MARVEL //one-shots

001 || Chris Evans

Título: Azúcar
Partes: 1

Me levanto del sofá para ir a la cocina. Necesito comer. No es que me apetezca, es que lo necesito. Mis manos están temblando, y me siento débil. Estoy teniendo una bajada de azúcar.

Esto ya me ha pasado antes. Simplemente tengo que comer algo dulce y no hacer ejercicio, y ya está.

Me acerco al frigorífico y abro la puerta. Por desgracia, nada de lo que hay ahí es dulce. Inspecciono los armarios en busca de azúcar y, desgraciadamente, no encuentro nada.

A pesar de que ya es de noche y bastante tarde, decido ir a comprar un refresco en la tienda de la esquina de mi calle.

Salgo de mi apartamento mientras me pongo la chaqueta y bajo a la calle.

Camino hasta la tienda, sin encontrarme con nadie. Cuando llego a mi destino, entro y descubro que, como la calle, está desierto.

Cojo un refresco y lo pago. Al salir de la tienda, trato de abrirlo, pero las manos me tiemblan demasiado.

Estoy tan concentrada en intentar abrir la lata que no me doy cuenta de que tres hombres se acercan tambaleándose.

Meto las manos en los bolsillos y agacho la cabeza, creyendo que pasaré desapercibida.

Sin embargo, en medio de una calle vacía, callada y siendo una mujer, no funciona.

- ¡Hey, muñeca! ¿Qué haces por aquí sola? -grita uno arrastrando las palabras.

Los tres hombres se acercan y me rodean. Intento avanzar, pero uno de ellos me agarra del brazo.

- ¿Adónde te crees que vas? -susurra cerca de mi rostro. Su aliento apesta a alcohol y su cuerpo a sudor.

- Suéltame -digo, decidida.

- Oh, no, de eso nada.

Entre los tres me arrastran hacia un callejón. Una vez ahí, me empujan desde los hombros, aplastándome contra el muro.

Noto mi corazón golpear con fuerza mi pecho, y una gota de sudor me cae por la espalda.

- Dejadme en paz -susurro.

Los hombres ríen y me arrancan la sudadera. Yo comienzo a gritar, pero una mano se posa en mi boca y los sonidos se amortiguan.

Muerdo la mano hasta que noto el sabor de la sangre. El dueño de la mano grita y me pega un puñetazo con su mano sana.

Gimo y pataleo, luchando por huir.

- Ni lo intentes -gruñe uno.

- Por favor...dejadme... -sollozo.

- Solo queremos divertirnos -dice uno con una sonrisa macabra.

El hombre sube mi blusa y acaricia mi piel desnuda.

Un escalofrío me recorre y trato de gritar. El hombre me golpea de nuevo. Esta vez, son dos puñetazos en el pómulo.

- No te resistas...si no gritas no te pasará nada.

A pesar de sus advertencias, grito de nuevo. Un puñetazo en el estómago hace que me doble de dolor.

El hombre me agarra del cuello y me pone recta. De pronto, me arranca la blusa, dejándome tan solo en sujetador.

- Por favor...no... -murmuro mientras lágrimas caen por mis mejillas.

Las sucias manos del hombre acarician mis pechos por encima de mi sostén.

Grito de nuevo y, otra vez, recibo un golpe en el abdomen.

Comienzo a ver todo borroso y mi cuerpo tiembla también por la falta de azúcar.