Capítulo 9

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Daniel

No podía permanecer en esa casa por más tiempo, sabía que ella se había dado cuenta de que algo no iba bien, pero no podía importarme menos esta vez. Yo no me encontraba bien y no podía explicárselo precisamente a ella. La heriría si le contara lo que pasaba conmigo y en mi vida, lo que tenía en mi cabeza y mi corazón. Sé que de cualquier manera le haría daño, no importaba si era hoy o mañana, esto no terminaría bien.

Salí rápidamente sin despedirme bien de Clarissa, no me sentía merecedor de estar en su presencia por más tiempo. Caminé sin rumbo por muchas horas, casi hasta el amanecer. Tendría problemas con mi madre por esto, pero no me importó. Necesitaba estar a solas.

Cuando llegué a mi casa, fui sin hacer ruido hasta mi cuarto y quedé petrificado en el umbral de la puerta.

¿Qué hacía Clarissa aquí? ¿Por qué mi mamá la había dejado quedarse precisamente en mi cuarto? Eso rompía todas las reglas antes impuestas. No concordaba con todo lo que me había dicho con Jessica. ¿O es que no veía como peligrosa a Clarissa?

Me acerqué a mi cama, ella dormía dándole la espalda a la pared, totalmente enfrentándome. Tenía una de sus manos cerca de su mejilla y la otra en su cintura. Su cabello aún estaba sujeto en una coleta. Tenía las rodillas medianamente dobladas y su respiración era tranquila.

La primera vez que la veía dormida. Honestamente esperaba que esta primera vez hubiese sido de manera diferente, tal vez como consecuencia de otra primera vez. Sacudí la cabeza. No era momento de estar pensando en sueños guajiros como los llamaría ella.

Me senté en el espacio de la cama que ella dejaba libre. Al sentirme, se removió un poco, alejándose. Dándome espacio para recostarme de frente a ella, sus rodillas rozaban con mis muslos. Su respiración no había cambiado ni un poco.

Me apoyé en un codo mientras la observaba. Pude ver que tenía algo nuevo en su cara, ojeras, seguro las había obtenido de esa semana en la nueva escuela. No quería ni imaginar como terminaría mi Clary después de estudiar cuatro años allí.

Mi Clary.

Había salido de manera tan natural y era todo tan falso. Ella no era mía y nunca lo sería. Todo por mi culpa.

Seguí observándola hasta que mis ojos no soportaron estar abiertos por más tiempo. Luché todo lo que pude por no dormir, sabía que no volvería a tener una oportunidad así.

Pero el sueño fue más fuerte y ganó la partida.

No sé cuánto tiempo dormí y no recuerdo haber soñado. La verdad es que ni siquiera me moví para no despertarla y tener que dar explicaciones.

Lo único que sé es que cuando desperté, ella ya no estaba conmigo y mi celular se encontraba en mi escritorio. Me acerqué a él.

Cuando vi la última llamada entrante, comprendí todo.

Ahora solo quedaba una pregunta, ¿luchar o no luchar?


Quédate a mi lado (Y te vi...3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora