Clarissa
Sé que no fui buena con él, pero estos dos meses habían sido los más tranquilos de mi relación con Daniel y fueron más en plan de amigos que cualquier otra cosa. Incluso dejó de importarme si se veía con Jessica. Fue un gran paso para mi salud mental.
Cuando me di cuenta de que estaba lista para vivir, también pude ver el hecho de que él no tenía lugar en mi nueva vida. Tal vez fuera por la distancia, pero estoy segura de que fue su egoísmo. Obvio que vi que también estaba siendo egoísta, pero realmente lo necesitaba.
Capté que queríamos cosas diferentes.
Yo buscaba, sin pensarlo, una relación seria y madura. Él...bueno, él quería sexo.
¿Malo? No, la verdad no me parecía mal. Pero siempre fui la que iba lento, en todo. Una de las razones por las que me alejé de Ian fue precisamente esa, él no esperaría.
Me alejé de Daniel, no quería ver su rostro. Me espantaba ver que hubiera pesar o alivio. Era una tontería, debería querer verlo en paz, ¿cierto? Pero eso significaría que lo que había significado mucho para mí, había valido poco para él.
Esto del amor era una quimera, lo juro.
Llegué a mi casa dispuesta a pasar un rato agradable con mis padres. Estar dos meses alejada de Daniel, también habían representado el mismo tiempo alejada de mis padres y de mi mejor amigo.
Chris estaba justo delante de mí cuando llegué a mi puerta. No tuve que decir nada, al parecer mi cara expresaba lo que sentía en ese momento. Tan solo me abrazó y me condujo a mi habitación.
Estuvimos media hora sin hablar, tiempo que solo me prestó sus brazos.
—Lo siento mucho, Clary —dijo cuando mi madre nos llamó.
—No me tienes que decir eso a mí, la mala fui yo...
—No, nena —dijo tomando mi barbilla—. El malo fue el tiempo y su inmadurez. Creo que no están listos para tener una relación.
—Gracias por estar aquí —dije tratando de sonreír.
—Siempre, cariño...para ti, siempre.
Bajamos al comedor, dónde ya nos esperaban mis padres. Pasamos una buena tarde y por la noche, sin siquiera cenar, tomé mis cosas y corrí a la estación de autobuses. Era hora de volver a mi vida sin este dolor.
¿Habíamos quedado como amigos? Seguramente no. Daniel me debe estar odiando en este momento...y no lo culpo.
Al subir al autobús, miré por última vez estas calles.
Me despedí.
De todo...de todos.
Incluso de la niña que una vez fui.
Adiós, Daniel.
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Quédate a mi lado (Y te vi...3)
Teen FictionNo temas al amor, sufrirás con él o sin él.