales necesarias .- Adonai, quítate la camisa. Necesito aplicar esto sobre tu hombro.

El acata mi orden, con un poco de dificultad en su movilidad. Su herida ha empeorado un poco, no de una manera especialmente preocupante, pero si lo suficiente como para tenerlo en cuenta. Preparo el ungüento al base de las hiervas ya mencionadas, miel y una hoja de menta, aplicándolo en su herida cuidadosamente, haciendo que mi amigo se estremezca.

- ¿Duele?
- Es más picor que dolor, pero es bastante molesto .- Dice Adonai a duras penas.

Sigo con mi trabajo y extiendo la medicina, haciendo un pequeño masaje. Pronunció el antiguo conjuro con nervios, cerrando los ojos a la vez que pierdo la fe en mi misma de golpe.

- Rea nari sole dul, deo shore kashkanul...

Adonai se retuerce con mayor intensidad y su respiración se dificulta. Abro los ojos si parar de nombrar el costoso hechizo, observando como este mismo causa efecto en el brazo herido. La piel deja el tono negruzco que tenia antes, convirtiéndose poco a poco en su color habitual. Sigo recitando el conjuro con más entusiasmo al ver que funciona, mientras la herida se cierra poco a poco, formando una cicatriz que se quedara en su piel como recuerdo.
Los gemidos de dolor cesan lentamente, indicándome que su molestia ya no existe. Miro a los ojos a mi amigo, encontrándome directamente con su cansada mirada.

- Gracias...

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