MARVEL //one-shots

034 || Steve Rogers

Título: Te amo
Partes: 1

Justo cuando limpias las lágrimas de tus mejillas oyes un ruido en la puerta de tu habitación.

Te giras para ver a Steve, vestido con una camiseta de manga larga negra y pantalones color caqui. Cruzado de brazos, se encuentra apoyado en el marco de la puerta, observándote con el ceño fruncido.

- Hey -dice suavemente-: ¿Qué pasa?

De alguna manera, consigues sonreír a través de las lágrimas.

- Yo...no es buen momento, Steve -dices levantándote. Te acercas a él para cerrar la puerta, pero él te lo impide poniendo su cuerpo.

- No voy a irme. No cuando estás llorando y necesitas a alguien -dice cerrando la puerta tras él.

Tú suspiras y te sientas en la cama.

- No necesito a nadie. Y menos a ti -murmuras secando tu mejilla.

Por su expresión, sabes que lo ha oído. Parece dolido y confundido.

- Quiero ayudarte, T/N.

Un bufido sale de tu boca.

- ¡No puedes! -exclamas cansada-: ¡No puedes ayudar a todo el mundo!

Él frunce el ceño.

- Solo quiero saber por qué lloras. Eso es todo -explica despacio.

Tú suspuras de nuevo y un sollozo se escapa de tu boca.

- No voy a decírtelo. Vete, Steve -dices con la voz quebrada.

- No.

Tú sollozas más fuerte y te levantas, cansada de llorar por él casi todos los días.

- Bien. ¿Quieres saber por qué lloro? -casi gritas.

- Sí -responde él, decidido.

Tú coges aire y te preparas. Nunca pensaste que esto saldría así, pero, de alguna manera, sabes que es el momento.

- Por ti -comienzas. Tu voz tiembla y maldices internamente por eso-: Lloro porque nunca serás mío, aunque yo soy tuya completamente. Mi corazón te pertenece. Pero el tuyo es libre, o quizás de Sharon. No lo sé, porque ya no hablas conmigo como hacíamos antes. Amaba cada minuto que pasaba contigo. Y ahora nada es igual. Tú haces tus cosas, yo las mías -haces una pausa para secar por enésima vez las lágrimas de tu cara-: Pero a pesar de ello te sigo amando. No puedo evitar sonreír cada vez que te veo, ¿sabes? Cada vez que escucho tu voz todo se soluciona. Te amo, y por eso lloro, porque te amo más de lo que he amado a alguien y tú apenas me ves como a una amiga.

Sorprendida de ti misma por el discurso, descubres que estás temblando y te sientas lejos de Steve.

Este te observa fijamente,sin apartar la vista de ti un segundo.

- No espero que sea correspondida, y tampoco que lo entiendas -dices en voz baja. Entonces, suplicas-: Pero, por favor, Steve, dime que podemos ser amigos.

Él se mueve hasta quedar junto a ti. Entonces, coge tu mano con delicadeza, como si fueras de porcelana, y la acaricia como si fuese terciopelo.

- Me acuerdo de cuando hablábamos sin parar hasta altas horas de la madrugada -dice tranquilo. Su voz es música para tus oídos y te relaja al instante, haciéndote sonreír-: Sé muy bien la razón por la que nos distanciamos, porque yo soy el culpable -frunces el ceño y él hace una pausa para que lo asimiles, en la que él se dedica a acariciar tu mano-: Yo... pensé que separándome de ti te protegería. Eres la persona más importante para mí. Pensé...pensé que, si nuestra relación no era tan fuerte y estrecha, nunca te harían daño para hacérmelo mí. Solo quería protegerte. Lo siento -termina, mirándote al fin a los ojos.