Capítulo 23: El Bar

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20/12/16

Fuimos a comer a casa de mis abuelos maternos una vez que Iván volvió de hacer la compra. Había comprado unos dulces en la pastelería a la que solíamos ir de pequeños.

Mi abuela y mi abuelo se alegraron mucho al vernos. Mi abuelo y Eric se llevaron realmente bien. Mi abuela intentaba hacerle comer más de la cuenta, a Eric le sabía mal rechazar la comida que le ofrecía mi abuela por lo que al llegar a casa acabó vomitando toda la cena, lástima.

Ahora mismo está durmiendo a mi lado mientras yo escribo esto. Es tan tierno durmiendo.

La verdad es que me entristece bastante que mis padres no puedan conocerlo. Hoy comeremos con nuestros abuelos paternos antes de reunirnos todos, por parte de madre y padre en un restaurante para celebrar la noche buena.

Iván había insistido en cocinar, así que mis abuelos vendrían a comer. Seguramente vendrían nuestros primos, Raúl y Nadia. Estaban realmente emocionados ante la idea de que Iván y yo estuviésemos en España tras varios meses en Miami.

Eric se movió y me quitó el diario para cerrarlo:

-Estaba escribiendo.-

-Pues ya no.- Me abrazó contra su pecho y dejó el diario en la mesa.-Desde que Victoria te regalo ese diario estás bastante callada, me pregunto qué escribirás ahí dentro.-

-Mis cosas.-

-¿Y por qué no me las cuentas a mí?-

-Por qué me gusta guardármelas, supongo. Además no es nada del otro mundo.-

-¿Puedo leerlas?- Me miró ilusionado, lo cual no duró mucho.

-Ni de coña, es privado.-

-Pues vaya...- Le acaricié el pelo y me levanté para darme una ducha.- En lo que te duchas voy a comer algo.-

-No te pases, que ayer vomitaste.-

-Tranquila, ma-má.- Me hizo gracia que destacase las silabas de esa manera.

Me metí en la ducha y dejé que el agua se deslizase por cada parte de mi cuerpo haciendo que mis músculos se relajasen.

Una vez hube terminado me dirigí a mi armario para poder coger un vestido. Ya sé que se trataban de mis abuelos, pero me apetecía estar presentable. Me decanté por un vestido a medio muslo y ajustado hasta la cintura. Lo que más me gustaba era la falda en vuelo. El color verde esmeralda del vestido era realmente precioso, era uno de mis vestidos favoritos. Me calcé los tacones negros y me maquillé sutil mente.

Bajé las escaleras para ayudar a los chicos con la comida.

-¿Cómo vais? ¿En qué os ayudo?- Al entrar en la cocina me empecé a reír. Estaban manchados de comida. No sé qué estaban preparando, pero más vale que fuese difícil porque con esas pintas... Ahora imaginaros que es pollo empanado, con lo fácil que es eso. Ante tal idea empecé a reírme más.

-Se nos olvidó ponerle la tapa a la licuadora...- Eric estaba lleno de batido de fresa mientras mi hermano llevaba claras de huevo y harina entre otras muchas cosas esparcidas por su camiseta y sus pantalones de chándal.

-Subid a ducharos, ya limpio yo todo esto.-

-Ten cuidado de no mancharte, estás muy guapa.- Eric me guiñó un ojo al pasar por mi lado seguido de mi hermano.

Me puse un delantal para evitar mancharme con la encimera y comencé a limpiar toda la cocina mientras escuchaba la música de los Cuarenta Principales. Echaba de menos esta emisora.

Demasiada Testosterona (TERMINADA & EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora