MARVEL //one-shots

039 || Bucky Barnes

Título: En casa
Partes: 1

El autobús da una sacudida y Bucky suelta un ronquido a mi derecha.

Sonrío y le miro. Su mano fuerte, cubierta por un guante negro, envuelve la mía. Su cabeza está ligeramente inclinada, como si estuviera mirándome, aunque sus ojos están cerrados.

No sé cuánto tiempo paso mirándole. Solo sé que el autobús se sacude de nuevo y Bucky esconde su cara en mi cuello.

Aunque me dan escalofríos, mantengo la compostura y le pongo un mechón de pelo detrás de la oreja.

Miro por la ventanilla y trato de apreciar el paisaje, aunque me es imposible ya que están empañadas por el frío de fuera.

Comienzo a hacer dibujos distraídamente, concentrándome en el calor que Bucky emana al estar tan cerca.

Sin darme cuenta me encuentro con que mi dedo ha trazado una letra.

Una maldita B.

Sonrojada, borro rápidamente los dibujos pasando el brazo por el cristal. Bucky entreabre los labios y de ellos sale un suave suspiro, haciéndome sentir mariposas en el estómago.

"Basta. Es tu mejor amigo y nada más" pienso. Suspiro y me apoyo en el cristal cerrando los ojos. Caigo dormida enseguida.

Cuando despierto, la nariz de Bucky no roza mi cuello, y su mano no está sobre la mía. Me sonríe y dice:

- Creo que hemos llegado.

Me froto los ojos y él suelta una carcajada.

- ¿Bella Durmiente? ¿Seguro que estás despierta? -bromea cuando tropiezo al levantarme.

Por suerte él está ahí para agarrarme. Le pego un codazo leve y murmuro:

- Porque no te has visto antes...nunca he oído roncar a alguien tan fuerte.

Él se ríe y extiende una mano para dejarme salir. Bajamos del autobús de un salto, y mis botas se hunden en la nieve, que cubre todo el panorama.

El autobús se aleja y yo sonrío a Bucky.

- Bienvenido a West Chester -digo mientras extiendo los brazos, enseñándole el lugar donde me crié.

Él sonríe y se pone la capucha de la sudadera cuando empieza a nevar.

Caminamos charlando animadamente hasta la casa de mis padres.

- Ya verás todo esto por la noche. En Navidad está precioso -digo.

Él me mira y asiente, en silencio.

Caminamos durante unos minutos más y digo:

- No puedo esperar a darme una ducha calentita. Tengo las manos heladas.

Bucky se acerca un poco más a mí y coge mi mano, llevándosela a su bolsillo.

Le miro y él sonríe cuando se quita el guante y, con su mano caliente, frota la mía.

- ¿Cómo estás siempre ardiendo? -murmuro.

Él se ríe y dice, señalándose:

- ¿Es que no has visto esto?

Pongo los ojos en blanco y continúo andando, ahora sin darle la mano.

Camino durante unos segundos hasta que me doy cuenta de que solo se oyen mis pisadas. Me giro y veo a Bucky parado y mirando al suelo.

Me acerco a él despacio y susurro:

- ¿Buck? ¿Algo va mal?

Él tensa la mandíbula y se pellizca la nariz.