El agente Sam terminó la llamada.
No me moví del lugar, no quería ni siquiera voltear. Era imposible, esa idea debería de ser errónea. ¿Asesinada? ¿Quién querría matarme? No quiero sonar pretenciosa ni nada pero, todos me amaban. O al menos la mayoría. No tenía enemigos, tal vez Failey, pero ella era muy estúpida hasta para matar a una hormiga. No entiendo cómo pude ser asesinada... Esa idea era fea; Peor aún, era espeluznante y aterradora. El hecho de estar muerta no me quitaba los horribles y molestos escalofríos.
La ceremonia siguió, nadie excepto Heidi quiso pasar a dar unas últimas palabras. No me enfadó el hecho de que mis padres no lo hicieran, los entendía perfectamente. Yo tampoco lo hubiese hecho de ser el caso contrario.—Realmente no sé por dónde empezar —comienza, sorbiendo su nariz. Levanta la mirada de soslayo como si esperara verme parada por allí— Hace mucho que no establecía contacto con ella, después de que peleamos yo decidí alejarme. Jamás le pude decir... decir lo importante que ella era para mí, fue más que sólo mi prima, fue mi mejor amiga y como una hermana menor para mí —se muerde el labio justo en el momento en que una lágrima cae por su mejilla. Ella sólo trata de que su voz no falle— No le pude decir lo hermosa que ella era por dentro y por fuera. Era todo una diva —suelta una risa melancólica— pero a pesar de eso, jamás fue grosera con nadie. Sabía ser ella sin necesidad de lastimar a los demás.
Me acerco más junto a los otros y observo a mi prima. No había cambiado mucho, excepto en la altura. Antes yo era la más alta a pesar de que era más chica de edad, pero ahora ella me pasaba como por diez centímetros. Su rostro seguía pareciendo el de una niña, con su rostro pálido y sus pequeños ojos grises que parecían ser del tamaño de una uva, excepto tal vez por ese labial rojo cereza que llevaba en sus labios y el rubor rosa en sus mejillas.
—Kathie, lamento todo lo que pasó la última vez que hablamos —su voz se corta por unos instantes, pero casi de inmediato la recupera— Te quiero mucho. Te quiero mucho, hermana. Voy a extrañarte.
Yo también lamentaba esa última vez, ambas dijimos cosas que nos lastimaron demasiado. Recuerdo que estuve llorando casi por cuatro días seguidos pero después tuve que continuar con mi vida y aceptar que nuestra amistad había terminado. Me hubiese gustado que todo esto lo hubiese dicho mientras estaba viva, sinceramente no sabía si eso servía de mucho ahora.
Heidi regresa a su asiento y el sacerdote continúa con las oraciones. Después el momento llega, mis padres se ponen de pie y camino a lado de ellos. Ambos tienen los ojos hinchados y rojos. Observo lo que los dos llevan en las manos y me doy cuenta de que son dos claveles, uno rojo y el otro blanco. Dos hombres se acercan igualmente, juntos comienzan a bajar mi ataúd lentamente, sujetándolo por las cuerdas de apoyo. La caja llega hasta el fondo, siento un retortijón en mi estómago, entonces papá y mamá echan los claveles hacia el hueco. Mamá se suelta a llorar, aferrándose a los brazos de mi padre como si fuese lo único que la mantuviera de pie. Cada uno de los presentes se pone de pie y toman un clavel del florero que habían colocado a un lado y comienzan a echarlos al agujero. Observo a todos, sus rostros decaídos y devastados me hacen sentir mucho peor. Creo que nunca me había sentido de esa forma, no mientras estaba viva. Era absoluta y totalmente horrible.
Me sorprendo al ver a Jeremy con una flor en sus manos para arrojarla hacia el ataúd.
—Escuché algo —le digo. Él no voltea a verme porque hay muchas personas cerca, pero sé que me escucha— Tal vez es mejor que vayas hacia el bosque, es muy importante.
Una vez que digo eso, me encamino hacia la entrada del bosque, Justin me sigue de cerca. Los demás comienzan a retirarse poco a poco, mis tíos son los que ayudan a mis padres para sacarlos de este lugar.
El viento se intensifica conforme más me acerco al bosque, el paso del sol se dificulta por los enormes árboles en el camino, haciéndolo lucir sombrío y tétrico.—¿Fue sobre algo de lo que hablaba el agente? —Pregunta Jeremy, una vez que estamos lo suficientemente lejos y escondidos de los pocos que siguen en el lugar.
Asiento lentamente con los nervios de punta.
—Creo que esto se complica más. Demasiado, para ser exactos —consigo decir con la voz entrecortada.
—¿Qué es lo que sucede? —Frunce el ceño sin comprender.
—Jeremy, fui asesinada.
Sus ojos se abren con sorpresa y podría jurar que su rostro se vuelve tres tonos más pálido. No es capaz de siquiera articular alguna palabra por algunos segundos.
—¿Asesinada? —Dice por fin, con la voz ronca.
—Sí —asiento, suspirando— Al menos eso fue lo que dijo el agente Cleastone en la llamada.
—Pero... —guarda silencio, tallando su rostro con la mano— ¿No recuerdas nada en absoluto? ¿No recuerdas lo que hiciste antes, o algo?
—Nada en absoluto —niego, sintiéndome tan inútil como los letreros de "no corra ni empuje".
—¿Cómo sabremos quién lo hizo? ¿Tenías enemigos? —Pregunta, atropelladamente. Resoplo.
—No que yo lo sepa, al menos no para tanto como para que quisieran matarme —trago duro cuando menciono las últimas palabras.
—¿Qué haremos entonces? —Pregunta, metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón— Yo... soy malo investigando.
—No lo sé —respondo sinceramente.
Y era cierto. No sabía qué podríamos hacer nosotros dos, un asesinato sin ser resuelto no era lo mejor que podría haberme pasado. Tal vez lo mejor era dejárselo a la policía pero, ¿cuánto tardarían? ¿Y si yo estaba en lo correcto? ¿Y si necesito saber lo que realmente pasó para poder descansar en paz y dejar de ver a los que amo sufrir? ¿En cuánto tiempo llegaría ese momento anhelado?
—¿Qué hay de tus padres? —Pregunta, sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué hay con ellos? —Frunzo el ceño.
—No funcionó con el agente Cleanstone pero, ¿y si me acerco a tus padres? Tal vez ellos puedan decirnos qué fue lo que sucedió o en dónde estabas cuando eso pasó, a lo mejor puedas recordar algo.
Era una buena idea, a su modo, Jeremy lucía como el tipo de chico en el que mis padres confiarían, pero... no podría dejarlo hacer eso.
—No servirá —contesto, suspirando. Cuando volteo hacia donde mis padres, me doy cuenta que se han ido ya. Todos se han ido, excepto los hombres que se encargan de echar la tierra para luego colocar la lápida— Ellos están destrozados, no creo que quieran hablar sobre eso.
Jeremy suspira a mi lado y ambos nos quedamos en silencio viendo cómo avientan la tierra al agujero, dejándome allí encerrada... Enterrada... Enterrada y muerta.
—Dijo que sólo la familia lo sabía, ¿crees que tu prima diría algo?
Lo pienso por un segundo. Lo miro a los ojos y muerdo mi labio, asintiendo lentamente.
—Sí, creo que ella lo haría. Si cree que eras un buen amigo, definitivamente sí.
—¿Entonces lo intentamos? —Me mira directo a los ojos esperando por una respuesta.
—Hagámoslo —respondo inmediatamente.

ESTÁS LEYENDO
Scars
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si un día, de la nada, tienes un accidente y mueres? ¿Qué pasaría si regresas al mundo de los vivos... pero sólo una persona pudiese verte? ¿Qué pasaría si ves sufrir a los que amas, sin poder hacer nada al respecto? Angustia, terror, d...