Capítulo 14

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Clarissa

Definitivamente salir con Daniel era lo peor que podía hacer, se suponía que ya no éramos ni amigos ni nada. ¿Cómo por qué estaba haciendo esto? En realidad era masoquismo puro lo que ocurría aquí.

Caminamos despacio, respetando nuestro espacio y sin hablar. Mis padres me habían dejado salir sin pedir muchas explicaciones. Esperaba que no hubieran escuchado nada de lo que habíamos hablado Daniel y yo.

Él quiso ir a cenar a la cafetería a la que habíamos ido en nuestra primera cita, la palabra masoquista volvió a resonar en mi cerebro. Hacer esto era una verdadera estupidez. Así que eso me convertía en...alguien no muy inteligente.

Me senté enfrente de él. Vi que no le había agradado que estuviera la mesa entre nosotros, pero no me iba a arriesgar a nada.

—No te morderé Clarissa —dijo mirando el mantel de la mesa.

—¿Qué deseas cenar?

—Pues...lo que tú pidas est...

No pudo terminar la frase porque la voz más molesta del mundo lo interrumpió. Me giré para verla entrar al local como si fuera la dueña.

—Así que no tienes ni tantita dignidad, ¿verdad rarita?

Jessica había prácticamente gritado. Daniel se levantó pero lo detuve. Esto era entre ella y yo.

—No soy la que anda de buscona con el novio de otra —dije sin levantar la voz— ni la que anda rogando un poco de atención.

—Atención que recibo de tu novio, querida rara —dijo sonriendo.

No tenía ganas de imitar su gesto, pero tuve que hacerlo. Esta vez no la dejaría ganar. Ya me había alejado de Daniel, no sé qué más podría querer de mí.

—Y es por eso que en este momento tú estás sola como un perro y él está conmigo —dije sin alterarme, en apariencia—. Das pena Jessica, da pena ver lo patética que eres. Lo peor es que tú crees que eres realmente adorable o algo así. Quiero cenar en paz. —Me alejé de la mesa, esperando que Daniel me siguiera.

Y lo hizo.

De todos modos eso no era suficiente para volver a confiar en él, jamás lo sería. Caminamos rumbo a mi casa, no se me pasó el hecho de que él no había cenado nada. De todos modos, sé que solo habías querido sacarme de la casa, lo que seguramente nunca quiso fue que nos encontráramos a Jessica.

Al llegar a mi casa, lo volteé a ver. Lucía esperanzado, era momento de terminar con esa esperanza.

—Mañana vuelvo a la escuela, no volveré hasta...

—No digas nada de lo que después te puedas arrepentir, mejor vayamos despacio, ¿sí?

Lo miré, realmente pensaba lo que decía. ¿Cómo podríamos seguir como si nada hubiese pasado? Eso simplemente no se podía, pero no quería una discusión más. Además sabía que él se daría por vencido. Solo tendría que soportar unos cuantos mensajes y sería todo.

Esto acabaría. Cerré los ojos y asentí, cuando los abrí, pude ver que eso era lo que esperaba.

Lástima que mis planes eran otros.

Quédate a mi lado (Y te vi...3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora