Daniel
Era el primer día de clases, Clarissa se había ido al día siguiente en que la volví a llamar novia y la extrañaba demasiado. No podía decirle esto a nadie, porque, bueno, recién tenía un día sin verla. Ya sé que había pasado meses sin verla anteriormente, pero pues estábamos enojados así que creo que no sentía tanto su ausencia o me engañaba mejor o no sé y ni siquiera importa en este momento.
El punto es que ella no estaba aquí, que aunque pasaba todo el día mandándole mensajes o hablando por teléfono, pues no es lo mismo.
Ahora caminaba hacia la escuela, la universidad. Miré a lo lejos a Christian y Rafael. Caminaban tranquilamente mientras hablaban. Eso me pareció extraño, pero en fin, debía ser que la unión Daniel-Clarissa también significaba la unión de esos dos.
Me encogí de hombros y seguí caminando, tratando de alcanzarlos. Como vi que no lo lograría, comencé a trotar. Alguien me detuvo sosteniéndome de un brazo. Al girarme para ver de quien se trataba me quedé congelado.
Jessica.
Ahora me encontraba fascinado de no haber podido alcanzar a los chicos, lo que menos quería era que Clarissa se enterara de que había hablado con Jess a tan solo un día de haberse ido.
—¿Qué quieres Jessica?
Ella hizo una mueca, no supe si tratando de ser sexy o imitando a un pato, de todos modos no me interesaba ser amable con ella.
—¿Ahora soy Jessica?
—Ese es tu nombre, por si no lo recuerdas...es el primer día de clases y no quiero llegar tarde, así que si me disculpas —dije soltándome.
Pero ella me detuvo una vez más.
—Supe que la rara se fue y te dejó solito —dijo con una sonrisa.— Podríamos volver a pasárnosla de maravilla, Daniel.
Esa simple frase me llenó de escalofríos, no de los buenos. Me alejé un paso de ella, lo que me permitía su agarre.
—Clarissa y yo somos novios otra vez, y aunque no fuera así lo que pasó entre nosotros no volvería a pasar nunca —le dije arrancándome su mano de encima.
Ella arqueó una ceja mientras me daba una sonrisa de desprecio.
—Así que lograste que te perdonara —murmuró.
Me imaginé que esa frase era más para ella que para que la escuchara yo, pero no me importó, ya había dicho todo lo que tenía para decir.
Di media vuelta y seguí trotando para alcanzar a mis amigos. Poco antes de alcanzarlos mi celular emitió un ruido seguido por una breve vibración. Era un mensaje.
De: Clary
Ten un buen primer día de clases, te amo...
Y así, de la nada, el incidente con Jessica había sido olvidado. Mantuve la sonrisa en la boca hasta que llegué a la primera clase a la que tenía que asistir. En ese momento supe que las cosas irían bien, me aseguraría de ello.
Ahora solo esperaba que Clarissa pensara lo mismo. En cuanto tomé asiento, tomé mi teléfono y me dispuse a contestarle a mi novia.
Que bien se sentía decir eso.
ESTÁS LEYENDO
Quédate a mi lado (Y te vi...3)
Novela JuvenilNo temas al amor, sufrirás con él o sin él.