Omega

¡Si!

Ethan se incorpora un poco, aún sobre su rodilla, y empieza a limpiar mis lágrimas con sus pulgares, a la vez que me sostiene el rostro.

- Si has pensado, por un solo momento, que no quiero a mi hijo y que me alejaría de ti, es porque no sabes lo mucho que te amo .- Susurra el mientras acaricia mi rostro, y su voz se corta por las lágrimas que amenazan con salir de sus ojos.
- Somos jóvenes para tener hijos, Ethan. Ambos.
- Ya tenemos a Thiago y a Keith ¿Que importa uno más? ¿O dos? ¿O cinco? Creeme, quiero tener hijos suficientes para un equipo de fútbol.
- ¡Si claro! Pues pare tu alguno, coño .- Digo divertida, quitándole tensión a la situación, lo cual consigo al sacarle una gran carcajada a Ethan.
- Malli, te amo. Aunque tengas octillizos creándose en tu vientre, eso no impedirá que te amé, sólo conseguirás que lo haga más.
- ¿De verdad no cambiará nada? ¿Estas seguro de querer que yo sea la madre de tus hijos? Ethan, ¿Estas siquiera seguro de que me amas?
- ¿Que si estoy seguro? Nena, estuve en la guerra hace unos meses, y aún no logró quitarme el dolor que sentí de mi cabeza. ¿Que si te amo? Durante esos días sentí un dolor en el pecho, un dolor tan intenso que creí que me moría, fue sólo verte y mi dolor cesó. ¿Que si quiero que seas la madre de mis hijos? Ya lo eres, tenemos dos hijos, tres contando con el pequeño en tu vientre, y te puedo asegurar que no he dudado en ese tema. ¿Que si estoy seguro de que las cosas no van a cambiar? Joder, Malli, claro que van a cambiar, es imposible no amarte cada día más. La pregunta sería ¿Quieres aguantar conmigo? ¿Quieres que cambiemos el mundo? ¿Quieres casarte conmigo? .- Tras este discurso Ethan recobra su postura original, quedando sobre una rodilla y aguantando el precioso anillo, aún sonriendo.

- ¡Si!

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