Omega

Yo...

Las lágrimas se escapan de mis ojos, dejando sus marcas en mis mejillas. Tapó mi boca con la mano mientras sollozo, con una pregunta rondandome la mente.

- ¿Por qué yo? .- Mi voz es más un susurro, que sale rota por el nudo en mi garganta. Ethan, aun en el suelo, frunce el ceño.
- ¿Esa pregunta es enserio? ¿Por qué tú? Quizás sea por que eres tú, precisamente. Quizás sea por como eres, débil a los ojos de cualquiera pero más fuerte y poderosa que ninguna. Quizás sea por que eres la mujer más bella del maldito reino. O quizás sea por que no me imagino teniendo un hijo de ninguna otra mujer ¿Es eso razón suficiente? Si no lo es, simplemente el por qué es por que te amo.
- Hay mujeres mejores, menos inseguras y más guapas.
- No, no las hay. Tu inseguridad te hace hermosa a la vez que adorable, y tu belleza es incuestionable. Se porque me haces preguntas, tienes miedo, miedo de que te abandone, miedo de que me arrepienta, miedo de mi. Pero, creeme cuando te digo que tu miedo es infundado.
- ¿Prometes amarme, hasta el fin de mis días?
- No, prometo amarte mucho más que eso, después de todo ¿No decía la diosa luna de una vida detrás de la muerte? Pues, si es cierto, pasaré toda la eternidad contigo. Sólo te pido una cosa a cambio.
- ¿Cual? .- Pregunto, temerosa, mientras Ethan me acaricia el rostro con dulzura, sonriendo.
- Ámame, como si cada día fuese el ultimo. Y, por supuesto, ama también a nuestros hijos, a los que tenemos y a los que están por venir. Cada día sueño con un nuevo miembro en la familia.
- Creeme que ya te amo, y que lo seguiré haciendo, sin embargo, esos no son los miedos que me perturban.
- ¿Cuales son entonces?
- Tu posible reacción... Ethan

Estoy embarazada.

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