Capítulo 11

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Daniel

Tomé el teléfono, primero debía averiguar que le había dicho Jessica a Clarissa. Ella no se habría ido si no hubiera sido algo grave. Juro que acabaría con esto de una vez por todas. Mi nov... bueno, Clarissa no se merecía esto.

El teléfono llamó una y otra vez pero Jessica simplemente no contestaba, si esto seguía así tendría que ir a su casa y hablar con ella. Un error más agregado a mi lista.

De pronto alguien llamó a mi puerta, me acerqué a abrir. Mi mamá abrió la puerta antes de que llegara siquiera, miró en todas direcciones. No sé que se esperaba encontrar, tal vez a Clarissa y a mí en algún tipo de "abrazo" romántico.

Si no quería que algo pasara entre ella y yo simplemente debió mandarla a su casa a dormir y no traerla a mi cuarto. ¿Cómo le puedes decir a tu mamá que debe ser un poco más congruente entre sus reglas y lo que hace? Simplemente no se puede.

—¿Pasa algo mamá?

Ella pareció despertar de un trance, tal vez no esperaba verme completamente vestido...y solo.

—Alguien te busca, pero pensé que debía avisarte que no dejaras salir a Clarissa.

Con esa frase me dijo de quien se trataba. Bueno, al menos no debía ir a su casa. Un error menos, ¿verdad?

Salí a encontrarme con Jessica, ella se miraba completamente contenta y feliz. Debía hacer todo lo posible por borrarle ese gesto de autosuficiencia de su rostro.

—Para haber pasado la noche con la rara, no te ves muy contento amor.

—No me llames así —le dije apretando los dientes.

Ella tuvo la osadía de reírse, no cualquier risa, a carcajada limpia.

—No significa nada, bien te puedo decir cariño, corazón, cielo o mi vida y no significaría nada...cualquiera lo puede decir —dijo encogiéndose de hombros—. Son solo palabras.

—¡No son solo palabras!

—Claro que sí, estoy segura que se las dices a Clarissa y mírate, no estás buscándola en este momento, no, en cambio te encuentras aquí conmigo peleando —dijo con una sonrisa sarcástica—. No significan nada.

En ese momento la odié, pero sentí eso porque tenía toda la razón del mundo. Eran solo palabras, al menos hasta que fueran demostradas con hechos y eso no lo había hecho.

—¿Qué le dijiste a Clarissa?

—Sólo la felicité por pasar la noche contigo, aunque sinceramente creo que te hace falta un poco de práctica, seguro para la rara todo estuvo perfecto.

Apreté mis manos en puños, por eso ella había huido. Estúpida Jessica, había echado sal en la herida, una que al parecer seguía abierta. Entonces me di cuenta de que acababa de insinuar que había tenido relaciones con ella y con Clarissa. Rogaba por que mi mamá no anduviera por aquí. No creía tener tanta suerte.

—No sé por qué crees que Clarissa es una mujer como tú, no entiendo cómo osas compararte con ella de una u otra manera. No eres nada a lado de ella, nada.

Con cada palabra, la tez de Jessica se volvía más pálida y sus ojos más rojos. No me importaba si lloraba, ni siquiera me interesaba si gritaba, seguro mi mamá ya lo sabría todo.

—Ahora vete de mi casa, me equivoqué una vez y no lo haré otra.

Jessica bufó un par de veces y se dirigió a la puerta, estando en el umbral se detuvo y sin mirar atrás dijo sobre su hombro.

—Jamás la tendrás, es una niña y como tal, dejará que sus miedos la dominen... puedes luchar todo lo que quieras pero debes saber que estás luchando contra ella misma. Cuando te canses de jugar a las muñecas, sabes dónde encontrarme.

Sin dejarme responder se marchó, y yo me derrumbé en el sillón. Mi madre llegó poco después de esto.

Se sentó a lado mío y me sostuvo las manos.

—¿Qué harás?

Me giré para verla, sabía a qué se refería. Era, ¿qué pasaría con Clarissa?

—Creo que Jessica tiene razón, estoy peleando contra ella misma...no sé si ganaré.

—Todo es en base a esfuerzo, hijo. Es todo.

Sabía que tenía razón, pero tal vez ya era demasiado tarde. Debía buscar a Clarissa y hacerla hablar.

Cosa fácil.


Quédate a mi lado (Y te vi...3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora