Capítulo 7

1K 88 4
                                    


Daniel

Supe que todo iría bien, ella me lo había dicho y yo le creía. La verdad es que no podría ser de otra manera, yo no había hecho nada malo. No tengo la culpa de que los encuentros con Jess se hayan borrado de mi memoria. Eso debía ser normal, ¿no? Si algo no te importa, ¿por qué guardarlo en tu cabeza?

Después de tomar un baño, me encontraba poniéndome el pijama y pensando.

¿Será que ahora sí nos deje en paz Jessica? Honestamente, algo en mi interior me decía que no sería así. No entendía por qué debíamos ser amigos, nada nos unió, une o unirá.

A menos que...

No, no podía ser. No puede haber lazos entre nosotros, ninguno. Traté de recordar como había sido esa noche, algunos detalles se habían perdido mientras que otros serían imposibles de borrar.

Me senté en mi cama, los codos en mis rodillas y mi cabeza entre mis manos. ¿Será que hay algo que nos une a Jessica y a mí? Juro que esa noche no pude dormir ni un poco.

¿Qué pasaría con mi relación con Clarissa? ¿Me aceptaría incluso si tuviera un...con alguien más?

Esas y mil preguntas más llegaron mientras me revolvía en mi cama. Ya era tarde pero necesitaba hablar con alguien. El punto era con quién.

Si fuera cualquier otra cosa, la primera persona en mi mente sería Clarissa, pero viendo el tema, es imposible hacer eso. Rafael, bueno, él es mi amigo pero seguro que no entendería mi desasosiego. Christian, descartado. Fue irónico darme cuenta de que con la única con la que podría hablar esto era precisamente con Jessica.

Tomé mi teléfono y marqué el número de ella, respondió al tercer timbrazo.

—Creí que no querías volver hablar conmigo, eso dijiste delante de tu novia.

Esa fue la frase con la que me saludó. Tenía razón, pasase lo que pasase debía ser un caballero y hace unas horas no lo fui.

—Dije que no quería ser tu amigo, no que no deseaba volver hablar contigo.

Bueno, eso no sonó muy bien y se prestaba a malas interpretaciones.

—Lo sé Daniel, gracias por aclararme las cosas...

—Lo que sea que estés pensando, no es correcto.

—Lo que sea... —la risa de Jessica se podía oír hasta el otro extremo de la habitación, esperaba no molestar a nadie a estas horas.

—Yo sólo quiero hablar contigo por esta vez Jessica, es todo.

—¿Y de qué querrías hablar conmigo? —su voz se volvió más baja y algo ronca.

Y definitivamente no me gustó la sensación que despertó en mí. Esto había sido mala idea, muy mala idea.

—Tienes razón, no hay nada de qué hablar...

—No cuelgues —ordenó Jessica—. No te conviene colgar.

Y yo, como un buen idiota obediente no colgué, y al acercarse el amanecer me di cuenta de que más me habría valido hacerlo.

¿Cómo podría ver a la cara a Clarissa, después de esto?


Quédate a mi lado (Y te vi...3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora