Capítulo 6

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Clarissa

Muchas preguntas se agolpaban en mi cabeza, algunas con respuestas muy obvias, otras con demasiada incertidumbre. No podía preguntarle, no deseaba que pensara que no confiaba en él. Pero tampoco podía quedarme así, si no hablaba también pensaría que desconfiaba de él.

Al llegar a mi casa me giré para verlo, se notaba triste. No quería verlo así. Le tomé la mano y él me miró directo a los ojos. Pude ver que esperaba malas noticias. Eso me molestó un poco, ¿tan poca era su confianza en mí?

¿Es que creía que su pasado me importaba más que el futuro que podríamos tener juntos? Casi suelto un bufido. Me contuve, sin embargo.

—No te preocupes Daniel, lograremos que nos deje en paz —le dije apretando su mano.

Él soltó un suspiro de alivio. Eso me dio la respuesta que necesitaba.

—Sé que lograremos que nos deje en paz —dijo sonriendo.

Se acercó y me dio un abrazo algo largo y muy fuerte. Casi me dejaba sin aliento, pero no me quejé, si él necesitaba una confirmación...por mí estaba bien.

—Debo entrar —le dije alejándome un poco de él—. Recuerda que estás invitado a comer mañana, ¿sí?

Daniel tan solo asintió y luego de darme un corto beso en los labios, se despidió de mí.

Cuando entré a la sala, mi madre me esperaba ahí. Supe, por su rostro, que no tenía problemas. Eso me alegró sobremanera, definitivamente no podría soportar otro lío esta noche. Mucho menos con mi madre.

—¿Qué ocurre hija?

—No sé de qué hablas mami, quiero ir a dormir...lo necesito, urgentemente.

Ella sonrió y golpeó ligeramente el espacio vacío en el sofá a lado de ella, supe que no tenía opción. Hablaría con ella sí o sí.

—Dime qué es lo que ocurre, sabes que puedes hablar conmigo de todo lo que te preocupa.

—Es solo que parece que no podemos dejar el pasado atrás —le dije sin verla, tampoco podía decirle más.

—No entiendo hija.

La miré fijamente, debatiendo entre contarle todo o no. Sabía que mi madre no miraría de manera diferente a Daniel, pero tampoco tenía derecho de contarle sus intimidades a nadie. Vaya, que ni siquiera las debía saber yo. Al menos, no por el momento.

—Jessica sigue molestando a Daniel, dice que quiere ser su amiga.

Esa era parte de la verdad, era mejor que mentir, ¿cierto?

—¿Y por qué no pueden ser amigos?

—Daniel no quiere ser su amigo, eso le ha dicho hoy hace un momento...

Mi mamá torció el gesto, sabía que no entendía y no lo haría sino hasta que le dijera todo, eso no pasaría.

Me levanté de a poco del sofá, debía dormir.

—Debo ir a dormir...nos vemos mañana mami —dije dándole un beso en la mejilla.

Mi mamá no me detuvo, eso lo agradecí profundamente. Mientras me recostaba en la cama, supe que había hecho lo correcto al no contarle a Daniel sobre Antonio. Después de Jessica, noté que definitivamente no estábamos listos para enfrentar algo así.

Ahora a esperar a lo que pasaría, ojalá todo fuera a bien.

Con este deseo me dormí, perdiéndome la llamada que llegó a mi celular poco después.


Quédate a mi lado (Y te vi...3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora