Las risas, los gritos y los aplausos no tardan en llegar, formando una alegre y tierna escena que quedará en nuestras memorias toda nuestra vida. Unos segundos después Ethan y yo nos separamos lentamente, rompiendo nuestro primer beso en el matrimonio. Justo después de separarnos juntamos nuestras frentes y nos sonreímos mutuamente, haciéndonos una promesa silenciosa de la que sólo sabremos el y yo, una promesa que leemos en nuestras miradas.
- ¡Larga vida a la Luna! - ¡Larga vida! .- Corean los invitados ante el grito que pronunció Darío. - ¡Larga vida a mis papás! .- Dice, esta vez, el mayor de mis hijos.
La ceremonia vuelve a llenarse de gritos de júbilo y de aplausos, los cuales son aún más intensos que los anteriores. Darío se levanta de entre el público y empieza a cantar el estribillo una canción que desconozco junto con mi hermano, lo que hace que la multitud ría y les siga la letra.
- No sé como puedes enamorarme tanto con tan solo una mirada .- Susurra Eth mientras acaricia mis mejillas, ajeno a todo el bullicio que provocan los idiotas a los que llamamos nuestros amigos. - Yo no sé como, con una sola frase, consigues que me enamore aún más .- Contesto yo, con una gran sonrisa adornando mi cara.
[...]
- ¡Quiero proponer un brindis! .- Dice Iker levantándose de su silla, alzando la mano en la que se encuentra su copa .- Por nuestro Alpha y amigo, que por fin a encontrado el amor con nuestra hermosa Luna, espero que esté matrimonio sea el principio de vuestra felicidad ¡A vuestra salud! - ¡Chin - Chin! .- Corean todos los invitados sentados en sus respectivas mesas, haciendo a la vez un pequeño movimiento en su copa para tomar un sorbo. - Antes de cortar la tarta, me gustaría dedicar unas palabras a mi dulce mujer. No ha sido fácil, no han sido todos los momentos buenos y no he sonreído en todas las ocasiones, pero; no cambiaría nunca el camino que hemos tomado porque nos ha traído hasta donde estamos; no quitaría ni un solo momento de los vividos, ya que por ti los reviviría una y mil veces; y, por supuesto, no hay ni una sola lágrima que no volvería a derramar por ti.
Ethan seca mis lágrimas con cuidado, dejando en su rostro las que el a derramado intactas, quizás para acentuar las frases que me ha dedicado. Cojo mi bebida con delicadeza, preparándome para mi brindis.
- Yo quiero proponer un nuevo brindis, en honor al maravilloso hombre con el que me he casado. Es cierto que no ha sido fácil, que las lágrimas han sido muchas y que el camino ha sido largo, pero es cierto también que ha valido la pena, valió la pena por verte ahora en frente de mi, con una verdadera sonrisa adornando tu rostro y con una mirada que parece admirar cada detalle, sólo por mi. Por eso quiero ofrecerte un brindis, por que es lo único que puedo darte. - ¡Chin - Chin!
Todo el mundo bebé de su copa con gusto, acción que mi mate y yo copiamos y, seguidamente, nos encaminamos a el segundo paso de esta celebración; Partir la tarta.
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Una vez hemos posado para las fotos tal y como nos indicó Karla, procedemos a cortar el dulce juntos y darnos un trozo mutuamente, haciendo que la gente gritase y aplaudiese.
[...]
Con ayuda de mi hermano y Eth, indico a nuestros invitados que salgan al exterior del hotel, obteniendo unas hermosas vistas a un lago. Rápidamente, repartimos unos faros y un rotulador a cada uno de los asistentes.
- Para finalizar con esta celebración, quiero compartir con todos una pequeña tradición familiar .- Comento con un tono bastante alto .- Quiero que escriban una frase corta con la que se identifiquen, un deseo o un dibujo, cualquier cosa. Entonces pondremos una pequeña vela dentro del faro y, uno por uno, lo soltaran a la lago. Es un método muy utilizado en países Asiáticos como desea de buena suerte, y, en ocasiones, los faros llegan hasta la corriente del río, donde es probable que otro lo encuentre.
Al terminar de hablar todos empiezan a escribir, ilusionados ante mi propuesta, incluyéndome a mí misma.
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Cuando todos han dejado su faro en el agua se forma una preciosa escena, que es llenada con aplausos y exclamaciones.
- ¿Sabes? Fue una gran idea lo de los faros ¿Quien te lo enseñó? .- Pregunta mi marido, rodeandome con sus brazos. - Mi abuelo y yo lo hacíamos cada año. - Tienes muchas cosas que enseñarme. - Tu no te quedas atrás.
El lobo sonríe y coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja.
- Hagamos una promesa. Enseñemosnos mutuamente, aprendamos cosas nuevas, pero siempre juntos...
