Capítulo 10: Ahora serás mía...por completo

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Mi mirada invitó al cuerpo de Dan a tomar asiento. Su peso se desplomó sobre el acolchado sofá, mientras sus ojos permanecían fijos en mí, analizando cada uno de mis movimientos.

"Me debes una explicación" bufé en un leve asentimiento, posicionándome justo en frente de él. El silencio envolviéndonos, haciendo eternas las milésimas de segundo que transcurrían frente a su figura, ceño fruncido, dureza bañando su expresión.

"Me marché de casa" admití jugando nerviosamente con mis dedos.

"Eso ya lo sabía" Reprochó con seriedad. Una parte de mi anhelaba correr a sus brazos, llorar en ellos como la niña pequeña que aún seguía siendo, admitir que aquello me venía demasiado grande, buscar apoyo en su hombro y encontrar reconforte en sus palabras, bañadas en ese cariño habitual que le caracterizaba cuando hablaba conmigo, pero mi impulso se contuvo. El motivo no iba más allá de mi imaginable. Temor, temor a su reproche, a su riña, a su burla, temor a quedar como una estúpida niña infantil frente a él, miedo a destruir esa fachada de chica indestructible que había creado para satisfacer su orgullo.

Tan solo era miedo a su reacción, eso repetía mi mente incontables veces, y el pensamiento no dejaba de ser sincero, pero en lo más profundo de mi ser, era consciente de que tampoco llevaba toda la verdad de su parte.

Realmente si no llevaba ya varios minutos llorando recostada en su pecho, era por miedo, miedo a todas aquellas verdades, pero una idea más surcaba mi mente, un temor superior a todos los anteriores.

Tenía miedo de descubrir que los brazos de Harry resultaban más reconfortantes que los de Dan.

Era mi primo, mis ojos no habían dejado de verlo como tal, pero su manera de reconfortarme con tan solo una muestra de su hoyuelo, tensando sus labios en una leve sonrisa, comenzaba a convertirse en una rutina un tanto extraña. No era más que eso, satisfacción ante sus gestos de cariño hacia mí, gestos que llevaba extrañando más de una década. La protección de sus cálidos brazos, el bombeó lento de su corazón escondido bajo su musculoso torso, la casual sonrisa que esbozaba no con demasiada costumbre, haciéndome sentir privilegiada por poder observarla, sus graciosos rizos despeinados loca, pero a la vez, precisamente, el sonrojo de sus mejillas ante alguno de mis gestos, su altura intimidante inspirándome seguridad, su instinto protector...su mirada, incrustada en esos ojos verde esmeralda, intimidantes, fríos, duros...

Detuve unos instantes mis pensamientos, ¿Pero qué estaba haciendo? Volví a la realidad breves segundos, la angustia agonizando dentro de mí. Los segundos convirtiéndose en horas mientras Dan permanecía frente a mí, con el ceño más fruncido a cada instante. El silencio devorando la paciencia de mi chico, y yo mientras, dedicando pensamientos a Harry.

"Soy adoptada" Mis labios hablaron por si solos buscando una salida a aquel incomodo momento. Los ojos de Dan abiertos de par en par, sin poder creer la información, a la vez intentando procesarla. "No quería permanecer en casa, rodeada de mentiras" Asintió levemente, su vista perdida en las baldosas del suelo, el silencio como respuesta

"¿Por qué aquí?" Formuló la pregunta del millón, mis labios entreabiertos dispuestos a excusarme, a contarle el motivo, hasta que mis ojos chocaron con su mirada de desconfianza, de desprecio ante mi acto.

Algo brotó en mi interior, conocía su desaprobación hacia Harry, la conocía mejor que nadie, Dan y yo compartíamos una cosa, ambos éramos victimas de sus constantes ataques en mi vida. Y sin embargo, mis entrañas grujían furiosas ante esa mirada de asco dirigida hacia mi primo. Me había aportado un techo que me tapara de la oscuridad de la noche, una cómoda cama donde había dejado aparcadas mis pesadillas, me había aportado su pecho para derramar mis lágrimas, su protección permitiéndome así sentirme segura, y sobre todo, me había aportado la soledad que necesitaba.

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