Narra Rebecca.
Acababa de despertarme. Estaba enfrente del espejo de mi habitación con la camiseta que me dio Scott puesta, haciéndome un moño para bajar a desayunar. Cogí mi móvil y miré la hora, las 11.25 de la mañana. En ese momento escuché la voz de Alex en el pasillo. Salí contenta a recibirla, pero ella entro en su habitación y pegó un portazo. Como alguno de estos tíos les hubiese hecho algo... Me giré para mirar al otro lado del pasillo y recorrí con una mirada furiosa a todos los chicos que habían visto a Alex meter el portazo: Iván, Matt, Ethan, Jeremy, Tyler e Ian. Los chicos me miraron inofensivamente y levantaron las manos como representación de 'No hemos hecho nada.' Solo se escuchaba a Alex llorar en su habitación.
-Venga chicos, aquí no hay nada que ver.-Dije con una voz algo tristona. Los chicos se fueron cada uno a lo suyo.
Llamé a la puerta de Alex. Una vez. Dos veces. Tres veces. Nada. Decidí mandarle un mensaje.
No me contestó, así que le mandé un segundo mensaje. Tampoco contestaba, eso significaba que quería estar sola. Salí a mi terraza y me senté en una pequeña sillita que tenía en un lado.
Alex. Mi querida Alex. Ella era una gran chica, y sin embargo el tiempo que llevamos aquí para ella todo esto era como una montaña rusa: un día está bien, y al siguiente se le viene todo encima.
Cerré los ojos y me quedé un rato más sentada. Al rato me sobresaltó el ruido de un coche, vi como el coche de Eric salía del recinto de la gran casa.
Volví a mirar mi móvil por si Alex me había contestado, pero nada. Salí de mi habitación y bajé las escaleras para ir a la cocina.
Escuché las voces de Scott y de Iván. "Mira que le dije que no le hiciera daño." escuché decir a Iván. Cuando entré a la cocina ambos se callaron.
-Buenos días.-Le dije a Scott mientras me acercaba a él y le abrazaba. Me correspondió con un tierno beso.
-Buenos días, pequeñaja.-Me acerqué a Iván y le di un beso en la mejilla:
-Buenos días a ti también.-Me dedicó una sonrisa algo forzada.
-Chicos, os he escuchado decir algo de que a alguien le han hecho daño. ¿Alex, verdad?-Les pregunté mientras centraba mi mirada sobre todo en Iván.
Su mirada estaba consumida por la furia. Los ojos son el espejo del alma. Siempre he estado de acuerdo con esa frase, y en este caso, a él se le notaba en la mirada. Más bien su mirada era la propia furia. Scott miró a Iván y después a mí. Agachó la cabeza algo nervioso.
-Sigo esperando una respuesta.- En ese momento Scott levantó su mirada y la clavó en mí:
-Siéntate.- Iván estaba furioso. Con la mirada clavada en el suelo.
Me senté en la encimera de la cocina. Cogí una manzana de un bol que tenía cerca y la frote con una servilleta. Comencé a comérmela, o mejor dicho, devorarla. Tenía mucha hambre.
-Oye Scott, cuéntaselo todo tú, yo me voy a dar una vuelta. No puedo estar más aquí encerrado. Nos vemos luego Bec.- Le dediqué una sonrisa y se marchó. Miré nuevamente a Scott.
-Tú sabes el lío que tiene Alex con Nico y Eric, ¿no?- Entrecerré los ojos y le miré:
-Pues claro, ¿cómo no lo voy a saber?- Era de cajón, ¿cómo no iba a saberlo? Soy su mejor amiga, joder. Esta situación comenzaba a ponerme nerviosa.
-Vale, vale, es una pregunta algo tonta.-Me contestó mientras se rascaba la cabeza.-Digamos que cuando ella pensaba que lo tenía todo claro, la situación cambió completamente.-Comencé a darle vueltas al tema. Alex me había comentado que ya había decidido a quién entregarse. Pero no estaba segura de a quién había elegido.
ESTÁS LEYENDO
Demasiada Testosterona (TERMINADA & EN EDICIÓN)
Roman pour AdolescentsLos padres de Alexandra son arquitectos de gran prestigio, tras recibir una irrechazable oferta sobre un proyecto en el extranjero, Alex se verá en la obligación de dejar su país natal para mudarse con su hermano mayor Félix a Miami. Este giro in...